La Loca Esa (novela Cristiana)

12. Negando a Dios

"Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente."

Mateo 26:75

Haza volvía de sus clases de natación con Brianna a su lado, ambas chicas tenían el cabello hecho un desastre y su ropa estaba mojada, Haza apretó su mochila contra su pecho, provocando que su ropa se mojara más, ya que allí se encontraba su traje...

Haza volvía de sus clases de natación con Brianna a su lado, ambas chicas tenían el cabello hecho un desastre y su ropa estaba mojada, Haza apretó su mochila contra su pecho, provocando que su ropa se mojara más, ya que allí se encontraba su traje de baño, Haza acelerando el paso,  queriendo deshacerse de Brianna.

— ¡Vamos, Haza! Perdoname de una vez, fue un chiste, ¡Solo un chiste! — grito Brianna.

Haza se detuvo y dio la vuelta, observó unos segundos a Brianna antes de darle una bofetada, la chica se llevó las manos a la mejilla mirando horrorizada a Haza.

— ¿Una Broma? ¿Llamas a eso una broma? — Haza se llevó las manos a la cabeza y sacudió su cabello mojado, empezando a llorar — ¿Llamas broma decir "El agua esta tan fría como Katherina en la morgue"? ¡¿Que clase de broma enferma es esa!? 

Brianna rodó los ojos, como si no le importara, ya poco o nada quedaba de la chica dulce que era amiga de Haza.

— ¡Superalo de una vez! ¡Ya pasaron dos años desde que tu hermana fue tan estúpida como para meterse con un abusador que casi nos mata a todos! — Haza no pudo mas y salió corriendo.

Ignorando las gritos de Brianna llamándola. 

Muchos solían decir que el dolor tiene cinco estados o etapas, como su psicólogo solía llamarlos, a veces ella los llamaba castillos, siempre era más fácil comprender algo si se hacía una representación grafica de ellos, cada uno siendo una enorme estructura misteriosa llena de dolor y trampas mortales, y era su deber salir victoriosa de cada castillo:
Negación.
Ira.
Negociación.
Depresión.
Aceptación.

Hasta hacia dos años Haza no sabía que existiera una lista como esa. No tenía idea de que realmente hubiera personas pendientes de cosas como esas. Pero incluso aunque Haza lo hubiera sabido, nunca hubiera imaginado que solo dos meses antes de la cirugía de Owen que lo ayudaría a mejorar la cojera, que Haza entraría de lleno en el primer castillo.
Nunca piensas que esa clase de malas noticias llamarán a tu puerta, porque esa clase de historias, esas que incluyen un locutor con la cara inexpresiva como una piedra interrumpiendo tu programa de televisión favorito para informar de un crucial avance de las Noticias de Última Hora son siempre sobre alguna otra desafortunada familia. Nunca supones que será la tuya. Pero lo que lo hizo todavía peor es que Haza y Aidan fueron los primeros en saberlo.
Bueno, después de los policías, claro.

Y, por supuesto Katherina.

Sin mencionar al monstruo que fue responsable del completo desastre en primer lugar. Y aunque ellos no dijeron otra cosa que " Por favor, ¿podríamos hablar con sus padres?",  Haza y Aidan supieron que algo andaba mal, ninguno de los dos sabia como explicarlo con exactitud: fue el pesar en sus caras de detective, el rechazo en sus ojos cansados lo que casi reveló todo.

Los mellizos se enteraron de ello después del colegio, ambos estaban solos en casa, intentando seguir la rutina habitual, comer galletas, ver la tele y eludir los deberes por un par de horas, aunque en realidad no podían concentrarse en nada de ello. Estaban ansiosos, demasiado, ambos no decían nada, solo se miraban a los ojos con las piernas recostadas contra la pared, preguntándose si su hermana lo había hecho. En aquel entonces Haza y Aidan tenían trece años, y Katherina estaba metida en una tóxica relación, ambos habían visto a su novio — que por cierto, era considerado parte de la familia — golpearla con fuerza contra la pared de la puerta, Haza y Aidan le contaron a sus padres lo que vieron, casi al instante Evangeline y Owen llamaron a la policía, exigiendo levantar cargos por abuso, Katherina les rogó que no lo hicieran. Les dijo a los mellizos que ella misma deseaba solucionarlo todo, que ella misma iría a hablar con el para terminar la relación, pero...en vez de llegar a casa con una carga menos sobre sus hombros, fue encontrada por la policía con la nariz rota, descalza y un enorme moretón en su mejilla derecha, Katherina estaba en la patrulla de policía hecha un desastre y al llegar al hospital contó lo que había sucedido: fue a hablar con su pareja, tenía la esperanza de terminar con él en buenos términos, era su primer novio y no quería que su primer noviazgo fuera un recuerdo tan doloroso; al llegar hablaron un rato, ella le pregunto porque empezó a tratarla tan mal, él respondió que no lo sabía, pero que no volvería a pasar, ella le dijo que le quería, pero que no deseaba someterse a semejante mal trato; él perdió la cabeza, la sujeto tan fuerte de los brazos que le dejo marcados sus dedos, le gritó que no iba a arruinar su felicidad y que estaba delirando si creía que iba a permitir que lo alejara del amor de su vida; Katherina le rogó que se calmara y hablarán; sorprendentemente él se calmo, hablaron un rato más y... 

<< — Todo parecía estar bien, parecía estar perfecto, reímos y charlamos, recordamos momentos juntos, hablamos sobre mis hermanos y como no quería dejar de jugar videojuegos con Aidan los miércoles en la noche, le dije que le deseaba lo mejor, — Katherina ladeo su cabeza, provocando que lágrimas se precipitarán por sus ojos, cayendo a una muerte segura, ella se abrazó a si misma, empezando a estremecerse, con la mirada fija de los policías y sus propios padres en ella —. Pensé que eso era todo, nos despedimos y él me pidió que buscara a alguien con quien fuera feliz — Katherina sonrió, esa sola acción hizo a todos en la sala estremecer —. Cuando ya iba caminando lejos de el, me pidió que le diera un último abrazo, asi que...regrese — Katherina se cubrió el rostro, sollozando —, cuando lo hice, él extendió sus brazos, yo hice lo mismo, pero apenas estuve a centímetros de sus brazos me dio un puñetazo... — Katherina se llevó una mano a su mejilla, cuyo color era de un morado intenso, con algunas zonas rojas, dicho moretón se extendía por la mitad del lado derecho de su mejilla, Katherina paso saliva y se encogió de hombros —. No recuerdo mucho más después de eso...solo estar gritando y pataleando, lo siguiente que recuerdo es correr por una calle gritando y golpeando las puertas de las casas, buscando ayuda — Katherina tomó el vaso de agua frente a ella y le dio un sorbo, luego miró a sus padres —. Lo siento, mamá, lo siento papito...lamento haberles hecho esto...>>




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