Estaba en la sala de espera junto a Diego, este había llamado a sus padres pero estaban de viaje y no podrán venir hasta mañana.
Y eso nos deja a nosotros aquí, nos han dicho que no es algo muy grave que ya está controlado
Blanca tenía apendicitis y la estaban operando.
Eran ya sobre las nueve de la noche ya que no la habían operado de inmediato si no que habían esperado un par de horas.
La lluvia caía fuertemente fuera del hospital, yo estaba observándola de pie al lado de la ventana golpeando mi pie contra el suelo aun algo nerviosa.
Además me había empezado a aburrir y mirar la lluvia me parecía relajante.
Hace una media hora Hugo me había llamado para ver que hacía y que Enzo me quería llamar y estaba poniendo como excusa para no hacerlo que si yo no le había llamado significaba que estaría haciendo cosas.
Así que bueno después de haberle echado la bronca por teléfono a Enzo mientras Hugo se reía por detrás y Diego me miraba divertido, colgué.
-Solo me faltan unas palomitas, y sería como estar en el cine.-Dijo cruzando una pierna sobre la otra y echándose hacia atrás en el asiento de una manera despreocupada.
-Cállate.-Pero se me escapó una risa tonta.
Cualquiera que no conociese a Diego diría que lo había dicho de malas, pero aunque no lo parezca esta conversación relajó el ambiente.
Aunque también ayudo que una doctora viniese y dijese que todo estaba bien.
Hugo y Enzo venían hacia aquí. Sara por obvias razones se había quedado en casa, pero Hugo dejo sus diferencias ya que se había empezado a llevar mejor con Blanca y quería asegurarse por sí mismo que ella estaba bien.
Cuando ambos, Hugo y Enzo se acercaron les sonreí y les dije que se sentasen tranquilos que ya nos habían dicho que Blanca estaba bien.
-¿Ahora estas siempre de sujeta velas?-Escuché decir a Diego a Hugo.
-No empieces.-Dije, dirigiéndome hacia él.
La doctora vino y nos dijo que se había quedado dormida por el cansancio.
Entre medias Diego y Enzo habían discutido, porque Diego no se había callado como yo le había dicho anteriormente, y Enzo no parece estar de muy buen humor hoy.
-¿Venís?-Dijo Enzo preparado para irse dirigiéndose tanto a Hugo como a mí. Hugo negó con la cabeza y yo le contesté:
-No, voy a esperar a que Blanca despierte.-Él se fue.
-Noa, ¿Por qué no vas con él? Estamos nosotros aquí y cuando despierte te llamamos.-Me dijo Hugo que a diferencia de Enzo parecía haber pactado una tregua con Diego.
-¿Por qué no vas tú?-
-Porque yo sigo algo enfadado con él, y lo único que voy a conseguir yendo a buscarle es discutir de nuevo.-
-No, me quedo.-Dije.-Él se acaba de comportar como un niño. Blanca es mi amiga y no tengo porque ir a por él.-
-Woo. Noa hay veces que dices cosas muy inteligentes.-Por primera vez por raro que sonase ya que Diego su manera de hablar favorita es e sarcasmo, no pillé el punto a lo que me había dicho.
-Noa…-
-Aj, está bien ahora vuelvo.-Dije, quitando mi peso de la pared y caminando cabreada hacia donde se había dirigido Enzo.
Me le encontré comprando una bolsa de patatas fritas en una máquina expendedora.
-¿Podrías no comportarte como un niño y volver con nosotros?-Dije algo brusca.
-Vale, lo pillo. Lo siento.-Y sin decir nada más nos dirigimos d nuevo a la sala de espera donde Hugo y Diego parecían tener una conversación normal. Sin discusiones.
Es la primera vez que les veo así, como sino quisiesen matarse el uno al otro.
-Siento no haber estado para ti cuando lo necesitabas.-Dijo Hugo sin apartar la vista de Diego. Este asintió, yo esperaba que se diesen un abrazo de reconciliación después de tanto tiempo de enemistad. Pero no creo que siempre sea tan fácil.
Por lo menos ahora estaban bien o eso creía.