Me pregunto; ¿ A qué edad Emm empezó en esta vida? La observo nuevamente y otra vez olvidó porque estoy aquí, pienso en la razón por la cual no estoy entre esas increíbles piernas. Me distraen demasiado. "Es solo una chica como todas" me repito a mí mismo, "no tiene nada especial", ¿Por qué te pone nervioso cada movimiento suyo? La miro mientras se sienta en la cama con las piernas entrelazadas y con el control remoto en su mano, enciende el televisor, empieza a cambiar canales, hasta que para y se queda en un de noticias. De pronto palidece al ver la nota acerca del cadáver de una chica encontrada en el río Haves. Apuesto a que la conoce, aunque ella lo niega cuando se lo pregunto. La reportera habla algo sobre torturas y un tiro en la cabeza. Eso tiene el nombre de Jakob por todos lados, lo volvió hacer y de la misma manera. Es un estúpido. Ella sigue cambiando los canales, pero es notable que no se da cuenta de lo que hace, la noticia la ha dejado pensativa, es claro que su mente no está aquí. Me acuesto en el sofá y busco en mi celular si ha llegado alguna respuesta acerca del mensaje que envíe, solo para no distraerme más, pero no lo consigo, la veo sentada ahí, perdida en sus pensamientos, y todo mi cuerpo la quiere. Así que dejo de pensar razonablemente por un minuto y me siento en su cama, justo detrás de ella. Me observa con mirada curiosa y extrañada, pero eso no me detiene. Comienzo a acariciarle su espalda de arriba a abajo, lentamente, con caricias tan suaves que parece que apenas toco su piel, siento como su piel empieza a erizarse, y ella se queda quieta, sin hacer ningún movimiento en lo absoluto, solamente sintiendo. Decido continuar, le quito la camisa, y sigo acariciando su espalda descubierta, ella se estremece un poco y eso me parece interesante. De repente, con un rápido movimiento ella se gira quedando frente a mi, y con mirada curiosa me cuestiona.
— Creí que podías conseguir tus propias chicas.
Eso me sorprende, pensé que iba a obedecer así, sin más. Por un momento pienso en detenerme, pero no se porque razón decido continuar.
— Lo pensé mejor y no debería despreciar tan hermoso regalo.
Entonces la subo sobre mí, pendiente de su rostro, de sus gestos, su mirada, de cada detalle que me revele mas y para mi tranquilidad, no parece hacerlo como obedeciendo o como parte de su trabajo, parece que realmente lo quisiera también. Me dejó llevar y le acaricio todo su cuerpo, sus pequeños pechos caben en mi mano, son suaves, igual que sus labios, su piel completa es bastante suave excepto por un pequeño bulto a un lado de su abdomen, se siente como una cicatriz, quizás. repaso sus piernas con mis manos, esas lindas y espectaculares piernas que me han hecho perder la cabeza desde el momento que caminaron hacia mi. Siento sus manos acariciar mi espalda, y enredarse por mi cabello, yo disfruto de todo eso despacio. De ella, sus labios, sus caricias, sus leves gemidos, casi inaudibles cuando beso sus pechos, su oreja, y su cuello. Todo es tan perfecto, sin prisa, un momento donde parece que el tiempo se ha detenido, algo que no había pasado antes con una mujer. He disfrutado mucho del sexo, con muy bellas mujeres, pero ninguna me había hecho perder la cabeza tan rápido, en solo un momento. Todo pasa tan extraño, cuando me doy cuenta ambos estamos completamente desnudos, solo sintiéndonos el uno al otro, Estar dentro de ella es exquisitamente delicioso, cada movimiento de ambos es un acercamiento al placer. Un placer que mi cuerpo está desesperado por sentir pero que mi mente no quiere hacerlo para no romper el momento. Nuestros movimientos están perfectamente sincronizados, no hay necesidad de hablar para saber lo que ambos queremos. Empezamos a perder el control y no dejamos llevar por la sensación que nos invade desde la punta de los dedos de los pies, recorriendo todo nuestros cuerpos hasta nuestras cabezas que ya están completamente perdidas. Siento sus uñas clavarse en mi pechos, su cuerpo y el mío comienzan a convulsionar juntos con nuestros gemidos de placer al unisonó. Sus gestos, no puede controlarlos, su cara es extraña como si fuera algo nuevo para ella, pero claro que no lo es. es imposible que lo sea.
¡¿ Que carajos ha pasado?!
Su cuerpo totalmente rendido, cae sobre el mío, con su cabeza sobre mi pecho. Es bastante extraño para mi pero no quiero pedirle que se mueva, quizás solo necesita un momento para recuperarse. Después de un par de minutos, ella se incorpora tratando de mover sus piernas temblorosas, coloca su mano sobre mi pecho para tomar impulso, yo la observo detenidamente y parece un poco apenada, quizás confundida igual que yo. Se acuesta a mi lado sin decir nada, yo tampoco se que debería decir, por primera vez se me está haciendo difícil poder levantarme, vestirme e irme, lo cual es bastante irónico a mi parecer. Nos quedamos un rato acostados uno al lado del otro, solo mirando al techo, sumidos en nuestros pensamientos, yo estoy realmente confundido con todo esto que estoy sintiendo, no tengo ni la menor idea sobre lo que exactamente ha pasado hace un momento, he perdido el control sobre como actuar, me estoy comportando de manera extraña y siento algo de culpa. Culpa por ser un poco grosero al principio, por no poder comportarme, ni controlarme. Por dejarme llevar por su belleza y aprovecharme de la situación. Culpa por tener el mismo comportamiento de los tipos que le hacen esto a las mujeres indefensas.Giro mi cabeza en busca de su rostro pero está completamente dormida, no se en que momento lo hizo, pero parece dormir profundamente. Me levanto cuidadosamente, me visto sin hacer ruido y sin mirar tras cierro la puerta con cuidado. Mientras conduzco a casa me doy cuenta de algo; Ya no podré sacarla de mi cabeza.