La llave de la verdad | Crónicaz Multiversales 1

Capítulo 4 - El árbol parlante

Parte 1 

Tiempo: 

3:10 pm, 22 de enero de 2002. 

Lugar: 

A cien kilómetros de Rasheljaw, Condado de Alzekar, Continente Ranmer.

 

Varios días habían pasado desde aquel atentado en el pequeño pueblo de Rasheljaw, Zoey, Aboran y Lanss habían dejado atrás su pueblo. Las carreteras estaban totalmente desiertas, no había un solo auto, y tampoco se habían cruzado con ningún serotiano para informar de la situación, sin ninguna duda, era todo muy extraño. ¿Cómo podía ser que ningún soldado de la ley se haya presentado frente a un evento de aquella magnitud? 

La neblina azul todavía podía verse a la distancia a pesar de que ya habían dejado atrás todo peligro, Rasheljaw aparentaba ser una especie de cúpula azul formada por la propia neblina, no se podía ver ningún edificio o luz, solamente aquella "cúpula" de color azul.  

—Es increíble que no pase nadie hacía Rasheljaw —expresó Lanss con total enfado, golpeando el manubrio—. Ya no digo algún serotiano. ¿Ninguna persona va hacia el pueblo? 

—A lo mejor los otros pueblos también fueron alcanzados por la neblina —dijo Aboran—, ¿No se te ocurre que algo así puede pasar Lanss? 

—Puede ser muy probable gatita —contestó Lanss—. Pero es muy extraño que no hayamos tenido la presencia de los serotianos.  

—Esto tiene que ser obra del Emperador —dijeron Aboran y Lanss al mismo tiempo. Aboran revolvió sus pupilas marrón oscuras. Zoey se rio por eso, era la primera vez en días que lograba reírse con naturalidad y sin forzar nada, era muy agradable volver a sentir aquel sentimiento de felicidad momentánea por más fugaz que fuera, era como un nuevo respiro a su alma en un mar de lágrimas que la ahogaban constantemente.  

—No me interesa lo que pienses Ab, sigo creyendo que podríamos tener un mejor Emperador que ese asqueroso de Futtso —expresó Lanss, pero Aboran estaba sonriendo.  

¡Qué lindo es! Pensó Aboran, que lindo es escuchar a Zoey volver reír, es algo mágico. de alguna forma te hace olvidar de todos los problemas que tenemos, casi no recordaba su característica risa.  

El rostro de los tres se transformó cuando comenzaron a escuchar el sonido de un avión enorme. Era como si el avión estuviera aterrizando, pero de alguna manera no lograban ver nada, ningún avión se veía por todo el cielo.  

—Esperen —dijo Lanss bajando la velocidad y casi al mismo tiempo Aboran lo imitaba, los dos sacaron las respectivas llaves y el sonido de las motos se detuvieron y pudieron oír más atentamente aquel sonido. Como si algo estuviera aterrizando o...  

—¡Algo está cayendo! —gritó Zoey señalando hacia el cielo, Aboran y Lanss miraron hacia arriba y pudieron ver una diminuta pieza de metal caer del cielo se iba haciendo más grande a medida que caía.  

—¡Nos va a aplastar! —gritó Aboran, las dos chicas se bajaron rápidamente de la moto agarrando todo lo que podían incluyendo la jaula de Ardoz. corrieron hacia un costado de la carretera, mientras que Lanss tomó un par de bidones y la jaula de Lorko, corriendo hacia el otro lado de la carretera cuando estuvieron un poco lejos de ahí se tiraron al suelo y cerrando sus ojos (los tres estaban de espaldas a la carretera) oyeron el estruendo que causó aquella pieza gigantesca. Una nube de humo por más tierra levantada se comenzó a disipar.  

—¿Están bien? —vociferó Lanss caminando de vuelta hacia la carretera. El armatoste había dejado un hueco donde antes estaban las motos, estaba claro que habían sido aplastadas—. Por Narelam, ¡No puede ser! 

En su lugar se hallaba una especie de dos tablas de metal con un par de fierros cursados en una "X" dos extremos inferiores aferrados a las tablas. Otros dos extremos eran un asiento y un manubrio. Parecía una extraña bicicleta sin ruedas o cadena que la impulsara, pero... lo más raro era que estaba hecha del tamaño de un auto y la persona o cosa que la montara debía de medir por lo menos cinco o seis metros de alto.  

—Por todos los malditos espíritus ¿De dónde salió eso? —preguntó Aboran, los tres miraron nuevamente hacia el cielo y pudieron ver un pequeño circulo blanco en la lejanía de las alturas, además de eso, había dos puntos negros debajo del círculo blanco. Aquel círculo parecía del tamaño de la tapa de una botella.  

—¿Esos son pájaros? —se aventuró a preguntar Zoey mirando los dos puntos negros. Otro círculo blanco apareció al lado y los dos puntos desaparecieron. Otro objeto comenzó a caer del cielo.  

—Corran —vociferó Lanss corriendo nuevamente hacia donde había dejado al asustado Lorko en el interior de su jaula. Un tronco seco cayó del cielo y se incrustó en el asfalto de la calle al lado del extravagante vehículo. Los tres chicos se acercaron y pudieron ver más de cerca aquel extraño fenómeno. El tronco era de color negro y parecía quemado, Zoey estaba por tocarlo, pero la mano de Aboran se interpuso, Zoey la miró con rostro inexpresivo.  

—No lo toques Zoey —dijo Aboran negando con su cabeza.  

—¿Qué se supone que es esto? —preguntó Lanss. Una gota de color anaranjada cayó sobre el tronco. Los tres giraron alrededor del árbol negro hasta que en sus pies comenzaron a sentir como raíces se comenzaban a extender a un nivel extremadamente veloz y a su vez el pasto crecía como si hubieran pasado años en aquel terreno en cuestión de escasos segundos. Las piernas de los tres chicos se iban haciendo para atrás para no pisar nada, ante todo debían tener precaución. El pasto, flores y ramas que crecían junto con el mismo árbol (nuevas ramas habían envuelto al anterior tronco negro) los terminaron cubriendo y en poco más de treinta segundos un bosque de varios árboles y uno inmenso en el medio se había formado. 




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