La loba

22

Aquí tienes la traducción al español:

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Con cuidado, pasó la primera página, como si temiera que el papel se desmoronara bajo su toque y, con él, los secretos escondidos entre sus líneas.

Anatoli Vasilievich se inclinó hacia adelante, intentando mirar por encima de su hombro, pero de repente sintió un fuerte tirón. Solli lo apartó al instante, casi de manera instintiva, como un ave rapaz protegiendo su presa.

— Es algo personal, — dijo con voz tranquila pero inapelable.

— Bueno, como quieras... — murmuró Anatoli, frunciendo el ceño con descontento, pero retrocedió de todos modos.

— Tal vez haya algo más interesante aquí, — comentó Solli, sin prestarle atención, hojeando con entusiasmo las viejas páginas. Sus dedos ansiosos deslizándose por el papel amarillento, sintiendo en su piel el eco del pasado.

— Examínalo, — Masha asintió, sin esperar respuesta, y bajó decidida, permitiéndoles continuar con la exploración sin ella.

En la planta baja reinaba el silencio. Solo el susurro apagado del tiempo en las grietas del suelo de madera, la respiración tenue de la casa, que parecía escuchar cada uno de sus movimientos.

Masha se dejó caer lentamente en el sofá, colocó el cuaderno sobre sus rodillas y pasó los dedos por la gastada cubierta. La tela, que alguna vez fue suave, ahora era áspera, resquebrajada, como las manos de un anciano que guardan en su piel historias de vida.

Conteniendo la respiración, pasó la página. Y en ese mismo instante, ocurrió algo extraño.

Justo ante sus ojos, empezaron a aparecer letras—al principio dispersas, borrosas, como reflejos de luz en el agua, pero luego se unieron en palabras, en frases, en toda una historia. La tinta parecía emerger desde el interior del papel, cobrando vida, resucitando tras años de silencio.

La caligrafía—uniforme, fluida, casi melódica. Delicada, pero llena de fuerza. Amor y dolor, esperanza y miedo se entrelazaban en ella, como una voz que hablaba a través de los siglos.

Sus ojos recorrieron con avidez las líneas, y su corazón… Su corazón resonó con cada palabra, como si alguien invisible estuviera tocando sus cuerdas.

El silencio ya no era solo la ausencia de sonido. Se convirtió en un lienzo sobre el cual se dibujaba la voz del pasado. Y esa voz hablaba directamente con ella.

**"Mi amada hija, mi luz en la oscuridad.

Si estás leyendo estas palabras, significa que has crecido. No sé cómo eres ahora, pero en mi corazón, te imagino hermosa, fuerte, valiente… y sobre todo, viva. Esa es mi mayor bendición.

Te amo, mi niña, con un amor que va más allá de lo que las palabras pueden contener. Te amo con la intensidad de un sol que jamás se apaga, con la dulzura de una caricia que se queda en la piel incluso cuando la distancia nos separa. Pero también te amo con la desesperación de quien sabe que nunca podrá abrazarte, de quien se despide sin haberte conocido fuera de sus sueños.

Aún estás dentro de mí. Te siento. Cada latido tuyo resuena en mi alma. Pero también sé que cuando llegues a este mundo, yo ya no estaré para sostener tu mano. Esta es mi elección, mi sacrificio, y lo haría mil veces si con ello aseguro tu existencia. Entre tú y yo, siempre te elegiré a ti.

Pero antes de partir, hay algo que debo confesarte. Algo que podría cambiar tu vida, como lo cambió todo para mí.

El hombre al que llamas padre, el Alfa del Norte, no es tu verdadero padre.

Tal vez debería contarte desde el principio.

Cuando era solo una niña, me vendieron como si fuera un objeto sin alma. No puedo suavizar esta verdad: fui una esclava. La esclavitud oficialmente ya no existía, pero para los que somos diferentes, para los que poseemos dones, las reglas son otras. Nos compran, nos usan, nos intercambian como si fuéramos simples mercancías.

Me entrenaron en la magia, y a pesar de todo, me convertí en una de las mejores. Pero aprendí pronto que la mayor lección no era perfeccionar mi don, sino ocultarlo. Mi mayor poder era ver el pasado y el futuro, leer los destinos como si fueran libros abiertos. Saber qué camino tomar, cómo cambiar el curso de los acontecimientos… Pero ni siquiera ese poder pudo salvarme de la esclavitud.

Pertenecí a la familia del Alfa del Norte. Desde hacía tiempo, él me deseaba, pero yo nunca lo amé.

Y entonces, una noche, todo cambió.

En una recepción, vi a su amigo. Y en el instante en que nuestros ojos se cruzaron, el mundo dejó de existir. Él era poder, fuego, una tormenta envuelta en carne y hueso. Me enamoré sin remedio, con esa pasión que solo se siente una vez en la vida. Y él también me amó.

Fuimos felices. Por primera vez, dejé de pensar en la libertad o en la huida. Mi única prisión era su abrazo, y no deseaba escapar de él. Creí que ese amor lo vencería todo.

Pero el destino tenía otros planes.

Cuando supe que estaba embarazada, mi corazón se llenó de luz… y de terror. Porque en todas mis visiones, en todos mis intentos por ver el futuro, tú no estabas ahí.

Hasta que, de repente, te vi. Vi tu rostro, vi tu existencia. Y comprendí la verdad más cruel: si me quedaba con él, si no renunciaba a mi propia felicidad, tú morirías.

Mi mundo se rompió en mil pedazos.

Revisé cada posibilidad, cada desvío del destino, cada alternativa. Pero solo había un camino en el que sobrevivías: dejarlo.

Tenía que hacer que el Alfa del Norte creyera que eras su hija. Tenía que engañarlo. Tenía que renunciar a mi amor, a mi hogar, a mi vida… para que tú pudieras vivir.

Detuve mi embarazo con magia, dándome tiempo para ejecutar mi plan. Me alejé del único hombre que amé y volví con el Alfa del Norte. Hice que creyera en mi mentira. Creé amuletos para sellar tu verdadero poder, para ocultar tu esencia.

Y ahora, mientras escribo estas palabras, sé que mi destino ya está marcado.

Huiré antes de dar a luz. Sé que no sobreviviré, pero tú debes hacerlo.



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En el texto hay: bruja, loba alfa

Editado: 02.03.2025

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