La Luna de Emily

Pronto dejarás de sentir

Me despierto con un increíble dolor de cabeza, me incorporo en la cama y veo que Jakob está sentado en el sofá, viéndome pensativo. No sé, si es que aún estoy ebria. Entrecierro mis ojos, los abro nuevamente y el sigue ahí. Lo veo más claro. Esto no es algo bueno.Él sigue ahí sentado viéndome, hasta que se remueve en el sofá, sube su pierna izquierda sobre la derecha y sonríe.

— Parece que lo pasaste bien anoche.

Dice un poco sarcástico. Yo no digo nada y comienzo a masajear mis sienes.

— Sabes tengo mucha curiosidad. ¿Por qué razón Sergio, volvió aquí directamente para pasar una noche contigo?

— No lo sé Jakob, ¿Qué tiene de extraño? muchos clientes regresan.

— Si, pero este regresó justo al siguiente día. Y pagó el doble por ti.

¿El doble? Eso no lo sabía. La verdad si es muy extraño.

— No lo sé, es tu amigo pregúntale tú.

Jakob se levanta del sofá y se sienta en la cama justo frente a mí, con su mano toma mi barbilla y la apreta algo fuerte

— Ten cuidado con lo que haces o dices.

Yo empujo su mano con las mías, Él sonríe y se queda pensando.

— ¿Sabes qué? Vamos a aprovechar esta situación. Sácale toda la información que puedas.

— No Jakob él y apenas habla.

Mentí, creo que anoche habló mucho o yo hablé mucho.

— Entonces hazlo hablar, porque vendré a preguntarte qué has conseguido.

Se da la vuelta y sale de la habitación.

¡Mierda! ahora voy a tener a Jakob encima de mí, más de lo de costumbre. Me acuesto en la cama y trato de recordar lo que pasó. Estuvimos bebiendo mientras hablábamos, me contó cosas sobre él y preguntó cosas sobre mí. Todo parecía normal. La verdad no sé, me duele tanto la cabeza y los recuerdos que no estoy buscando aparecen.

Sus ojos.

Sus ojos azules que me ven mientras mi cuerpo se llena otra vez de esa sensación. Mis manos tocándolo por totos lados, como si lo deseara. Mis ganas de más. Sus manos suaves en mi cadera, y mi espalda. Me estremezco solo con las pequeñas fracciones de recuerdo que llegan a mí.

Tomo un baño, me visto y bajo, hay que limpiar todo. Es el mismo proceso de todos los días, las chicas ya han comenzado, yo camino hacia la barra donde está Sheryn y Maru.

— ¿Tienen algo para el dolor de cabeza?

Maru busca en un cajón, me da dos pastillas y me sirve un vaso con agua. Le doy las gracias y me siento en un taburete. me doy cuenta de que Anne no está.

— ¿Dónde está Anne?

— La dejé descansar. el tipo del sadomasoquismo estuvo aquí.

¡No puede ser! Pobre Anne.

— ¿La maltrató mucho?

— Fue su primera vez con él, tú ya sabes cómo se siente cuando no sabes lo que te espera.

— Claro que lo sé.

Karenna se acerca con una bolsa de basura, quejándose como siempre. Está molesta, bueno... siempre está molesta. Yo me muevo y me voy al privado a levantar el desastre.

Ya casi está todo listo, cuando Sheryn aparece, otra vez con esa mirada.

— ¿Y a ti cómo te fue anoche?

Trae una lata de galletas, algún regalo de algún cliente supongo.

— Normal. Cómo todos los días.

Trato de restar importancia. Sheryn se queda un rato en silencio y me ofrece su lata con galletas, luego de que parece terminar con sus pensamiento, agrega.

— Es extraño.

Yo como la galleta y no digo nada con la esperanza de que lo deje, pero es Sheryn, no lo dejará.

— Es extraño, no escuchar cómo te quejas todos los días "Qué si odias los hombres" "que si te lastimaron" "que si te pidieron hacer cosas horribles" ¡No te has quejado en dos días!

— Tal vez, ya me resigné a esta vida.

Digo eso en vos baja, pero ella me ha escuchado, y al hacerlo yo, me doy cuenta de que hay mucha verdad en eso. Ella me observa sin creerme.

— Eres demasiado terca para eso. Mejor cuéntame qué ha pasado.

— No hay mucho que contar Sher... solo ha sido muy amable y no me ha lastimado.

Sher me observa y en sus ojos hay preocupación. Suspira y toma mis manos.

— Escucha cariño, sé lo que te pasa. Todas pasamos por eso, estamos tan acostumbradas al maltrato, que no sabemos cómo reaccionar ante la amabilidad de un hombre. Para ti y dado el hecho de que tú has tenido los peores clientes de este club, es anormal que alguien te trate bien, pero eso no significa que le gustes más que para tener sexo contigo o qué será tu príncipe salvador.

— Yo no pienso eso Sher.

No soy tan estúpida para pensar eso.

— Ahora no, pero lo harás. Solo has pasado dos días con él y tu mente está cualquier parte menos aquí.

— Eso no es cierto. Exageras

He estado igual que todos los días.

— Dime una cosa. ¿Ya sentiste tu primer orgasmo verdad?

¿Qué? ¿Cómo lo sabe? No digo nada, pero sé que mi cara me ha delatado.

— Pareces una adolescente que acaba de perder su virginidad.

dice entre carcajadas, oficialmente se está burlando de mi.

La verdad no lo sé, no tuve una adolescencia normal, no tuve la oportunidad de ir al baile y perder la virginidad con el patán de la escuela, o con algún novio que me hiciera creer que nos amaríamos toda la vida, y nos casaríamos, hasta que toda la vida solo durara un par de años y todo se terminara dejándome con mi primer corazón roto. No sé nada de eso. Si se de corazones rotos, pero por otras razones.

— Escucha Emily.

Me ha dicho mi nombre completo, Así que va en serio.

— Se que, para ti, todo esto es nuevo, pero no te confundas, no quieras sufrir más de lo necesario, no entregues tú corazón porque es lo único que te queda. No quieras quedarte sin nada, porque ningún hombre de este club por muy amable que sea, lo cuidará tanto como tú puedes hacerlo, recuerda que para ellos somos incapaces de sentir, solo servimos para dar placer.

Cruel pero cierto. Estoy hartándome de este tema.

— Estás exagerando Sheryn, sacas toda una historia por solo la palabra. "Amable"



#48943 en Novela romántica
#32318 en Otros
#4641 en Acción

En el texto hay: accion, amor, explotacion sexual

Editado: 25.10.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.