la luciérnaga a la que nunca se la apagó la luz

Capítulo 13

Bostecé.

Este trabajo es muy aburrido, pero bueno yo ya sabía que no todo iba a ser súper bonito aunque fuese una carrera que me gustase.

Siempre hay un lado malo en todo, hay veces que puede esconderse detrás del lado bueno pero siempre lo hay, otras veces el lado bueno se esconde detrás del malo y en esos momentos solo tienes que decidir cual quieres tu que este por delante.

Ahora para mí, haciendo este trabajo predominaba la parte mala, y me era imposible centrarme en la buena.

Después de estar tan solo diez minutos haciendo el trabajo me levanté directa al baño, en realidad no tenía que ir necesariamente pero necesitaba un suspiro.

Al final decidí darme una ducha y tras salir de ella y vestirme, salí de mi habitación encontrándome a Blanca en la cocina desayunando.

-Hola.-Dije alegre.

-Como has madrugado, he escuchado tu alarma muy temprano pero por suerte me conseguí volver a dormir.-Dijo para seguidamente pegar un mordisco a su tostada con mermelada de fresa, su favorita.

-Ya, supuestamente estaba haciendo un trabajo pero...-

-¿Pero qué?-

-No llevo ni dos páginas.-Suspiré mientras cogía un bol, leche y cereales, ya que cuando me levanté me puse directamente a hacer el trabajo sin si quiera desayunar.

-¿De qué es?-Dijo tomando un sorbo de su café mientras yo me sentaba frente a ella.

-Un trabajo sobre analizar una película antigua.-

-Bueno, tampoco es tan malo.-

-Es obligatorio ver la película y ayer acabé viendo otra porque no aguante más de diez minutos.-

-¿Te dormiste?-Fruncí el ceño.

-No, lo que pasa es que me pareció que estaba perdiendo mi valioso tiempo. -Después de desayunar pasamos toda la mañana viendo una serie y comimos pizza, ya que estaba lloviendo a todo llover y era sábado.

Por la tarde Blanca fue al apartamento de Diego, y yo decidí dirigirme a la cafetería para hacer una visita a Hugo, que me debía un café por acompañarle ayer.

Cuando entré por la puerta de la cafetería vi que Sara estaba detrás de la barra, pero no vi por ningún lado ni a Enzo, ni a Hugo ni a Gloria.

Saludé con una gran sonrisa a Sara y aunque ella no me saludo con tanta efusividad, se que en realidad si la alegraba que estuviese aquí. Me dirigí al baño antes que nada.

Cuando terminé de lavarme las manos, me quede mirándome en el espejo. Analizándome.

Físicamente no había cambiado nada, de un año hacia aquí.

Pero yo sentía como si todo fuese diferente.

Había una pequeña ventana, la cual obviamente no era traslucida. Pero se conseguían distinguir las gotas de lluvia resbalando por el cristal.

Por un momento me concentré en su sonido, en el sonido de la lluvia.

Y recordé.

-¡Ya estoy aquí!-Grité, cerrando la puerta detrás de mí.

-Estoy en el salón.-Escuché decir a mi hermana mientras me quitaba las botas, que estaban mojadas debido a la fuerte lluvia que caía fuera, antes de adentrarme en el salón.

-Hola.-Dije. Al encontrarme a mi hermana en el sillón individual girado hacia la ventana. Donde se podían apreciar numerosas gotas de lluvia.

Estaba con una taza de lo que suponía que era chocolate caliente mientras leía algo en su ordenador.

En ese momento se giró y su cara cambió de una gran sonrisa a una cara molesta.

-¡Noa!-Dijo con reproche.

-¿Qué? ¿Qué pasa?-Dije mientras me acercaba ara ver que estaba leyendo.

Paso su mano por mi brazo.

-Vas a ponerte mala estas empapada.-

-No exageres tampoco es para tanto.-

-Noa, sube a cambiarte y a darte una ducha de agua caliente.-

-Vale mama.-Dije burlándome de ella mientras empezaba a subir las escaleras.

Pero noté como un cojín impactaba contra mi nuca. Así que subí corriendo partiéndome de risa antes de que me siguiese atacando.

Ese día cuando volví a bajar las escaleras, Lisa me estaba esperando con una taza de chocolate caliente y una película en pausa.

Me sequé las manos y salí del baño, pero me había quedado como en trance.

Cuando llegué de nuevo a la barra me sorprendí con la escena que me encontré.

-Hola.-Dije, algo insegura.

-Hola.-Dijo Hugo dándome un abrazo.-Gracias otra vez por lo de ayer.-Yo simplemente le di una pequeña sonrisa.

-Eh Noa, no me esperaba verte por aquí.-Dijo Oliver el cual estaba sentado al lado de Enzo.

-Ya yo tampoco...-Me mordí el labio con nerviosismo, sin saber muy bien cómo actuar. Me quedé al lado de Hugo, porque en esta situación era el único que me transmitía seguridad.

-¿Os conocéis?-Dijo Enzo.

-Si.-Enzo y Hugo compartieron una mirada extrañada, y Oliver se tensó. Como si no le gustase a donde iba esta conversación, aunque esto pasó desapercibido a Enzo y Hugo ya que yo le estaba mirando fijamente.

-¿De qué?-Preguntó Hugo, Oliver iba a hablar pero yo fui primero.

-Es ex novio de mi hermana.-

-No sabía que tenías una hermana.-Comentó Hugo.

-Está muerta.-Dije sin apartar la mirada fija de Oliver, vi como él se incomodaba de sobremanera y apartaba la mirada dirigiéndola al vaso de agua que sostenía con la mano en la barra.

-Oh...-Dijo.

Hugo pasó su mirada de mí hacia Oliver, sin embargo Enzo clavó su mirada en mí. Como si intuyese que algo iba mal. Antes de que nadie dijese nada yo intenté escaparme de esta incómoda situación.

- Olvidé que tenía que hacer algo. ¿Nos vemos mañana?-Hugo asintió, poco convencido pero no intento detenerme.

Y yo salí de la cafetería, no había durado mucho en ella la verdad. Me paré frente mi coche, y empecé a buscar las llaves en mi bolso pero no las encontraba.

-No me jodas.-Dije yo removiendo con fuerza todo lo que había en el bolso haciendo que el móvil se me cayese d la mano y al cogerle comprobé que tenía un enorme rayón pero por suerte funcionaba. Unas lágrimas recorrieron mis mejillas y un sollozo se me escapó.



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En el texto hay: misterio, amor de hermanas, amistad amigos

Editado: 20.04.2021

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