La llave de la verdad | Crónicaz Multiversales 1

Capítulo 36 - Tentaciones con rostros familiares

Tiempo:

28 horas, día 50, del sexto mes de 4032

Lugar:

Océano Mipulria

—Markus, Tabittha —dijo Zoey con alegría abriendo la puerta, los dos chicos pasaron—, ya casi todo está listo.

Se dirigió a la mesa de su casa y terminó de sacar un jabalí pavel del horno. Su padre bajó por las escaleras, llevaba traje, se sentó en la mesa, junto con los otros dos chicos. La puerta volvió a sonar. Zoey caminó pegando ligeros saltitos con una sonrisa de oreja a oreja. Abrió la puerta y su sonrisa desapareció en el acto. Su madre y Efraín estaban en la entrada sus rostros estaban completamente cubiertos de sangre, su respiración se agitó. Una figura oscura apareció por detrás, clavando sus dos brazos en el torso de su madre y de Efraín, tenía las uñas filosas y piel celeste claro, alrededor de sus brazos pequeños tubos, no cabía duda. El rostro sombrío apareció por encima de Efraín y de su madre. Dos pequeños cuernos negros, cabello marrón claro y ojos azules.

—Calíope —susurró Zoey.

—¿Quién más? —contestó la extraña mujer, sacando los dos brazos del interior del Efraín y de su madre. Calíope se abalanzó sobre Zoey y antes de que la adolescente pudiera desenvainar a Luz Nocturna.

Despertó.

Despertó agitada, sudando, Ardoz también se levantó en el acto apoyando sus patitas blancas en los hombros de su ama, el perro lamió su rostro. En ese momento supo que había sido un sueño o, mejor dicho, una horrible pesadilla. Se encontraba sobre Az, sobrevolando los últimos kilómetros del mar Mipulria. Pudo ver que todos estaban dormidos todavía, excepto Tabittha quién se hallaba en el cuello de Az en la silla de montar. Tim por fin se desperezó, se restregó sus párpados y miró a Zoey.

—¿Un mal sueño? —preguntó el niño mientras se levantaba para sentarse al lado de la joven kabary. Ella solamente asintió.

—Volví a soñar con aquella mujer de cuernos, me la terminé imaginando con aquella capa negra. Juro que si vuelvo a verla —Zoey apretó el mango de Luz Nocturna.

—Continua solo Az —expresó Tabittha, la chica se bajó hacia la base y caminó hasta donde estaban su hermano y Zoey. — Creo que por algo has tenido ese sueño —dijo mirando a la joven kabary—, tal vez fue para bien. Y yo no estoy en tu situación y ni siquiera viví algo similar —la princesa se encogió de hombros—, pero estaba pensando que tal vez la mujer de cuernos no haya… bueno… No puede haberse encargado también de tu madre. ¿Nunca te hiciste preguntas, tal vez, no sé…? ¿Por qué tú padre llevó a tu animal si se encontraba completamente sano? —Zoey la miró anonadada—, ya sabes, ¿Eso no fue lo que te dijo tú prima? Inclusive la propia mujer de cuernos te lo mencionó, ¿No?

—¿Qué cosa? —preguntó Zoey quien ya no tenía la mirada puesta en aquellos ojos rojos de la princesa, si no, que se habían perdido en el horizonte dejando la imaginación volar.

—La mujer esta, te dijo que tú padre estaba con su jefe ¿No es así? —Zoey asintió, aunque ni siquiera sabía de qué le estaba hablando. ¿Un momento? No. Zoey negó con su cabeza apartando a Tabittha se levantó caminando de un lado al otro en la plataforma de Az.

—No puedes estar pensando en eso —contestó Zoey con una risa casi inaudible totalmente nerviosa. Markus se despertó y también el lagartropodo hijo del nunqui.

—Bueno, lo siento. Pensé que necesitabas sospechar un poco… Después de todo, todavía no sabes quién la persona de capa negra —exclamó Tabittha.

—¡Eso ya lo sé princesa! —respondió la kabary—, pero no puedes andar insinuando que mi padre fue el culpable. Por qué todavía me falta los análisis del credo de los inquisidores. Cuando sepa eso, podré estar un poco más cerca de saber quién lo hizo.

—Se que no es mi incumbencia Zoey —expresó Markus—, y no quiero meterte otro problema. Pero ¿Has pensado que vas a hacer cuando encuentres a “esa” persona?

—No pienso terminar con su vida… —expresó Zoey con una sonrisa—. Ustedes dos se vuelven muy drásticos, tal vez así se resuelvan las cosas o están muy acostumbrados a la violencia acá en Haleran. Pero yo no voy a ser así —contestó suspirando, se sentó nuevamente—, gracias por ese comentario Tabittha, no lo comparto en absoluto, pero nadie me lo había dicho.

—No hay de qué —contestó la princesa del consejo de piratas—. No estoy culpando a tú padre, solamente necesitas ver todas las posibilidades —Tabittha se volvió a montar en su silla de un salto. Pegó un grito cuando se asentó.

—Tabittha —exclamó Tim—, ¿Qué pasó?

—Lo siento, estoy bien —se giró con una sonrisa y rascando su cabeza—. Es que me había olvidado de mi cambio.

—¿Tú cambio? —preguntó Zoey, miró a Markus y Tim. Al parecer habían comprendido pues no decían ni una sola palabra, los dos comenzaron a reír. —¿De qué se ríen? No entiendo de que se ríen, ¿es algún chiste de Haleran?

—No y sí —contestó Tabittha con una sonrisa, lejos de parecer enojada también se divertía con la risa de los otros dos cruzados—, verás; cada cierto tiempo nosotros los cruzados pasamos por una especie de transformación. Bueno ahora mismo digamos que mis genitales…

—Oh por Narelam —interrumpió Zoey llevándose una mano a su boca haciendo una arcada mientras sacaba su cabeza por fuera de la barandilla del lasmer, eso les dio más risa a los tres cruzados—. No hace falta que me den una clase de biología de los cruzados, mi abuela se encargó de anotar esas cosas muy detalladamente —un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Zoey regresando a sentarse en el interior de Az.




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