— James ¿ves eso?
— ¿No qué?
— Eso que está allá, cerca del heno.
— Es un conejo.
— ¡Si eso es! iré por él.
— ¡No, Emm!
No presto atención a James, salgo corriendo tras el conejo, este salta y se escabulle tras el heno, yo no me doy cuenta, pero tropiezo y caigo encima de una de las pilas haciendo caer todo este al suelo. James corre hacia a mí y pregunta si estoy bien. Contesto que sí y nos quedamos parados por un leve segundo observando la pila de heno esparcida por el suelo.
— Ooh no... ¡corre!
Yo lo observo tratando de entender lo que me está diciendo.
— ¡Vamos Emily! corre vuelve a tu lugar, toma la canasta y recoge los huevos. ¡Vamos Emm apresúrate!
Yo hago lo que él me pide, corro hacia el gallinero y tomo la canasta. Entonces escucho la puerta del porche de la casa abrirse y cerrarse de golpe. Él está bajando las escaleras frontales. Me acerco con cuidado a la puerta del gallinero y observo. Él camina hacia al granero y se detiene a observar seriamente el heno que está por todo el suelo y luego con esos ojos verdes severos observa a James tratando de recogerlo. Está molesto, muy molesto. Se está poniendo rojo de ira. Sin preguntar toma a James por un brazo y lo arrastra hacia uno de las columnas de madera. Mi corazón se hace pequeño. Corro hacia el granero, hay una ventana pequeña a un lado voy hacia allí y con un barril subo para lograr alcanzar la pequeña ventana. Él está amarrando a James a uno de los tablones del granero le rompe la camisa y con una fusta para caballos comienza a rasgar su espalda.
Un golpe tras otro.
Yo no puedo evitar llorar, quiero correr y quitarle la fusta para que deje de golpearlo. Quiero decirle que no fue él quien ha tirado el heno. ¡Es mi culpa! James hace su cabeza hacia un lado, está llorando y en su cara se refleja el dolor. Nota que estoy en la ventana y con su mirada me indica que estará bien. Pero yo no le creo. ¡No puedo soportarlo!
Bajo del barril y corro hacia el gallinero, llorando me acurruco en el suelo y tapo mis oídos para no escuchar la fusta encontrase con la espalda de mi hermano, mientras lloro desconsoladamente.No sé cuánto duró, pero después de un rato quito las manos de mis oídos y solo se escucha el cacaraqueo de las gallinas. A la hora de la cena, en el comedor solo estamos mis papás sustitutos y yo. Nadie dice nada, comemos en silencio, cuando, terminamos mi padre adoptivo se limpia con la servilleta, y me ve con sus penetrantes ojos verdes.
— Emily tu hermano está castigado por no obedecer. Hoy no cenará y mañana no asistirá a la escuela. Le dices a su maestra que está enfermo. Si dices una palabra de lo que pasó hoy lo golpearé tanto que toda su sangre se saldrá de su cuerpo. ¿Entiendes?
Yo asiento. No puedo dejando caer mis lagrimas nuevamente.
— Límpiate la cara y sube a tu habitación, prepárate para dormir.
Hago lo que pide, pero no puedo dormir sabiendo que James está en el frío granero con hambre y herido, así que espero que todos se duerman, y bajo con cuidado por la ventana. Antes de subir a la habitación recogí mi plato y robé comida de la cocina que no notarán. La metí bajo mi camisa. Trato de ser lo mas silenciosa posible pero me cuesta un poco bajar por la ventana, aunque finalmente lo consigo. Corro hacia el granero, rezando para que ninguno de los animales me delaten haciendo ruidos por el movimiento que rompe la silenciosa noche, pero por fortuna, no hacen ningún ruido. Entro al granero y ahí está acurrucado, su espalda llena de marcas que dejó grabado con cada golpe, iluminadas por el color rojo de la sangre. Me acercó a él, pero cuando me ve se asusta.
— Emily ¿Qué haces aquí?
— Ellos están dormidos, no te preocupes.
Entre las cosas que logré sacar de la casa, encontré algodón y alcohol clínico, así que me dispongo a curarle las heridas. Le duele mucho siento su tensión cada vez que paso el algodón por su espalda.
— James...
— Dime Emm.
— Extraño mucho a papá y mamá y a Black.
Black solo estuvo un mes con nosotros, a ellos no les agradaba y a Black tampoco, siempre estaba ladrándoles, así que tuvimos que amarrarlo. Una mañana antes de ir a la escuela íbamos a darle su comida como todas las mañanas y lo encontramos con el cuello cortado. Su sangre estaba por todos lados. Ya sabíamos quien lo había hecho, él ya nos había advertido. James lo metió en una bolsa y lo enterramos de camino a la escuela. Ese día llegamos tarde, la maestra les dijo a nuestros "padres" y fuimos golpeados.
— Yo también hermanita. No sabes cuánto.
Después de hacer lo posible por curarlo, come lo poco que le traje, hablamos de nuestros padres lo especiales que eran y luego de llorar un rato, nos quedamos dormidos.
— ¡Despierta Emily, despierta!. Vuelve a la habitación, si te encuentra aquí se pondrá furioso y te golpeará.
Me despierto de golpe. Sheryn está justo al lado de la cama.
— Tranquila soy yo. Ya son casi las seis deberías de empezar a prepararte.
Asiento aun adormilada.
— Eso que dijiste abajo, acerca de lo que pasó con tu cliente...
Me ve curiosa
— ¿Qué? No dije nada. Solo que fue sexo normal.
— Mmm sí...
Exclama con la misma mirada extraña. Yo ignoro eso, me levanto y me dirijo al cuarto de baño. preparándome para otra larga noche.