El sonido de una puerta cerrándose me ha despertado. Uno de los hombres de al lado se ha bajado para abrir un gran portón. La luz comienza a iluminar el día yo aún sigo adormilada. La camioneta avanza nuevamente, y se cierra el portón. Otra vez oscuridad.
Todos bajan del auto, se quitan sus chalecos y lo dejan en una bolsa negra de basura. Sergio me ayuda a quitarme el mío. Veo que lleva la pequeña arma que me dio en el club, en su cintura, llevo mi mirada hacia mis manos y no recuerdo en qué momento se la devolví. La verdad es que ya casi no recuerdo nada, es como algo que nunca pasó, como un mal sueño. Las últimas imágenes que tengo presente es que mientras la camioneta avanzaba en su huida, unas llamas consumían en Luxur por completo. Se veía tal y como el infierno que era.
Sergio me toma de la mano y me guía por una puerta que parece ser una bodega, hay filas de sacos apilados, con quien sabe que. Al final de la bodega hay una puerta, Gian la abre y es lo que parece ser una pequeña habitación. Tiene dos camas y un sofá grande, un pequeño comedor redondo para cuatro personas y un televisor incrustado en la pared. Entre las dos camas, hay una puerta. Imagino que debe ser el cuarto de baño y recuerdo que necesito uno. Sergio me da una pequeña mochila y me dice que encontrare lo necesario para mí. Le doy una sonrisa y me voy con ella.
Reviso el interior de la mochila y veo algo de ropa y productos personales. Sonrió, ha pensado en todo.
Me desvisto y cuando estoy tratando de quitarme el jean, mis pies duelen, debí haberlos herido con los vidrios de botellas y vasos que se encontraban en el suelo del club mientras corría para escapar. trato de quitar mi ropa con cuidado, pensando en lo increíble que ha sido todo esto, tan increíble que si no fuera por mis pies lastimados, juraría que lo imaginé. Una vez completamente desnuda suelto mi cabello y camino hacia la ducha para limpiarme completamente. Lavo muy bien mis pies para que el sucio no vaya a infectar las heridas. Me siento más liviana ahora cuando todo se ha ido por el pequeño agujero del baño Me seco bien, y me visto con la ropa que Sergio ha escogido para mí. Todo me queda a la perfección, la ropa interior, el jean azul oscuro y la camisa manga larga negra. Cepillo mi cabello y mis dientes y salgo a la habitación.
Gian está dormido con uno de los hombres en una de las camas y el otro hombre en el sofá. Sergio está sentado en la otra cama libre, está sumido en sus pensamientos, que se ven interrumpidos por el sonido de la puerta del baño. Me hace de señas que me siente a su lado e inmediatamente busca en su maleta algo para curar mis pies, parece que con él es muy difícil pasar desapercibida y realmente eso me hace sentir muy avergonzada, mas de lo que ya normarte estoy, pero él simplemente no presta atención o si lo hace y prefiere ignóralo para no avergonzarme mas. Toma cuidadosamente mis pies y pasa un algodón con alcohol clínico por ellos.
– Dolerá un poco
– Está bien.
Si duele un poco pero no me importa, estoy concentrada viéndolo, ha estado bastante serio y pensativo, quizás también para él todo esto sea mucho, pero aun así se ve hermoso con su seriedad, es un buen sueño. Lo observo meter la mano nuevamente en su pequeña maleta y sacar un tubo de algo que parece ser antibiótico y anestésico o algo me cuenta mientras lo aplica en mis pies, pero yo sigo hipnotizada viéndolo así que no le presto mucha atención. Se levanta y saca unos calcetines de mi mochila y coloca unos botines cafés en la orilla de la cama.
— No te los pongas hasta que tus pies estén completamente secos.
Yo asiento, y lo veo irse con su maleta al cuarto de baño. Me acuesto en la cama, con los pies al aire, pensando en todo lo que acaba de pasa, y en lo siguiente que debo hacer. La verdad es que no tengo ni idea de que sigue ahora, creo que ni siquiera he procesado completamente el hecho de estoy afuera, que soy libre.
Mis ojos se sienten pesados, supongo que después de todo es muy normal, me dejo llevar por la pesadez y el cansancio dejando a un lado el tema de mi vida que debo resolver, quizás Sergio me de alguna idea de por dende empezar, quizás el quiera ser parte de este nuevo inicio, no se, pero lo importante de todo en este momento es que soy libre. Dejo que el sueño me venza, después de todo no me vendría mal descansar un poco, cierro mis ojos y sin darme cuenta me quedo dormida rápidamente.