Mis planes de visitar viejos amigos se ven descartados por los planes de mi papá que quiere que me incorpore al negocio de la familia. El trato que tenía con Harry era que él se encargaba de las exportaciones a Berlín mientras papá se hacía cargo de todo en Italia, pero con mi regreso espera que yo me haga cargo de las exportaciones al resto de Europa y ayude a Harry con Berlín. Yo aún no decido si lo haré.
— ¿Por qué volviste?
Mi verdadera razón no se la puedo decir
— Solo creí que era tiempo de volver. Iba a tomar un vuelo a Italia, pero Harry me comentó que estaba viviendo en la casa de Berlín. Aún no sé si me quedaré.
— Mientras estás por acá enséñale a Harry, porque me está dando mucho dolor de cabeza últimamente.
Eso es algo que me encantaría hacer, pero dudo mucho que funcione. Luego de pasar por la oficina, sacar cuentas y reforzar con nuestros compradores papá decide volver a Italia esa misma noche, dejándome a mí a cargo de todo. Después de llevarlo al aeropuerto, planeo regresar a casa cuando mi celular comienza a soñar.
— ¡Feliz cumpleaños hermano!
— Hola Harry, voy a casa ¿Dónde estás?
— De camino a tu fiesta de cumpleaños.
— ¿Cuál fiesta Harry?
— La que preparé para ti, es en el club más elegante de Berlín. Ya está todo listo.
— Harry deja las estupideces y ve a casa hay mucho trabajo, dejaste atrasar mucho y debemos cumplir.
— Lo sé, lo se... te prometo que empezamos mañana, no seas aguafiestas, todo está listo y hablé con mi amigo Jakob, él me ayudó con tu regalo especial.
Entonces, de repente mis ganas de festejar mi cumpleaños en un club de Berlín aparecen, cuando escucho el nombre de Vladimir Jakob. Llego a la dirección que Harry me ha enviado. Es fácil reconocer el edificio, ya que tiene "Luxur" gigante arriba de la puerta principal y veo el automóvil de Harry estacionado afuera. Me asomo a la puerta y unos de los guardaespaldas me pide mi identificación, el cual les muestro y al ver mi nombre me dejan entrar inmediatamente. El lugar no está tan lleno, pero aún es temprano. No parece un típico club de Berlín, sus chicas están muy bien vestidas y el lugar es muy elegante. Uno de los guardias me escolta por el club hacia el área privada, en la puerta hay otros dos guardias, estos abren y me dejan entrar. Harry ha invitado a mis viejos amigos y a los de él, en las mesas hay bebida, drogas y chicas por todo lado y en la piscina del centro, globos negros y dorados flotando en el agua. Mi hermano para la música y con un micrófono anuncia mi llegada, todos me saludan, me abrazan y me dan sus buenos deseos. Un hombre alto con un acento ruso y una cara que delata todo lo ilegal que se puede ser, me estrecha la mano y me da la bienvenida a su club. Yo lo veo directamente a los ojos y mientras comparto con los demás invitados, no le quito el ojo de encima, estudio cada uno de sus movimientos, parece arrogante y soberbio. Yo tengo un poco de arrogancia también, pero él no me agrada ni un poco, ni me agrada su amistad con Harry. Hablar con él es un poco aburrido, sólo habla de grandezas, "nosotros los jóvenes empresarios" suele decir, eso me causa gracia. ¿Se puede le puede llamar empresario a un hombre que maneja un club para ricos ofreciendo mujeres, mientras él se enriquece a costa de ellas y les paga una miseria? ¡Si es que les paga! Supongo que aquí en Alemania donde la prostitución es legal, Berlín es la capital del turismo sexual, entonces se les puede llamar a los proxenetas; "empresarios".
— ¿Cómo te hiciste amigo de este tipo, Harry?
— Lo conocí en una gala en la casa del alcalde, era para una beneficencia, conversamos y me agradó y a los chicos también. Nos invitó a conocer el club, y desde esa vez, no se nos pudo sacar de acá. ¡Da las mejores fiestas de Berlín! Apuesto a que después de hoy querrás volver.
Yo lo dudo, y si vuelvo no será por las razones que él cree. Uno de los guardaespaldas, se acerca a Jakob y le dice algo al oído. Él se disculpa y se va hacia la entrada, al poco tiempo aparece una morena hermosa, sus rizos castaños apenas llegan a sus hombros, un cuerpo bastante curvilíneo, la manera en que mueve sus caderas al caminar es un poco hipnotizante. Sonríe y nos saluda a todos con un beso en la mejilla. No me gusta su perfume me parece un poco pesado para ella, yo cálculo que tiene unos veintiocho años. Lleva todo a la perfección, su cabello, maquillaje, uñas, vestida como una muñeca, lista para dar placer, igual que las otras chicas. No tienen miedo, de sentarse en las piernas de los extraños y ser acariciadas, o más bien manoseadas, solo sonríen, parece que les agrada, y a mí me parece repugnante. Jakob regresa, pero esta vez no regresa solo, lleva a una chica de la mano, no tan alta como la primera que entró, pero no por eso menos hermosa, de hecho, es muy hermosa, es esbelta y tiene unas espectaculares piernas. Lleva un vestido azul con mangas largas, y escote profundo que la hace ver increíblemente sexy, de su cuello cuelga dos pequeños dijes uno en forma de luna llena y el otro de luna nueva que hace resaltar más su escote. Su cabello castaño cobrizo, está recogido solo de un lado, sus ondas llegan a sus hombros y su maquillaje es más ligero. Casi luce elegante más que sexy y provocativa, se ve distinta a las otras chicas, no sonríe tanto. Jakob se para frente a mí con ella, dice algo sobre que es mi regalo especial pero no estoy prestando atención porque sus ojos me atrapan, son de un café claro, muy bonitos, pero no es eso lo que me atrapa, por un breve momento, veo miedo en ellos.