La llave de la verdad | Crónicaz Multiversales 1

Capítulo 15 - Confié en ti

Parte 1 

 

Tiempo: 

12:25 pm, 15 de abril de 2002. 

Lugar: 

Aposentos de Futtso, palacio, Nivel Cinco, Condado de Alzeka, Continente Ranmer. 

 

Zoey todavía se encontraba mirando a Lanss. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que Efraín estaba en suelo. Pero algo le impedía mover su cabeza, no la podía bajar se negaba a creer que fuera verdad. No puede ser, esto tiene que ser un sueño, pensaba. Desde detrás se pudo comenzar a oír una tos por parte de Aboran la chica había visto el cuerpo del joven sin vida. Aboran cayó de rodillas abrazando su estómago y comenzó a vomitar mientras lloraba su estómago se revolvía de una forma incontrolable y aquella imagen del rostro pálido y con un hueco en mitad de la frente de Efraín no podía salir de la cabeza de la chica. Lanss tiró el arma y enfocó su vista en las manos, no podía dejar de mirar como temblaban lentamente. 

—Yo no fui, yo no fui ¡Yo no fui! —gritaba el chico sin siquiera parpadear, parecía que sus manos estaban anestesiadas, porque ni siquiera parecían parte de su propio cuerpo. Zoey por su lado, no podía moverse lo único que pudo hacer fue soltar un grito que retumbó en toda la habitación hexagonal. Todos los allí presentes tuvieron que taparse los oídos por varios segundos por que el grito de horror de la niña de ojos verdes oscuros se había prolongado a través del tiempo. Deymon corrió hasta donde estaba Lanss y este agarró sus hombros con fuerza. 

  

—Escúchame Lanss, después vemos quien tuvo la culpa —gritó Deymon intentando hacer entrar en razón a Lanss—. ¡No estoy apto para salvarnos así que tendrás que hacerlo tú! Después te lamentas ahora tienes que correr y salvar a Zoey y Aboran. Por qué yo en cualquier segundo me voy a olvidar de lo que está pasando. Por Narelam Lanss Colter reacciona —todavía seguía mirando sus manos vibrar a bastante velocidad. Absorto en sus pensamientos. Yo no fui, ¿Por qué se disparó? Estoy seguro de que yo no presioné ese gatillo... ¿Y si lo hice? ¿Y si de verdad maté a alguien? ¿Maté a Efraín? Pensaba Lanss. Por fin salió de sus pensamientos y logró escuchar a Deymon. 

—¡Pueden llevarse la llave! —gritó el emperador, tirando un pequeño dispositivo con varios botones que Deymon logró cazar. Las puertas se abrieron y todos los guardias y Galboreales miraban atentamente la situación de la habitación. En ese momento golpes desde la rendija de ventilación comenzaron a sonar, todos los allí presentes voltearon su mirada hacia el techo. La rendija cayó al suelo, por poco y golpea al emperador en la cabeza, desde el oscuro hueco surgió una figura que cayó con furia desde arriba. Plantó sus piernas con fuerza sobre la mesa que estaba a un costado, no era otro que Ulumer Kranguel. 

El adolescente parecía estar poseído por una fuerza demoniaca pues no reaccionaba. Fijó su vista en su objetivo. Lanss, el otro chico ni siquiera lo estaba mirando. 

—¡Lanss Cotler! —gritó Ulumer. Con aquel grito Lanss pudo volver en sí. Tengo que moverme para salvar a Zoey y Aboran. Si no lo hago nadie lo hará, pensó Lanss cerrando sus ojos con fuerza. Las dudas que tenga las resolveré después, ahora hay que correr.  

En ese momento otra rendija cayó del techo golpeando en la cabeza a Saturno. Otras dos figuras cayeron, eran Imawer y Lodrus. Lanss dejó de mirar a los tres chicos que cargan contra él al otro lado de la habitación. Gracias a Narelam algunos guardias se interpusieron, Lanss tomó de las manos a Zoey y Aboran y comenzó a llevarlas fuera de los aposentos. Deymon fue detrás de ellos. Tenemos que correr lo más rápido. Zoey pudo ver a Calíope a los ojos, fue como si el tiempo se hubiese ralentizado y ella pudo leer los labios de la mujer con cuernos que decían: "Nos veremos en otra ocasión Zoey Viquery". 

—Por favor, Aboran. Zoey por Narelam, reaccionen —dijo Lanss—, ¿A dónde vamos ahora? ¿Qué espíritus hacemos?  

—Déjame pensar un momento —contestó Deymon—, eso es tenemos que ir hasta el muelle de Rodkae. Sigamos hasta el fondo del pasillo —Deymon parpadeó y justo en ese momento cinco serotianos aparecieron por el pasillo—. ¿Qué ha pasado? ¿Qué hacemos aquí chicos? 

—Toma, llévalas al fondo del pasillo —ordenó Lanss haciendo que las manos de Deymon tomaran los brazos de Aboran y Zoey— tenemos que escapar. Pasó algo horrible, no lo olvides. Los voy a alcanzar —Deymon asintió sin preguntar, si Lanss se veía así de preocupado tenía que ser algo terrible lo mejor era guardar fuerzas y escribirse los brazos antes de que volviera a perder la memoria.  

  

Ulumer evadió un golpe de uno de los guardias, y golpeó su armadura con un rodillazo en el estómago. Saturno, Neith, Delta y Calíope estaban por retirarse cuando el emperador les preguntó algo. Ulumer no se pudo detener a escuchar lo que les decía, tras eso. Los cuatro integrantes de Liberación se fueron por la puerta como si nada hubiera pasado. La comandante de los serotianos se puso frente a su emperador cuando vio como Imawer y Lodrus iban acabando a duras penas con un par de guardias, Ulumer tampoco pudo verlos, ni siquiera le preocupó que podía pasarles a sus dos amigos, lo único que hizo fue abrirse pasó a través de la gran habitación para sentarse en el frío suelo donde descansaba su hermanito Efraín, Ulumer tocó la cabeza del niño su cabello estaba todavía húmedo un gran charco de sangre lo cubría, Ulumer no podía sentir nada. ¿Por qué no estoy enojado? ¿O al menos frustrado por no poder haberte salvado? Tendría que haber hecho algo. Nunca tendría que haber confiado en ese hijo de un y mil espíritus, pensaba Ulumer mientras mordía su labio. Abrazó el cuerpo de Efraín levantándolo un poco y le dio un beso en su helada mejilla, Ulumer Kraguel cerró los ojos de su hermano menor, para siempre. 




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