La Luna de Emily

Cena con buena Compañia

Sergio me ve con esa cara de curiosidad, demasiado serio, demasiado pensativo.

— Vi el letrero de afuera. ¿Una hora por 35 €?

— Si, nueva promoción.

Trato de no sonar asqueada pero creo que no lo consigo, hasta para mi es repugnante. Él asiente distraído y yo camino dejándolo solo en la barra para llevar los tragos a los clientes, cuando regreso él no está ahí, siento la necesidad de buscarlo, pero no tiene sentido. Me quedo esperando que Jasón llene mi bandeja con más tragos, cuando Jakob aparece.

— Deja eso que tu amiguito te ha pedido ya.

No digo nada y le doy la bandeja a Louis. Jakob se acerca más a mí.

— Ya sabes, trata de sacarle todo lo posible y mantenlo entretenido lo más que puedas, no quiero que llegue a interrumpir a su hermano.

— ¿Cómo se supone que haré eso con la nueva promoción?

— Pagó toda la noche.

Jakob me mira curioso, sus ojos escrutan profundamente los míos.

— Ten cuidado con lo que haces Emily.

Subo a la habitación ya que él se encontraba esperándome ahí. Cuando llego adentro se encuentra sirviendo en unos platos comida que trae en unos desechables.

— Hola Emm, espero que tengas hambre.

Me habla con una media sonrisa como siempre, la verdad es que lo he visto sonreír muy poco, o quizás no le he visto sonreír, tal vez solo lo imagine en mi estado de ebriedad de la noche anterior.

— ¿De dónde has sacado la comida?

— La compré de camino acá, yo si tenía hambre.

— ¿Y no pudiste comer en el restaurante antes de venir?

— Si... pero tenía ganas de una cena con buena compañía.

— ¿Yo?

— Si, tú ¿Qué hay de raro? Déjalo ya. Ve a ponerte cómoda y vienes a cenar.

Yo no digo nada. Voy al cuarto de baño y me desmaquillo, mientras me visto con mi usual pijama. Solo una camiseta. La de hoy tiene "Crazy" escrito en el frente. No dejo de pensar en lo extraño que es. ¿Querer cenar con buena compañía? No tiene sentido debo averiguar lo que trae entre manos. Salgo de la habitación, el me observa con esa sonrisa o bueno, media sonrisa. Lee lo que está escrito en mi camisa y se ríe, y entonces lo recuerdo, no era producto del alcohol, ya lo había visto reírse y me gusta cuando se ríe así, muy despreocupado, cómo si solo fuéramos dos personas en una habitación cualquiera y no en la de un club. Me siento en el sofá con la espalda pegada al reposabrazos, él me da uno de los platos y se sienta conmigo. El plato y está lleno con una enorme hamburguesa con muchas papas. Es demasiado, pero hace mucho que no comía una. Le doy la primera mordida y siento el sabor en mi boca, me doy cuenta de que casi había olvidado ese sabor. Él está mirándome y yo empiezo a sentir la cara caliente,

— Deliciosas ¿no crees?

Dice sonriente y en un tono aniñado. Yo asiento y luego él comienza a reírse, de nuevo.

— ¿Qué es tan gracioso?

Exijo saber. Odio que se rían de mí.

— No se... parece que hace mucho no comes una hamburguesa y tienes salsa en la mejilla.

Dice aun riendo mientras me pasa una servilleta que yo tomo apenada.

No me he dado cuenta, pero he terminado todo. Él me observa con expresión graciosa, por un momento me siento avergonzada, pensara que me moría de hambre o no se quizás ya lo sepa todo, porque no recuerdo lo que le dije la otra noche. Quizás le haya contado todo cuando preguntó cómo había llegado aquí.  Así que decido investigar.

— ¿Recuerdas todo lo que pasó la otra noche?

Trato de parecer no tan interesada.

— Claro, ¿Tú no?

— Solo partes, no recuerdo la noche completa.

— Hablamos de tu vida, y la mía. Me contaste como llegaste aquí.

Espero que no lo note, pero me pongo algo tensa, quisiera preguntarle, pero no sé si sea adecuado. Ruego para que continúe.

— Dijiste que estás encerrada en este lugar, más bien secuestrada.

Mi corazón se detiene. ¿Cómo dije eso.? ¡Por Dios santo! ¡No puede ser! Estoy muerta. Jakob va a asesinarme y a tirar mi cuerpo.  No sé qué decir, no sé qué hacer, ni siquiera sé quién es él en realidad. Podría ser alguien enviado por Jakob. ¡Maldita sea! ¿Cómo no lo había pensado antes? ¿Qué tal y Jakob está probándome? Definitivamente estoy muerta. Necesito arreglarlo y lo único que se me ocurre es reír a carcajadas, como si me contaran un buen chiste. El me observa serio y atentamente.

— No pude haber dicho eso.

Sigo riendo a carcajadas, esperando que no note mi nerviosismo.

— Si, si lo dijiste.

¡Mierda! Piensa en otra cosa.

— Creo que escuchaste mal, quizás el vodka dañó tu sentido de audición.

Él me observa con esa mirada suya tan inquietante, intimidante, no sé qué tiene esa mirada que me hace querer caer rendida a él. Me levanto del sofá y camino hacia el cuarto de baño necesito cepillarme los dientes, o más bien necesito salir de su vista por un momento, estoy muy nerviosa. Mientras camino siento su mirada sobre mi hasta que la puerta se cierra. Me miro al espejo y pienso en lo estúpida que soy. Trato de mantener la calma, lavo mi cara con agua fría y cepillo mis dientes. Me miro una vez más al espejo y tomo un profundo respiro. Abro la puerta y salgo, camino por la habitación y él se levanta del sofá a mí encuentro, sin siquiera tener tiempo para saber qué pasa, pega su boca con la mía mientras baja sus manos por mis piernas y las coloca alrededor de su cadera, es increíble cómo mis piernas seden tan fácilmente al contacto con sus manos. Yo subo su camisa por encima de sus hombros y la tiro al suelo mientras él hace lo mismo con la mía. Besa mis senos mientras camina hacia la cama, me tira en ella y retira mi ropa interior, despacio deslizándolas por mis piernas suavemente mientras las acaricia, yo me siento en la cama y comienzo a desabrochar su pantalón, este cae al suelo y con él su ropa interior, yo lo acaricio, con mi boca y veo cómo va perdiendo el control, mientras coloca su mano en mi cabeza acariciando mi cabello suavemente. Siento como sus muslos se tensan y con su mano comienza a aumentar la velocidad. Y justo antes de que pueda explotar en mi boca siento su mano bajo mi barbilla subiéndome hasta quedar justo frente a su cara, besa mi boca con sabor a él y me rodea con su brazo quedándose justamente detrás de mí. Pega mi cuerpo al de él mientras acaricia mi clítoris y besa mi espalda. Me inclina sobre la cama y entra en mí casi como enloquecido y me doy cuenta de que se está volviendo mí posición favorita. Estoy a punto de alcanzar el clímax cuando para y dándome la vuelta nuevamente coloca una mano bajo mi espalda y me deja en el centro de la cama mientras sube sobre mí y entra nuevamente. Yo no puedo evitar abrazarlo, tampoco puedo evitar arañar su espalda cuando la sensación aparece y recorre todo mi cuerpo, y mucho menos puedo evitar ver su rostro cuando la sensación lo invade a él también. Cansado y jadeante se acomoda a mi lado. Mis piernas aún tiemblan así que las estiro completamente en la cama para calmar el temblor.



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En el texto hay: accion, amor, explotacion sexual

Editado: 25.10.2023

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