CAPITULO 14
Los primeros rayos del sol de Aethermoor iluminaron el prado de flores azules, donde miles de personas se preparaban para el Día de la Unidad —un evento anual que reunía a habitantes de todos los mundos para celebrar la paz y la conexión. Habían pasado tres años desde que Aero había vuelto a ser guardián del viento, y el universo había conocido una calma que no se veía desde siglos.
Sol, ahora de ocho años, corría por el prado con Lyra y Estrella, ayudando a colocar banderas de todos los colores —banderas de Lucerna con bordados de oro, de los Hielos Helados con figuras de hielo, del Reino de los Árboles Eternos con imágenes de árboles, del Reino del Viento Eterno con dibujos de viento y nubes.
"¡Mamá, mira!" gritó Sol, corriendo hasta Elara, que estaba ayudando a Luna a preparar una mesa con comida de todos los mundos. "Hemos colocado todas las banderas alrededor del portal!"
Elara se agachó y besó la cabeza de Sol. "Qué bien, mi amor," dijo. "El portal se ve más bonito que nunca."
Kael llegaba con Torvin y Aero, que había venido desde su reino para la celebración. Aero llevaba una túnica de azul claro que bailaba con el viento, y su pelo azul brillaba en la luz del sol. "El viento de todos los mundos está lleno de alegría," dijo Aero, sonriendo. "Todos están emocionados de estar aquí."
Mientras se preparaban, más y más gente llegaba a través del portal de las estrellas crecidas —habitantes de mundos que Elara y Kael habían salvado, y de otros que se habían unido a la alianza en los últimos años. Había seres de piel roja del Reino del Fuego Pacífico, de piel azul del Reino del Océano Profundo, de piel plateada del Reino de las Estrellas.
El director de la escuela de los Cielos se acercó a Elara y Kael, con una sonrisa en la cara. "Hoy es un día histórico," dijo. "Es la primera vez que todos los mundos se reunen en un solo lugar. Esto es lo que vosotros creasteis —un universo conectado."
Elara miró al portal, que brillaba con luz arcoíris. "No lo creamos nosotros solos," dijo. "Lo creamos todos juntos —con amor, amistad y el deseo de paz."
A las diez de la mañana, la celebración empezó. El ser de luz del Corazón del Universo apareció en el cielo, envolviendo todo el prado en luz blanca. "Hoy celebramos la unidad del universo," dijo su voz, que se escuchó en todo el espacio. "Hoy recordamos que aunque somos diferentes, estamos conectados por el mismo corazón —el corazón del equilibrio."
Después de la bendición, empezó la parada de tradiciones. Cada mundo presentó su música, su baile y su cultura. Los habitantes de Lucerna tocaron instrumentos de oro que emitían luz, los de los Hielos Helados bailaron con figuras de hielo que se convertían en flores, los de los Árboles Eternos cantaron canciones que hacían brotar plantas de la tierra, los de el Reino del Viento Eterno crearon esculturas de viento que bailaban en el aire.
Sol, Lyra y Estrella se unieron a la parada, presentando una danza que habían creado juntos —una danza de luz, sombra y viento que representaba el equilibrio del universo. Los espectadores aplaudieron con entusiasmo, y las figuras de luz que crearon se extendieron por todo el prado.
Mientras la parada continuaba, Elara se acercó a Aero, que estaba mirando a los niños con admiración. "Ellos son el futuro," dijo Aero. "Y el futuro es brillante."
"Sí," dijo Elara. "Pero tenemos que asegurarnos de que siempre tengan un camino claro. A veces, la paz puede hacer que olvidemos los peligros del pasado."
De repente, la llave del Alba en su cuello empezó a vibrar con una fuerza suave pero constante. Un hilo de luz nuevo se extendió desde ella hacia el horizonte —un hilo de color negro profundo, pero con puntitos de luz que recordaban a estrellas.
"¿Qué es eso?" preguntó Kael, acercándose a ella.
Elara cerró los ojos y se concentró. Los hilos del destino le mostraron imágenes: un mundo que estaba en el borde del abismo, un mundo que no había sido descubierto antes, donde los habitantes vivían en la oscuridad pero guardaban una luz que el Abismo antiguo había intentado destruir.
