Este libro está basado en alabanzas a parejas presentes en la Biblia, por ninguna circunstancia se busca ofender a alguna religión. Se pide perdón de antemano si algún creyente llega a ofenderse.
Cuando se propuso a "salvar" a todo aquel que encontrará en una situación similar a la suya nunca pensó que su físico le ayudaría, más si se trataba de mujeres, siempre caían por él, por su amor. La primera chica a la que salvo se llamaba Julieta y era la hija de una de las diaconisas de la iglesia, en un principio era muy tímida, casi como una muñeca de porcelana, pero poco a poco pudo llegar hasta ella y corromperla de todas las formas posibles. Sacó a la pobre ingenua de su vida perfecta y la arrastró hasta un mundo oscuro, y sombrío que ni siquiera conocía, para después dejarla sola a su suerte en un ambiente completamente ajeno a cualquier cosa que hubiese vivido.
Y aún así ella estaba enamorada de él. De una forma u otra Joshua logró convencer a Julieta de que todo lo que hacía era por su bien, incluso cuando hizo público que Julieta, la hija de una diaconisa nacida en el adventismo, una chica devota a Dios y una de las integrantes del coro de la iglesia mantenía relaciones íntimas antes del matrimonio, además de sumarle varios vídeos de Julieta fumando no era tan perfecta como todos creían, eso la destrozo. Su crueldad hizo de ella una marginada, claro que sus padres y miembros de la iglesia la esperaban con los brazos abiertos, pero ella sabía que las críticas nunca faltarían.
"Porque a veces son los mismos miembros de la iglesia roca de tropiezo para el alma abatida y necesitada"
Los típicos hermanos extremistas la criticaron y se encargaron de hacer de su vida un infierno, luego sus amigos de la escuela la repudiaron. Las críticas eran duras, los rumores se extendían a diestra y siniestra, y sin darse cuenta se quedó sola, y cometió el error de confiar en que él era el amor de su vida, la persona que le ofrecería esa ayuda que en ese momento tanto necesitaba, Julieta cometió el error de creer que él la amaba.
Lo que le hizo a Julieta fue la gota que derramó el vaso y se ganó un pasé gratis directo a la casa de su abuela, tuvo que dejar su natal Rilindja y adentrarse a la feroz Varela, pero eso tampoco funcionó, finalmente fue enviado a la casa de su tía, Genevieve, de quien años anteriores había sido cruelmente apartado, ya que su padre no consideraba que ella fuese buena para la vida de su hijo. Al final había conseguido la soledad que tanto había anhelado. Y allí sin su "perfecto" padre y su "gloriosa" madrastra tenía la libertad necesaria para hacer lo que quisiera. Julieta había sido el principio, luego fue Ruth, Cecilia, Alexandra, María, Sorely, Jessica, Romina, Danu, Rebeca y así sucesivamente, todas acababan cayendo y luego las abandonaba, según él, tarde o temprano se lo agradecerían.
Su tía y madre adoptiva, Genevieve, era alguien intensa, un poco salvaje y brusca, según su padre ella lo ayudaría a cambiar, pero poco y nada había hecho. Tenía que admitir que no se atrevía a fumar, tomar o decir alguna grosería en su presencia, Genevieve era demasiado piadosa y querida cómo para desearle algún mal — además de que en varias ocasiones que lo había hecho terminó con un ojo morado y un discurso sobre el cáncer de pulmón, si, su madre adoptiva era un poco violenta — incluso se había tomado la molestia de aprender a cocinar comida con carne para poder satisfacer a su rebelde sobrino, era todo un encanto. Su tío y padre adoptivo, Finley, era alguien muy cariñoso y completamente listo para darlo todo por él y sus hijos, Joshua debía admitir que lo amaba, aunque nunca se lo demostrará ¡Y ni hablar de sus primos! Laia y Tahiel — Tate para los amigos —, los habían recibido con suma alegría cuando la adopción de él y su hermana se hizo oficial.
Pero no podía explicar qué era lo que tenía Esther Hazael Fierro Morales, como su primer nombre lo decía: era como una estrella, una radiante y hermosa estrella, era risueña, tierna, creativa y aunque pareciera raro, era sarcástica, pero también era esquiva sin importar cuántas trampas le pusiera ella las esquivaba con gracia y belleza, antes de ella Joshua pensaba que podía hacer lo que quisiera, que no existía un Dios que lo detuviera, pero un día se dio cuenta de que era ella la respuesta a sus oraciones de niño, a las oraciones de sus padres, a las oraciones de la iglesia, ella era un regalo de Dios para él.
Joshua poco a poco se dejó influenciar por la loca esa, hasta que sin darse cuenta ella tenía el control. Cometió el error en confiar en su inocencia, en su pureza y rareza, en creer que ni un mal pensamiento pasaría por su mente, pero nadie humano es perfecto, ella tampoco, aunque lo quisiera aparentar.
Él estaba bajo su merced. Y ella lo llevó por el buen camino, el camino de la luz, el camino de Dios. Y Joshua ya no era una oveja perdida, había encontrado su pastor y regreso al rebaño, a pesar de todo el daño que le hizo.