CAPITULO 9
La luz de los hilos que se extendían hacia las estrellas llenaba el prado de flores azules de colores vibrantes. Elara y Kael se quedaron mirándolos hasta que la noche llegó, pensando en todos los mundos que habían salvado y en los que aún esperaban. Ahora, caminaban de regreso a su apartamento, agarrados de la mano, con el cristal de Lucerna y el de hielo brillando en el bolsillo de Elara.
"¿Has contado cuántos hilos hay?" preguntó Kael, mirando el cielo.
Elara sonrió. "Al menos diez," dijo. "Pero la llave siempre nos guía al que necesita ayuda más urgente."
De repente, la llave en su bolsillo empezó a vibrar con una fuerza que nunca habían sentido antes. El hilo de luz más brillante —uno que se dirigía al centro del cielo— se hizo tan intensa que iluminó toda la ciudad. Una voz clara y fuerte se escuchó en el aire, diferente a la del ser de luz anterior:
"Los guardianes son llamados al Corazón del Universo. El verdadero Abismo se prepara para despertar completamente. Solo allí podéis detenerlo. Venid —el tiempo se acaba."
Elara y Kael se miraron, con la mirada seria. "Esto es lo que esperábamos," dijo Kael. "El momento final."
Corrieron a la escuela de los Cielos, donde encontraron a Luna y Torvin, que también habían escuchado la voz. "Ya lo sabéis," dijo Luna, con la voz temblorosa pero firme. "Vamos al Corazón del Universo."
Torvin asintió. "La alianza ha decidido —todos nosotros vamos contigo. No importa si la voz dice que solo vosotros podáis detenerlo. No te dejaréis solos."
Pero la llave volvió a vibrar, y la voz volvió a escucharse:
"Solo los guardianes y sus dos aliados más cercanos pueden entrar en el Corazón. El resto debe quedarse para proteger los mundos de las sombras que se escaparán. Solo el amor y la amistad de los tres podrán resistir la fuerza del Abismo."
Elara, Kael, Luna y Torvin se miraron. Era claro quiénes eran los elegidos. Los demás miembros de la alianza llegaron en ese momento, y se despidieron de ellos con abrazos y palabras de ánimo.
"Mantened la fe," dijo el director de la escuela de los Cielos. "El universo depende de vosotros."
Los cuatro se acercaron al portal de las estrellas, que ahora era de un color negro profundo con puntos de luz que recordaban a una galaxia. El hilo de luz se conectó directamente a él, y la llave emitió una luz dorada que envolvió a los cuatro.
"Preparados?" preguntó Kael, mirando a Elara.
"Juntos," dijo ella, apretando su mano.
Entraron en el portal. El viaje fue diferente a todos los anteriores —no había viento, no había frío ni calor, solo un silencio profundo y una sensación de estar viajando a través del propio tiempo. Vieron mundos de todos los colores, estrellas que nacían y morían, y la energía del universo fluyendo como un río de luz.
Finalmente, aterrizaron en el Corazón del Universo. Era un lugar de luz absoluta, con una esfera de energía en el centro que brillaba con todos los colores del arcoíris. Alrededor de la esfera, había un abismo negro que se extendía hasta el infinito —el hogar del verdadero Abismo.
"Esa es la esfera del equilibrio," dijo Elara, mirando la esfera de luz. "La leyenda dice que es el origen de todo el universo. Si el Abismo la destruye, todo desaparecerá."
De repente, el abismo negro se movió, y una figura colosal apareció —el verdadero Abismo. Era más grande que cualquier ser que hubieran visto, con piel negra como el vacío, ojos rojos que brillaban como soles muertos y cuernos que se erguían hacia la esfera del equilibrio. Su voz resonó en todo el Corazón del Universo, como un trueno que rompe el silencio:
"LOS GUARDIANES! HABÉIS VENIDO A MORIR! EL UNIVERSO SERÁ MÍO, Y LA OSCURIDAD DOMINARÁ TODO!"
Alzó sus manos y envió una ola de sombras negra hacia los cuatro. Luna activó un hechizo de luz púrpura que detuvo la ola, pero la fuerza del Abismo era demasiado grande —la luz empezó a disminuir.
"Elara, usa la llave y los cristales!" gritó Kael, atacando al Abismo con su espada de luz verde y dorada.
Elara sacó la llave, el cristal de Lucerna y el de hielo. Colocó los cristales junto a la llave, y la luz dorada se mezcló con la cálida del cristal de Lucerna y la equilibrada del de hielo, creando una energía de color arcoíris que se extendió por todo el Corazón del Universo.
La energía arcoíris detuvo la ola de sombras y empujó al Abismo hacia atrás. "¡NO!" rugió el Abismo. "ESTA ENERGÍA NO ME PUEDE VENCER!"
Torvin se adelantó y usó su magia de sombra para crear una red que atrapó al Abismo momentáneamente. "Ahora, Elara!" gritó.
Elara cerró los ojos y se concentró. Los hilos del destino se extendieron por todo el universo, conectando todos los mundos que habían salvado, todos los seres que habían ayudado y todos los amigos que tenían. Sentía su amor, su amistad, su valentía —todo ese sentimiento se convirtió en energía que fluía hacia la llave y los cristales.
"Juntos!" gritó Elara, abriendo los ojos.
"Juntos!" repitieron Kael, Luna y Torvin.
La energía arcoíris se hizo tan intensa que nadie podía mirarla. Se dirigió hacia el Abismo, envolviéndolo completamente. El ser colosal gritó de dolor y furia, su cuerpo empezando a desvanecierse.
"¡YO SOY INVENCIBLE!" rugió. "LA OSCURIDAD ES ETERNA!"