"Es el Reino de las Estrellas Oscuras," dijo, abriendo los ojos. "Un mundo que ha estado oculto durante siglos. Los habitantes han vivido en la oscuridad, pero tienen una luz en su corazón que la oscuridad no puede destruir. Ahora, la oscuridad del pasado está volviendo para acabar con esa luz."
Sol se acercó a ellos, con la mirada seria. "Tenemos que ir a ayudarlos," dijo. "Es nuestra misión como guardianes."
Lyra y Estrella se unieron a él. "¡Nosotros también vamos!" gritaron.
Elara miró a Kael, Luna, Torvin y Aero. "La llave dice que necesitamos la luz de las nuevas generaciones y la experiencia de los antiguos guardianes," dijo. "Todos nosotros vamos —tú, yo, Kael, Luna, Torvin, Aero, y los niños."
Los demás guardianes asintieron. "Vamos a decirle a la gente lo que pasa," dijo Aldric. "Mientras vosotros ayudáis a ese mundo, nosotros mantendremos la celebración y la paz aquí."
Se prepararon rápidamente. Los niños se pusieron sus amuletos —Sol su amuleto de plata y viento, Lyra su cristal de luz y nube, Estrella su amuleto de cristal de Lucerna. Los adultos se pusieron sus armaduras y cogieron sus hechizos y armas.
Entraron en el portal de las estrellas crecidas, y el hilo de luz negro con puntitos de estrella los guió hacia el Reino de las Estrellas Oscuras. El viaje fue de oscuridad, pero con estrellas que brillaban a su alrededor —igual que el hilo de luz.
Finalmente, aterrizaron en el Reino de las Estrellas Oscuras. El cielo era negro profundo, lleno de estrellas que brillaban con luz débil. La tierra era de color gris, pero había flores de color negro que emitían una luz tenue. Los habitantes —seres de piel gris con ojos de color estrella— se refugiaban en cuevas, con expresiones de miedo.
Una mujer joven con ojos de color azul estrella se acercó a ellos. "¿Quiénes son vosotros?" preguntó, con la voz temblorosa. "¿Venís de la Oscuridad del Pasado?"
"No," dijo Elara, sonriendo suavemente. "Somos guardianes, venidos para ayudarlos. Me llamo Elara, y estos son mis amigos y los nuevos guardianes."
La mujer sonrió por primera vez en mucho tiempo. "Me llamo Stella," dijo. "Soy la líder de los refugios. La Oscuridad del Pasado llegó hace unos días y ha empezado a apagar la luz de nuestras flores y de nuestros ojos. Si no la detenemos, todo el mundo se volverá a la oscuridad eterna."
"¿Dónde está la Oscuridad del Pasado?" preguntó Kael.
"En el centro del reino, en la Montaña de las Estrellas Muertas," dijo Stella. "Ha tomado la cima como su morada. Allí es donde controla toda su magia."
Empezaron a caminar hacia la montaña. El camino era difícil —la oscuridad estaba por todas partes, y la luz de las flores era débil. Pero Sol usó su magia de equilibrio para crear una luz dorada que iluminó el camino, Lyra usó su magia de sombra y luz para crear figuras de luz que protegían a todos, y Estrella usó su magia de Lucerna para fortalecer la luz de las flores.
Aero usó su magia de viento para llevar la luz a todas partes, y los adultos usaron sus armas y hechizos para detener las sombras que aparecían en el camino. Stella caminaba al frente, conociendo el camino.
Llegaron a la Montaña de las Estrellas Muertas al anochecer. La cima estaba cubierta de sombras negras, y una luz negra emitía desde allí. La Oscuridad del Pasado apareció en la cima —una figura negra que parecía el Abismo antiguo, pero con ojos de color estrella muerta.
"LOS GUARDIANES! HABÉIS VENIDO A APAGAR VUESTRA LUZ TAMBIÉN!" rugió su voz, resonando en todo el reino. "ESTE MUNDO ES MÍO, Y LA OSCURIDAD ETERNA DOMINARÁ TODO!"
