La Llamada de Marcel

Capitulo 11: Cicatrices y Golosinas

Al sur de Estados Unidos existe un grupo islas privadas que son habitadas por millonarios con el suficiente dinero como para comprar la penúltima frontera en privacidad. La última es conseguir una en el extranjero.

La isla de Cabo Rodgers se encontraba en una zona gris.

Ubicada en el límite fronterizo, entre aguas internacionales y territorio norteamericano, Cabo Rodgers había sido un islote utilizado como base militar durante la crisis de los misiles en Cuba. Sin embargo el limitado espacio y sus traicioneras costas le hacían un indeseable punto, casi inaccesible, para la Marina americana. Fue utilizada eso sí, como base de entrenamiento de los marines y aún conservaba algunas construcciones, pero el dinero manda y el mantenimiento de la base resultaba excesivo considerando el escaso uso que se le daba. Por ello se puso a disposición del gobierno central y, poco a poco, olvidada entre los entresijos de la burocracia. 
El hombre de pie en el muelle acababa de ver partir el bote de vuelta al continente. Aún se sorprendia de la facilidad con la que sus patrocinantes privados se hicieron con el control del islote y sabía que esperarían algún resultado.

Bueno, mientras estuviesen trabajando en objetivos comunes, el se encargaría de darle resultados. Sus conocimientos, su habilidad estaban fijas en un objetivo claro y cumplir con el compromiso con sus patrocinantes no sólo le garantizaba recursos al parecer ilimitados. También le aseguraba obtener el mismo premio final.

La Troyes había hecho enemigos muy poderosos con los años, no habría querido estar en el camino de ninguno de ellos. Pero estos patrocinantes parecían especialmente poderosos. No se llamaba a engaño. Una vez tuviese lo que quería el también tendría que desaparecer. No querría ser un cabo suelto.

Habían tres edificios tras él, una enorme bodega, una barraca y una pequeña oficina. En el muelle solo quedaba una pequeña lancha, su transporte personal. Habría preferido un helicóptero pero habría llamado demasiado la atención.

Antes de irse, los hombres del bote habían dejado cajas con provisiones y el primer cargamento de especímenes de prueba que ya estaban encadenados en la barraca. Tres sanos especímenes que servirían para su propósito. Ya había adelantado bastante, pero estos especímenes en particular resultaban indispensables para que todo funcionara. 
Darwin estaría orgulloso.

Mientras, en las fronteras del primer círculo de la Jaques de Molay, Alex se sentó agotado limpiando el sudor de su frente. Acababa de tomar una botella de agua y esperaba a que llegaran los demás. Tras hora y media corriendo con una mochila en la espalda habían logrado llegar entre los veinte primeros lo cual era aceptable. Pero Alex no se llamaba a engaño, habría llegado mucho antes de no estar obligándose a correr con Faith a su lado. Y Faith lo sabía y se sentía culpable por ello.

- En serio Alex... Deberías dejarme allá atrás, habrías alcanzado a Graham hace rato - le dijo entre jadeos, estaba tumbada boca arriba, la cabeza le daba vueltas

- No gracias, prefiero tu compañía que la suya.

Julius Graham no era el más rápido, lo cual parecía molestarle, pero claro, no podía ser bueno en todo. Era ciertamente el más fuerte debido a su extrañeza y su cerebro no era malo, sus intervenciones en las tres primeras semanas de clases lo demostraban. Pero su carácter déspota y su terrible vanidad le hacían insoportable.
Lo peor de Julius era qué parecía despreciar la debilidad de los demás. Logró aceptar sin dificultad que la extrañeza de Logan Jordan le hiciese más veloz que cualquiera ese año, el chico taimado se había convertido en una sombra de Graham desde el autobús.
Sin embargo quienes más sufrían de los abusos verbales de Graham eran Faith, quien siempre lo ignoraba, y el pequeño chico rubio que dormía junto a Alex, abusos que le habían convertido en un manojo de nervios. Nadie conocía la extrañeza del pequeño Robert Hansen, de hecho muy pocos hablaban de sus extrañezas a menos que fuesen muy evidentes y nadie reprobaba a quien quisiese guardarse tal información en secreto. Eso era bueno para Alex y Faith, cuyas habilidades eran tan poco obvias. Además daban poco de que hablar, incluso tomando en cuenta su cercana amistad. Esto habría dado pie a rumores en una escuela tradicional, pero la cercanía que mostraban ellos era tal que todos asumían que eran parientes.
Los primeros sorprendidos ante esta amistad eran ellos mismos desde luego. Ninguno había tenido amigos antes y haber encontrado en el otro a alguien tan cercano se les hizo tan extraño como natural. No sabían explicarlo.
Alex se preguntó un par de días si no había caído en las garras de Cupido, pero Faith no le despertaba más amor que el que sentía por Frances o su abuela. Faith se había convertido en su hermana y, hasta donde había podido comprobar, Faith sentía exactamente lo mismo por él.

Sin embargo había ciertos límites en esa hermandad. Nunca hablaban de más de su pasado.
Alex sabía que no debía hablar de su familia "practicante", los cuales no eran muy bien vistos entre los Troyes, si bien protegían y ocultaban a los magos y brujos legales. También recordaba no hablar de más de su tía Frances como ella misma le sugiriese. Pero hablaba de su niñez en Candle Cove o sus paseos en el bosque. Éstas historias parecían alegrar a Faith.
Pero ella nunca hablaba de si misma. Sabía que su padre le había dejado al cuidado de sus tíos y que no conocía a su madre. No sabía más de ella.


 


De hecho nadie sabía mucho de ella. Sus compañeras en la barraca trataron de sacarle información y aún sabían menos.
Alex y Faith habían formado una dupla bastante cerrada, aunque hablaban con Robert Hansen, a quien todos llamaban Bobby, con Jodie Porter, una linda chica, algo rolliza y peliroja, muy inteligente aunque bastante tímida (aunque no tanto como Faith o Bobby) y con James Camacho, el jóven de origen latino que simplemente todos parecían odiar.
Alex y Faith no tardaron en entender por qué. James parecía complacerse en molestar a todos con bromas absolutamente idiotas, había sido puesto en detención más veces que cualquiera en varios años - según afirmaba el correcto profesor Howard, quien se ocupaba de las clases diurnas "tradicionales" - y se las había arreglado para sacar de quicio a casi todos.
Alex y Faith lo adoptaron el día que lo descubrieron intentantando encerrar en el baño a Graham quien, horas antes, había sido especialmente cruel con Bobby durante un juego de quemados (el equipo contrario al de Graham había terminado en la enfermería). Bobby estaba en el equipo de Graham y soportó estoicamente todos los insultos e improperios que Graham le dedicara esa tarde.
Graham paso varias horas explicando a el profesorado el por qué había tenido que echar abajo la puerta.



#1101 en Paranormal
#8905 en Fantasía

En el texto hay: misterio, lucha, primigenios

Editado: 05.08.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.