— ¿Te sorprende el parecido cierto?
— Un poco
— Si, lo sé. Disculpa las molestias, pero ya sabes, no está de más tomar precauciones, aun con la familia.
El señala las marcas que las esposas dejaron en mis manos y niego con la cabeza diciendo que lo entiendo. Toma la botella de whiskey, y sirve en los dos vasos luego me pasa uno.
— El parecido es increíble
— Somos gemelos. Otra cosa que no les contó
— No sé porque no me sorprende.
— No te enojes con él, solo hizo lo que creyó correcto, los alejó de este mundo para que tuvieran una buena vida, y henos aquí.
El suspira y saca un tabaco de la bolsa de la camisa, lo enciende y me doy cuenta de que ambos tienen el mismo encendedor, con una gran "M" grabado en sus lados. Imagino que ambos heredaron el gusto por el tabaco de mi abuelo. Noto en su mano izquierda que lleva un anillo de matrimonio. Después de expulsar el humo de su tabaco continua,
— ¿Sabes que en los gemelos siempre hay uno bueno y otro malo no?
— ¿Tú eres el bueno?
— De hecho, no, era tu padre. Él siempre enorgullecía al nuestro, entró a los negocios desde muy joven y sabia aprovechar oportunidades, yo no, yo solo hacia lo que tu padre hacía y decía. Cuando nos fuimos a la universidad él estaba manejando los negocios en Roma, y todo iba bien hasta que conoció a esa mesera norteamericana. Cambió completamente, se volvió loco y decidió abandonarlo todo. Aún recuerdo cuando tomó esa decisión, dijo que ella era demasiado buena para envolverla en este mundo. No era capaz de hacerle algo así y tampoco era capaz de dejarla. Así que se fue y a mí me tocó ser el malo mientras él jugaba a ser el bueno.
— No creo que jugara, creo que si lo era.
— Yo creo que, de tanto hacer su papel por tu madre terminó creyéndoselo. se aferró tanto a ella que se hizo débil. Sin ofender créeme, tu madre de verdad era una mujer buena, y lamentamos mucho su muerte. Es una pena que personas como ella, las mate una enfermedad como el cáncer, y personas como nosotros sigamos más sanos que nunca. Nuestro padre al final de sus días seguía orgulloso de cómo habían hecho una vida productiva lejos de todo, aunque nos diera la espalda por las razones que fuera, pero como el solía decir, "Sicilia se lleva en la sangre"
— Quizás tengas razón, quizás no, lo único que sé, en este momento es que necesito tu ayuda para vengar la muerte de mi hermana.
— Creí que ya tenías resuelto eso. No tienes un esquipo del FBI planeando como capturar a Jakob mañana.
— Si, pero ese plan era antes de darme cuenta de que Elena no se suicidó. Jakob, el mismo la asesinó.
Paolo no actúa sorprendido, pero se queda pensativo un rato, yo continuo.
— Lo hizo parecer un suicidio para no llamar su atención.
— Sabía de qué familia provenía Elena así que no podía darle un tiro en la frente y dejarla tirada en algún basurero.
— Eso mismo pienso yo, entiendo que ambas mafias tienen negocios en Europa y trabajan en sus límites llevando la paz.
— Hiciste tu tarea. Y ahora ¿Qué esperas que debilitemos esa paz por ti?
— No por mí. Por Elena, tu sobrina, una Manccini que llevaba a Sicilia tan en la sangre que terminó asesinada por un mafioso.
— Buena jugada, pero aunque tienes razón y la muerte de Elena es una bofetada de los rusos hacia nosotros, a la familia no se le traiciona. Tu padre le dio la espalda a su familia por una mujer, Elena y Harry se aliaron con los Bratva y tú. Tu... eres policía, eres más traidor que el resto.
— Quizás el FBI fue mi manera de hacer pagar a Jakob por todo, ya que no sabía que tenía otras opciones.
— Y ¿en serio creíste que meter a Jakob a una cárcel de Estados Unidos era un castigo? No sabes nada.
— Lo creía hasta hoy.
Paolo, se queda pensativo una vez más, su tabaco ya se ha acabado y el observa atentamente lo que queda de el quemarse en el cenicero.
— Tomando en cuenta que la razón por la que mi hermano dio la espalda a la familia fue por la mujer que decidió seria su nueva familia y que ustedes no tenían ni idea de lo que hacían, puedo ayudarlos. Ya que al final de todo han herido a nuestra familia completa con la muerte de Elena. Pero deben cumplir las reglas de esta familia.
Me parece demasiado fácil, y creo que por alguna razón a él le hace feliz que haya pedido su ayuda.
— ¿Esto era lo que querías no?
Él sonríe, como si se enorgulleciera de que pudiera darme cuenta de sus intenciones.
— Escucha hijo, los sicilianos deben estar siempre unidos, tu padre lo sabe pero no sé porque lo olvidó. Nada de esto hubiese pasado si hubiéramos estado unidos. Cuando murió tu madre se le ofreció ayuda y él se negó. Cuando murió Elena todos los sentimos, era una niña hermosa, yo también tengo hijas y aunque no lo creas siempre estuvimos cerca de ustedes, pero tu padre seguía necio.
— ¿Seguía?
— El llamó primero, no quiere más hijos muertos.
— Con Harry es difícil, siempre busca ponerse en peligro.
— No te preocupes por él, trabajará bien con nosotros. ¿Tú que harás? Tienes a tu equipo esperando.
— Desertaré, que ellos atrapen a Jakob yo iré tras su familia.
— Tranquilo muchacho es precipitado, dejemos ver como salen las cosas. Yo me encargaré de Harry. Tú ves como resuelves con el FBI, pero me gustaría que siguieras dentro si todo sale sin tantas complicaciones.
— Hay algo más que quiero pedirte.
El me mira directamente a los ojos como esperando saber que más le voy a pedir.
— Hay una chica
— Siempre hay una chica. ¿Es la prostituta no?
— Está obligada a hacerlo, ella me ayudó mucho con todo esto, me gustaría sacarla de ahí antes de que la maten.
— ¿Estas seguro que es por agradecimiento o por otras razones?
— Creo que no importa, solo quiero que pueda volver a su hogar.