EL INFINITO QUE EMPEZÓ EN UN PRADO

CAPÍTULO 21
Cien años habían pasado desde que el universo se convirtiera en uno solo. El espacio que antes era un conjunto de mundos separados ahora era un paisaje infinito de vida, donde árboles de estrellas crecían junto a ríos de aether, donde montañas de hielo coexistían con praderas de fuego pacífico. Todo estaba en equilibrio, todo estaba conectado —un solo corazón que latía con el amor de todos los seres.
Los nuevos guardianes principales —Equilibrio, Conexión y Esperanza— ahora tenían ciento dieciocho años, y habían visto varias generaciones de jóvenes guardianes entrenar y tomar el relevo. La universidad intergaláctica del bosque de vida había crecido hasta convertirse en un centro de conocimiento infinito, donde seres de todo el universo venían a aprender, crear y compartir. Sus bisnietos —Inicio, Camino y Fin— estaban a punto de asumir su papel de guardianes, listos para llevar el legado hacia el futuro sin límites.
Los tres guardianes veteranos se sentaban en el porche de la casa original de Elara y Kael —que aún estaba de pie, rodeada de flores azules que habían crecido por todo el bosque. Miraban el cielo infinito, donde la luz blanca del corazón del universo brillaba junto a figuras de luz que representaban a todas las generaciones de guardianes.
"Abuelo Equilibrio, cuentanos cómo empezó todo," pidió Inicio, un joven con ojos de color nuevo sol y pelo de color verde esperanza.
Equilibrio sonrió y acercó a los jóvenes. "Todo empezó en este prado," dijo, señalando el suelo donde las flores azules brillaban. "Hace más de dos siglos, había una mujer llamada Elara y un hombre llamado Kael. No se conocían, pero el destino los reunió aquí, en medio de estas flores."
"Y entonces?" preguntó Camino, con ojos de color camino de luz y pelo de color azul viento.
"Entonces, una llave de luz empezó a brillar," continuó Conexión, que se había acercado. "Y recordaron que eran guardianes —guardianes del equilibrio, destinados a salvar el universo de la oscuridad."
Esperanza asintió. "Ellos lucharon contra el Abismo, el mal más grande del universo," dijo. "Y ganaron —no con fuerza, sino con amor, amistad y la ayuda de sus amigos."
Los jóvenes escuchaban con la mirada abierta de admiración. "Y luego crearon todo esto?" preguntó Fin, con ojos de color estrella final y pelo de color negro sombra.
"Sí," dijo Equilibrio. "Ellos empezaron con un sueño —un sueño de paz, de unidad, de amor eterno. Y cada generación de guardianes ha trabajado para hacer ese sueño realidad. Ahora, tenemos este universo infinito que somos todos."
De repente, la luz del corazón del universo se hizo más intensa. Un rayo de luz de color rosa brillante se extendió hacia el prado de flores azules, envolviéndolos en energía. El ser de luz del Corazón del Universo apareció en el aire, junto a las figuras de luz de todas las generaciones de guardianes —Elara, Kael, Luna, Torvin, Aero, Aldric, Valerius, Sol, Lyra, Estrella, Luz, Sombra, Nube y muchos más.
"Los guardianes de todos los tiempos," dijo el ser de luz, con una voz que era el susurro del viento y el latido del corazón del universo. "Llegó el momento de celebrar el legado que habéis creado —y de descubrir el nuevo camino que nos espera en el infinito."
Todos los seres del universo se reunieron en el prado de flores azules —un círculo infinito que se extendió por todo el paisaje intergaláctico. Los jóvenes guardianes —Inicio, Camino y Fin— se colocaron en el centro, con los amuletos de todas las generaciones alrededor de su cuello.
"Este prado es donde todo empezó," dijo la figura de luz de Elara. "Un pequeño espacio de flores azules, donde un amor se reencontró y un legado comenzó."
"Y este prado es donde el legado se renueva," dijo la figura de luz de Kael. "Porque el infinito no es un fin —es un inicio que nunca termina."
Las figuras de luz de todos los guardianes se acercaron a los jóvenes, y su energía se mezcló con la de Inicio, Camino y Fin. La luz del corazón del universo se extendió por todo el prado, y las flores azules empezaron a multiplicarse, creciendo hasta formar un mar de color azul que se extendió por todo el infinito.
