Emm
No paro de dar vueltas en la habitación, camino de aquí para allá y de allá para acá, con el celular que Sergio me dio en la mano. Lo reviso cada segundo. No hay nada. La opresión en el pecho es cada vez más grande, siento que no la soporto y respirar no está funcionando, trato de acostarme en la cama, pero el dolor parece aumentar horriblemente, tomo una almohada, escondo mi cara en ella, grito y lloro todo lo que puedo, solo quiero que este dolor se vaya. Cuando siento que no hay más lagrimas que pueda derramar me levanto nuevamente de la cama y continúo caminado. Reviso nuevamente el celular, aun nada. Solo la hora que indica que ya es de noche y debería prepararme para bajar. La opresión en el pecho crece más. No quiero trabajar. Solo quiero irme de aquí, necesito salir de aquí. Miro hacia las paredes y me siento claustrofóbica, es como si me asfixiara, y el rojo de la alfombra hace que me maree. Me siento en el suelo y con las rodillas tapo mis ojos, moviéndome hacia adelante y atrás, una y otra vez.
"Tranquila Emily, Solo es una noche más"
Trato de convencerme de eso.
"Respira"
Trato de calmarme, y no dejo que los pensamientos negativos me destruyan la poca tranquilidad que he conseguido atraer a mí. Me levanto del suelo, guardo el celular en la caja de zapatos, y camino hacia el cuarto de baño a tomar una ducha. Planeo hacerlo rápido, pero me he quedado parada bajo la regadera solo sintiendo el agua caer sobre mí. Me siento increíblemente mal, es como si no pudiera controlar mis emociones, ellas me controlan a mí. Y es un total caos, dentro de mi es como si todas tomaran el control al mismo tiempo. Intento convencerme de que todo estará bien. Que todo termina hoy.
¿Pero qué pasa si no lo hace? ¿Si no termina hoy? No podré resistir un día más aquí.
He llegado a mi limite y la desesperación me está consumiendo. Trato de vestirme lo más rápido que puedo, pero es difícil para mí, es como si mis manos se negaran a responder. Finalmente lo hago y me veo en el espejo. Mis ojos están hinchados y enrojecidos igual que mis pómulos, creo que esta vez necesitaré más maquillaje del usual para poder ocultar que he llorado tanto. Haré el mejor intento, aunque dudo que pueda tapar la tristeza completamente. Me veo nuevamente en el espejo y no me reconozco, luzco mayor de lo que soy. De hecho, parece que es otra persona viendo directamente desde el espejo, Quizás lo sea.
Me dispongo a bajar, pero antes de salir de la habitación busco nuevamente en la caja de zapatos el celular. Presiono un botón, la pantalla se ilumina. Aun no hay nada. Tranquila, respira, todo saldrá bien.
Respiro profundamente y pongo mi mano sobre el tomo de la puerta. Después de mentalizarme y darme valor, la abro y bajo a mi rutina diaria. Mi vida.
Todo está exactamente igual como siempre, o como son ahora las cosas con Karenna al mando. Me acerco a la barra y tomo una bandeja, Jason me ve preocupado unos segundos de más, pero no hace preguntas, solo pone su mano sobre la mía, y yo asumo que me está dando las condolencias por la muerte de Sheryn. Coloca los tragos en mi bandeja y me muestra la mesa a la que debo llevarlos, el dj anuncia la estupenda promoción de una hora por 35 euros con la chica que deseen y yo tengo ganas de arrancarle el micrófono. Sentados en la mesa donde estoy sirviendo los tragos se encuentras tres hombres, uno de ellos introduce su mano bajo mi vestido, y hace un comentario respecto a mi trasero.
"Respira Emily"
El hombre de enfrente llama mi atención, tiene una cara extraña, su nariz es extremadamente grande y su boca demasiado pequeña. No parece un buen hombre. Bueno... buenos hombres es lo que menos frecuentan el Luxur, nadie que sea bueno, quiere estar en el mismo lugar que Jakob.
— ¿Cómo se hace para tener una hora contigo muñeca?
El hombre de la cara extraña sonríe, pero aun así no parece ser amable.
— Pagas en la barra y vienes conmigo.
Él sonríe, se levanta de la mesa y camina hacia la barra, habla con uno de los hombres de Jakob quien es el encargado de cobrar el dinero por las chicas, busca mi mirada y con su cabeza me hace señas para que suba a mi habitación, camino hacia a ella y el hombre de cara extraña viene tras de mí.
—¿Mal día o nunca sonríes?
No sé qué contestar a eso, en general nunca sonrío, es algo que Sheryn trabajaba en mí. Nunca tuvo buenos resultados. La imagino aquí, poniendo mala cara por estar tan seria e insinuándome sutilmente que sonría un poco, dándome a entender que debo responder; "tuve un mal día pero que ya mejorara porque estaré contigo" Pero, no es cierto, que él esté a punto de entrar a mi habitación hacen que mi día se vuelva peor, así que lo siento Sheryn, responderé como quiera.
— Yo nunca sonrío.
— Ya verás como sonríes después de que yo te agarre.
"Respira Emily".
Abro la puerta de mi habitación, camino hacia la cama, me desvisto dejando solo los zapatos de tacón y me acuesto la mitad de ella colocando los pies en cada uno de los doseles, él se para justo enfrente y sin pensarlo dos veces, se baja los pantalones y se introduce dentro de mi violentamente, una y otra vez, una y otra vez. Yo cierro los ojos y hago mi cabeza hacia a un lado para no ver su desagradable cara frente a la mía. Siento su sudor caer sobre mi cuerpo.
"Respira Emily".
No se cuanto tiempo lleva, pero siento que el tiempo va pasando lentamente.
"Trata de pensar en otra cosa".
"Quizás en que hoy se termina todo"
"Piensa en lo que harás cuando estés fuera".
Pero, nada aparece.
Finalmente se detiene, toma mis dos piernas, y me da la vuelta, me toma de la cintura y me pega hacia el introduciéndose nuevamente. Aún más violento. Golpea mis glúteos al compás de cada envestida. Es doloroso, no puedo evitar quejarme por los movimientos bruscos, y los golpes, pero el, confunde mis gemidos de dolor, con gemidos de placer y lo hace cada vez más fuerte, quiero que se detenga, pero no puedo pedírselo, si lo hago lo hará más fuerte.