Alzó sus manos y envió una ola de sombras negras hacia ellos. Torvin creó un escudo de sombra que detuvo la ola, pero la oscuridad se quedaba adherida al escudo, intentando destruirlo. "¡Elara, usa la llave y la luz de los niños!" gritó.
Elara sacó la llave del Alba y la colocó en el centro de los niños. La luz de Sol, Lyra y Estrella se mezcló con la luz de la llave y la magia de Aero, Luna y Kael, creando una energía de luz de estrellas que se extendió por todo el reino. Las flores de color negro empezaron a brillar con más intensidad, y los ojos de los habitantes volvieron a tener luz.
La Oscuridad del Pasado gritó de rabia y atacó a los niños con un rayo de oscuridad. Sol se interpuso y usó su magia de equilibrio para detener el rayo, y la energía de luz de estrellas envolvió a la figura negra.
Elara cerró los ojos y se concentró. Los hilos del destino se extendieron hacia la Oscuridad del Pasado, y vio su pasado —era un guardián del Reino de las Estrellas Oscuras que había caído en la oscuridad cuando creyó que su gente le había traicionado.
"Recuerda tu gente," dijo Elara, con la voz suave. "Recuerda la luz que guardan en su corazón. Tu oscuridad no es tu verdad —tu verdad es la luz que ayudaste a crear."
La energía de luz de estrellas se hizo más intensa, y la figura negra se desvaneció. Apareció un hombre de piel gris con ojos de color estrella brillante —el guardián que había sido antes de la oscuridad.
"Gracias," dijo, con lágrimas en los ojos. "He estado atrapado en mi dolor durante siglos. Ahora, puedo volver a mi gente y proteger la luz que amamos."
Se acercó a la Montaña de las Estrellas Muertas y colocó sus manos sobre ella. La luz de estrellas se extendió por toda la montaña, y esta empezó a brillar con luz de estrellas vivas. El reino se llenó de luz, y los habitantes salieron de los refugios, celebrando su libertad.
Stella se acercó a Elara y los demás, agradeciéndolos. "Gracias a vosotros y a los niños," dijo. "Nuestra luz ha vuelto. El reino está a salvo."
La voz del ser de luz del Corazón del Universo se escuchó en el aire:
"Habéis cumplido vuestra misión. El Reino de las Estrellas Oscuras ha recuperado su luz, y su guardián ha vuelto a su papel. La unidad del universo se ha fortalecido —ahora, todos los mundos, incluso los ocultos, forman parte del tejido de luz y amor."
Los nueve se miraron, sonriendo. Era hora de volver a Aethermoor. El nuevo guardián del Reino de las Estrellas Oscuras les dio un amuleto de estrella negra que brillaba con luz, para que siempre recordaran a su mundo.
Entraron en el portal y volvieron al prado de flores azules, donde la celebración de la Unidad seguía. La gente les esperaba con aplausos y abrazos, y los niños corrieron hacia Sol, Lyra y Estrella, preguntándoles sobre el viaje.
Elara se acercó al centro del prado y habló a todos los presentes. "Hoy, hemos celebrado la unidad del universo," dijo. "Y hemos aprendido que incluso los mundos ocultos, los que viven en la oscuridad, tienen una luz en su corazón. Esa luz es lo que nos conecta a todos —y esa luz nunca se apagará."
La gente aplaudió, y el portal de las estrellas crecidas se hizo tan brillante que iluminó todo el cielo. Flores de todas los mundos, incluidos el Reino de las Estrellas Oscuras, bajaron del portal, cubriendo el prado de colores y luz.
Sol se acercó a Elara y Kael, cogiendo sus manos. "Hoy ha sido el mejor día de mi vida," dijo. "Hemos ayudado a un nuevo mundo y todos los mundos están juntos."
Kael sonrió y acarició su pelo. "Sí," dijo. "Hoy es el día donde todos los mundos se reúnen —y mañana, el universo será aún más unido."
Elara miró al cielo, donde las estrellas de todos los mundos brillaban juntas. Sabía que la misión de los guardianes nunca terminaría, pero ahora no había duda —el universo estaba conectado, lleno de luz y amor, y la nueva generación estaba lista para llevar el legado al futuro.
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Editado: 14.12.2025