"El amor que empezó aquí nunca se ha desvanecido," dijo la figura de luz de Sol. "Ha crecido, se ha extendido, se ha convertido en el corazón del universo."
"Y vosotros, los nuevos guardianes," dijo la figura de luz de Lyra. "Vosotros llevaréis este amor al infinito —a nuevos rincones del espacio que aún no han sido descubiertos, a nuevas realidades que aún no han sido imaginadas."
La figura de luz de Estrella asintió. "El camino no termina aquí," dijo. "El camino es infinito, y cada paso es un nuevo inicio —un nuevo prado de flores azules en el corazón del espacio."
Los jóvenes guardianes cerraron los ojos y se concentró. Sentían la energía de todas las generaciones, el amor de todos los seres, el equilibrio de todo el universo. Su magia se mezcló con la energía de las figuras de luz, creando una luz de color arcoíris infinito que se extendió hacia el espacio más profundo del infinito.
La voz de todos los seres del universo —de todas las generaciones, de todas las realidades— se escuchó en un solo canto:
"Empezamos en un prado de flores azules. Crecemos en un universo de amor. Continuamos hacia el infinito que somos. El legado nunca termina —el inicio nunca acaba."
La luz arcoíris infinito se extendió por todo el espacio, descubriendo nuevos rincones del infinito donde nuevas vidas estaban empezando —nuevos prados de flores, nuevos árboles de estrellas, nuevos seres que estaban listos para conectarse con el universo que eran todos.
Las figuras de luz de los guardianes veteranos se desvanecieron en la luz infinito, convirtiéndose en parte del camino que los jóvenes iban a recorrer. Equilibrio, Conexión y Esperanza se abrazaron a los jóvenes, con lágrimas de alegría en los ojos.
"Nosotros siempre estaremos con vosotros," dijo Equilibrio. "En cada nuevo prado, en cada nuevo inicio, en cada nuevo corazón que latía."
"El infinito es vuestro," dijo Conexión.
"Juntos," dijo Esperanza.
Los jóvenes guardianes se colocaron en el centro del prado de flores azules, que ahora era el centro del infinito. Inicio extendió sus manos hacia el espacio, creando nuevos caminos de luz. Camino extendió sus manos hacia la tierra, creando nuevos paisajes de vida. Fin extendió sus manos hacia el cielo, creando nuevos cielos de estrellas.
La gente de todo el universo empezó a celebrar —cantando, bailando, creando nuevas magias y nuevas realidades. La luz del corazón del universo se hizo más brillante, y el mar de flores azules se extendió por todo el infinito, recordando a todos dónde había empezado todo.
Mikel —que ahora era un ser de luz que formaba parte del centro del universo— apareció en el prado. "La historia nunca termina," dijo, con una voz de luz. "Cada día es un nuevo capítulo, cada paso es un nuevo verso, cada ser es un nuevo personaje en la historia del infinito."
Inicio cogió el libro gigante que Mikel había creado cien años antes y lo abrió. En las últimas páginas, había un espacio vacío. "Este es el espacio para las nuevas historias," dijo. "Las historias que nosotros crearemos, las historias que las próximas generaciones crearán —las historias del infinito."
Mientras la celebración continuaba, los jóvenes guardianes miraron hacia el infinito, donde nuevas estrellas estaban creciendo, nuevos prados estaban floreciendo, nuevas vidas estaban empezando. Sabían que el legado que había empezado en un pequeño prado de flores azules ahora era infinito —y que nunca terminaría.
El sol intergaláctico se puso, pintando el cielo infinito de colores arcoíris. El mar de flores azules brillaba con luz de todas las estrellas, y el corazón del universo latía con el amor de todos los seres. Todo había empezado en un prado de flores azules —y ahora, el prado era el infinito, y el infinito era el prado.
Y en el centro de todo, en el primer prado de flores azules donde había empezado todo, una única flor azul brillaba con luz de todos los guardianes, de todas las generaciones, de todo el infinito —recordando a todos que el inicio nunca acaba, el legado nunca se apaga, y el amor es el infinito que nos une a todos.