"La oscuridad no es eterna," dijo Elara, con la voz firme. "Porque siempre hay luz —el amor y la amistad que unen a los seres. Esa luz nunca se apaga."
Los hilos del destino se extendieron hacia el propio Abismo, y Elara vio su pasado —era un ser de luz que había sido el primer guardian del equilibrio, pero que había perdido a su amor en un accidente y había caído en la oscuridad. Su dolor le había hecho olvidar el verdadero sentido de su poder.
"Recuerda quién eres," dijo Elara, con la voz suave. "Recuerda tu amor, tu misión. Tu oscuridad no es tu verdad —tu luz lo es."
La energía arcoíris se hizo más intensa, y la oscuridad que envolvía al Abismo se desvaneció. Su cuerpo se convirtió en luz, y sus ojos rojos se volvieron azules como el cielo. Era el ser de luz que había sido antes de la oscuridad —un ser de belleza y poder, con alas blancas que se extendían por sus espaldas.
"Gracias," dijo, con una voz suave como el viento. "Por mostrarme el camino de regreso. He estado perdido durante siglos, atrapado en mi dolor. Ahora, puedo cumplir mi verdadera misión."
Se acercó a la esfera del equilibrio y colocó sus manos sobre ella. La esfera brilló con luz más intensa, y la energía del universo fluyó con más fuerza. "El equilibrio se ha restaurado," dijo. "El universo está a salvo. Pero los guardianes siguen siendo necesarios —la oscuridad siempre puede volver, pero la luz estará ahí para detenerla."
Mientras tanto, las sombras que se habían escapado hacia los mundos se desvanecieron, destruidas por la luz de la esfera del equilibrio. Los amigos de Aethermoor y los habitantes de los demás mundos celebraron su libertad, sabiendo que estaban a salvo.
La voz del ser de luz —ahora el verdadero guardian del equilibrio— se escuchó en todo el universo:
"Los guardianes de Aethermoor han salvado el universo. Su amor, su amistad y su valentía han vencido a la oscuridad. Que su historia sea recordada por todos los siglos que vienen. Los guardianes son el corazón del universo."
Los cuatro se miraron, exhaustos pero felices. Elara abrazó a Kael, y Luna abrazó a Torvin. Habían hecho lo imposible —habían salvado el universo.
"Es hora de volver a casa," dijo Kael, mirando a Elara.
El ser de luz asintió. "Te llevaré de regreso a Aethermoor," dijo. "Y si necesitáis ayuda en el futuro, solo tenéis que llamarme. Estoy siempre aquí, guardianando el equilibrio."
Levantó sus manos y creó un portal de luz que se conectaba a Aethermoor. Los cuatro entraron en él, y el viaje de regreso fue de luz y alegría. Aterrizaron en el patio de la escuela de los Cielos, donde toda la ciudad de Aethermoor les esperaba con aplausos, abrazos y flores.
Mikel se acercó a Elara y le dio un abrazo fuerte. "¡Lo hicisteis!" dijo, con lágrimas de alegría en los ojos. "Salvasteis el universo. El museo tendrá una exposición entera sobre vosotros —los guardianes del corazón del universo."
Elara sonrió. "No fui yo sola," dijo. "Fueron todos —Kael, Luna, Torvin y todos los que nos ayudaron en el camino."
Los días siguientes fueron de celebración en toda Aethermoor. La alianza entre los Sombres Vigilantes y las escuelas de hechicería se convirtió en una organización que protegía todos los mundos, con Elara y Kael como líderes de los guardianes del equilibrio. Luna se convirtió en la maestra de hechizos de luz en la escuela de los Cielos, y Torvin se convirtió en el líder de los Sombres Vigilantes, con nuevas reglas que valoraban el amor y la amistad.
Un mes después, Elara y Kael se casaron en el prado de flores azules. Toda la ciudad asistió, y los habitantes de los mundos que habían salvado enviaron regalos y mensajes de felicitación. El ser de luz del Corazón del Universo apareció brevemente para darles su bendición, y la llave del Alba brilló con luz dorada intensa, envolviéndolos en un campo de fuerza de amor y protección.
"Te quiero más que todo en el universo," dijo Kael, mirando a Elara en el altar.
"Yo también te quiero," dijo ella, con lágrimas de alegría en los ojos. "Siempre, en esta vida y en todas las que vengan."
Después de la boda, se quedaron solos en el prado de flores azules, agarrados de la mano. El sol brillaba con luz dorada, y los ríos de aether fluían por la ciudad con color arcoíris. La llave del Alba, el cristal de Lucerna y el de hielo brillaban en el bolsillo de Elara, y los hilos del destino se extendían por todo el universo, conectando todos los mundos en un tejido de amor y amistad.
"¿Crees que habrá más peligros en el futuro?" preguntó Elara.
Kael sonrió y le besó la mano. "Sí," dijo. "La oscuridad siempre puede volver. Pero no tenemos miedo —tenemos el amor el uno del otro, la amistad de nuestros amigos y el poder del equilibrio en nuestras manos. Eso es suficiente para enfrentar cualquier cosa."
Elara miró al cielo, donde las estrellas brillaban con luz más intensa que nunca. Sabía que su misión como guardianes seguía, pero ahora no tenía miedo —tenía a Kael con ella, y juntos podían hacer cualquier cosa.
"Juntos," dijo ella.
"Juntos," repitió Kael.
Y mientras se quedaban allí, en el prado de flores azules, el sol de Aethermoor seguía brillando, llenando el mundo de luz, amor y esperanza para todos los siglos que venían.
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Editado: 14.12.2025