La llave de la verdad | Crónicaz Multiversales 1

Capítulo 28 - El justiciero

Parte 1

Tiempo:

28 horas, día 47, del quinto mes, de 4032

Lugar:

Antigua isla de los carelis

—¿Qué significa esto? —preguntó el lagartropodo Norberto en claro haleriano.

—¿Qué es lo que crees Norberto? —contestó Aupa—, de verdad quería decirte, juro por Narelah que quería decirte. Pero te ví muy convencido de seguir ayudando a estos humanescos y bueno… Lo siento viejo amigo. Pero tengo que irme —expresó el cruzado, caminó hasta el lado del justiciero que se encontraba parado sin decir una sola palabra. Un cable cayó al suelo y todos miraron hacia arriba, menos los cruzados y Norberto que seguían viendo al justiciero avivador, Aupa agarró el cable y lo elevó por los cielos. —Lo siento por ustedes Markus y Norberto —vociferó Aupa mientras se iba perdiendo en la oscuridad—. Muchas gracias humanescos de otro mundo por ayudarme a saber un poquito más de los cristales, lamento que no podamos seguir hablando. Espero que no estén en muchos problemas, después de todo son solo negocios.

El cruzado Aupa se perdió en aquel cielo.

—No puede ser —susurró Markus—, ¿Nos traicionó? —Markus giró hacia Norberto.

—Claro que nos traicionó —interrumpió Fizante—, ahora mismo tenemos peores problemas.

Todos miraron al avivador justiciero. ¿Cómo podía ser que un humano tuviera tanta fuerza como para rivalizar contra ellos? Se preguntó Zoey sin dejar de prestar atención al humano de Haleran.

—¿Qué es lo que pueden hacer estos avivadores? —preguntó Saininar intentando analizar detenidamente la situación. En un momento así, Zoey se hubiera sentido tan tensa como una su espada Luz Nocturna, pero estaba junto con sus tres maestros. Se sentía muy segura y protegida. Después de todo. ¿Qué tanta batalla podía dar? Eran tres, bueno cuatro contándola a ella contra un humano solo. Un momento ¿Y si tengo que pelear? ¿Estoy lista para una batalla de verdad? Tengo que hacer algo, pensó Zoey.

—Humanescos —dijo el avivador justiciero—, en nombre del nunqui Bermist Chas, dueño del territorio de los dominios de los pozos. Los voy a capturar por mi líder.

—¿Sí? —preguntó Etry—, ¿Tú y qué ejercito?

—Etry —dijo Zoey de mala gana—, no digas eso. Ahora es cuando el justiciero saca un ejército que siempre estuvo acá. Es algo típico de las películas —Zoey revolvió sus pupilas.

—No voy a contestar a eso —expresó el justiciero con completa calma—. Solamente con el mi nombre, por respeto —dijo en haleriano—. Mi nombre es Muga Futuba.

El avivador justiciero tenía el gran fuelle entre sus manos, aquel instrumento que parecía un acordeón. Pero Zoey lo había visto algunas veces en Maleran, sí, era lo que se usaba para avivar el fuego de las chimeneas en las casas. Era gracioso que los llamaran avivadores a quienes llevaban un avivador de fuego en su espalda. También daba algo de miedo. ¿Eso quería decir que podían prender fuego?

No, no creo; pensó Zoey. Sería muy cliché.

Los tres maestros kabarys desenvainaron sus espadas negras. Zoey todavía estaba mirando al humano justiciero, este, se movió con tal rapidez que Zoey apenas pudo ver, parándose frente a la esposa del cruzado Mochrak que los habían acompañado. La mujer abrió los ojos y el justiciero movió hacia un costado el gran fuelle siempre con sus dos manos mantenidas en los dos mangos. Como si fuera un espada y a punto de lanzar una estocada, retiró el fuelle medio metro, dejando una distancia mayor entre la cruzada y el pico del artefacto. El justiciero cerró sus ojos y entonces partículas de color celeste comenzaron a aparecer alrededor de su cuerpo flotando y moviéndose por la leve brisa, los minúsculos puntos se movieron coordinadamente hacia su cuerpo como atraídos por una fuerza invisible.

—Lo lamento —susurró el justiciero mientras de su aliento salían aquellas mismas partículas azules, el acordeón del fuelle de estiró dejando sus solapas tensas y en una línea recta y los mangos junto con sus dos manos lo más separadas que permitía el artefacto. Las partículas azules se habían introducido por el pico del fuelle. El avivador justiciero apretó los mangos con fuerza y cerró el fuelle juntando los dos manos, a medida que se iba cerrando desde el otro extremo donde se encontraba el pico salía una punta de ¿Hielo? ¿El avivador está creando hielo? Se preguntó Zoey en el interior de su mente. No eso no es hielo.

La punta se alargó como si fuera un fino bastón y comenzó a hacer zic-zac formando un rayo hasta que se abrió camino introduciéndose en el abdomen de la cruzada. Mochrak gritó y corrió al rescate de su mujer. El avivador abrió nuevamente el fuelle y el bastón que se había formado se cortó, dejando ensartada aquella punta en interior de la mujer mientras sangre blanca salía de su ropa. El avivador usó su artefacto nuevamente y otra vez salió otro rayo de hielo que se movió a mayor velocidad que el anterior. El cruzado los esquivó y solamente rozó su pierna. La mujer del cruzado ahogó otro grito, esta vez el hielo en forma de rayo que la había atravesado salió despedido el cuerpo de la mujer y como si viviera voló hasta clavarse en el hombro de Mochrak. El cruzado aulló de dolor apretando la quijada.

Zoey por fin desenvainó su espada y la levantó en alto, soltando un grito de guerra, cuando estaba a punto de comenzar su carrera Etry se puso en frente de Zoey de espaldas sin dejar de mirar aquella cruda escena.




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