La Llegada De Freyja

Epílogo

— Niños, no tan rápido.

Se quejó la maestra Morris captando la atención de sus estudiantes.

— Nuestra universidad tiene nombre griego y vamos a un museo de dioses nórdicos, en fin, la hipotenusa — se burló Horus haciendo que todos los demás en aquel paseó universitario hicieran lo mismo.

Todos con excepción de una.

La joven de desordenado cabello marrón leía un folleto bastante atenta, que relataba la historia de diversos dioses nórdicos, a la vez que el otro folleto relataba un breve resumen de los dioses mestizosoícos, del otro lado del museo.

— ¡Samirah! ¡Samirah! ¿Alguien la ha visto? — dijo una mujer pasando entre los alumnos.

Amär, el nombre de aquella estudiante miró con recelo a sus compañeros que sin ningún tipo de respeto se burlaban de todo aquello que veían en el museo, eso la hacía enojar, pero no podía hacer mucho, ya que quienes se reían con tanta naturalidad y que lideraban aquel comportamiento eras los famosos hermanos Favre, quienes era la realeza en la universidad Adelphos.

— Bien, ¡Chicos! ¡Vengan por aquí! — la señora Morris guío a sus estudiantes directamente hacía uno de los pasillos, uno en donde se podía ver a la mítica diosa Freyja, luciendo su afamado collar Brisingamen.

— ¿Esa es la diosa de la belleza? — se burló un estudiante haciendo una mueca — ¡Sí es más fea que mí abuela!

Amär rodó los ojos, sacando su celular para tomar unas cuantas fotografías.

— Bien, ¿Quién me quiere decir el nombre de esta deidad nórdica?

— Freyja — respondió Amär sin mirar a su maestra.

— ¡Bien, Amär! Tres puntos más en el exámen del lunes.

El mismo chico que había insultado la belleza de Freyja se acercó a Amär y le susurró.

— Friki.

Antes de irse a reír de cualquier estupidez con sus amigos.

— Bien, ella es Freyja, una de las deidades nórdicas más importantes, está mujer  es una diosa de la mitología nórdica y germánica, de la cual se preservaron numerosos relatos que la involucran o la describen. Frigg y Freyja son las dos diosas principales de la religión nórdica​ y son descritas como las superiores entre las Ásynjur. A su vez es la diosa de la belleza, la magia y el amor, pero también es la hermana gemela o melliza de Freyr, el dios del sol...

— ¡Aburrido! — se quejó un chico haciendo una mueca.

— Si te parece tan aburrido, ven y dime cuáles son los mitos más importantes en donde aparece Freyja.

El chico bajo la cabeza, sintiéndose avergonzado por la repentina atención.

— Bien, ¿Alguien sabe la respuesta?

— En la saga Droplaugarsona se describe que en el templo de Ölvusvatn.

Respondió Amär sin mirar a nadie en específico, al contrario, su vista estaba centrada en el hermoso cuadro de la diosa.

— ¡Genial, parece que alguien si estudió! Ahora veamos, que más dioses podemos ver.

Los universitarios caminaron siguiendo fielmente a su maestra, hasta que el mismo chico que se la había pasado burlándose durante toda la charla paso junto a Amär, que seguía mirando la pintura.

— Perra lame botas — susurró al pasar a su lado.

— ¿Qué me dijiste? — pregunto Amär indignada.

— Nada — se burló haciéndose el tonto.

— ¿Así?

Amär se abalanzó hacía el tipo, cayendo sobre él y pegándole una serie de puñetazos, a la vez que sus compañeros hacían un círculo a su alrededor en incentivan la paliza, con sus teléfonos grabando todo.

— ¡Ya! ¡Ya! ¡Paren!

Un guardia de seguridad y la propia maestra tuvieron que separarlos. Los nudillos de Amär estaban salpicados de sangre, a la vez que de su nariz descendía una línea sanguínea que llegaba hasta su barbilla.

— ¡Amär! ¿Qué diablos diablos estabas haciendo? — la maestra Morris sacudió histérica a la joven — ¿Qué dirían tus padres al respecto?

— Posiblemente padre me felicité por defenderme, mientras que mí papá me castigue por pelear.

La maestra abrió la boca impactada.

— Definitivamente Einar y Aren te malcriaron. — la mujer tiró de la chica haciéndola quedar frente al cuadro — Espera aquí, llamaré a tus padres y veremos qué pasa contigo, señorita.

— ¡Ya! ¡Ya, chicos! No hay nada que ver aquí — dijo el guardia de seguridad dispersando al grupo curioso de estudiantes.

— ¡Estás loca!

Grito el chico cuyo rostro estaba bañado en sangre, mientras era llevado a la enfermería. Amär suspiro al quedarse sola y se dispuso a limpiar la sangre de su cuerpo, en especial de su nariz.
Cuando finalmente pudo limpiarse un poco, la joven se centró en la belleza de aquél cuadro: la finura de la pintura, el detalle tan cuidadosamente conseguido y el rostro tan hermoso cuya veracidad podía ser fácilmente refutada, porque no podía existir alguien tan bella como ella.

Tan concentrada estaba Amär en apreciar la maestría con la que había sido creada la pintura que no noto a una mujer que muy sonríente caminaba hacia ella.

— Es una hermosa pintura, ¿No?

Amär se giró para ver a la mujer más hermosa que hubiera existido, su bellísimo rostro era tan hermoso que resultaba imposible, haciendo que la chica no tuviera más opción que bajar la cabeza sonrojada.

— Sí, lo es.

La enigmática mujer se quitó los enormes lentes de sol, revelando unos ojos azules como el mar que brillaban bajo la luz artificial de las bombillas sobre la cabeza de ellas.

— Dicen que la diosa del amor nunca realmente amo, pero yo estoy en desacuerdo, ¿Qué opinas tú?

Amär no podía creer la dulzura de la voz de aquella enigmatica mujer, era como estar escuchando a la belleza hablar, misma perfección que hacía eco en el solitario pasillo del museo.

— No lo sé, no conozco su historia bien.

La mujer sonrió, acercándose más a Amär.

— Quizás pueda contártela alguna vez — Amär sonrió, ante la amabilidad de la mujer.

— Soy Amär — dijo extendiendo su mano, la cual fue estrechada por la cálida y suave mano de la mujer.




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