Emily
La Risa de Gian me despierta de golpe, él y los otros dos están en la mesa comiendo y riéndose de algo de la televisión. Al parecer están pasando algo divertido en las noticias. Sergio se mueve a mi lado.
Veo cómo se va despertando y me doy cuenta de que sería un hermoso panorama que me gustaría tener todas las mañanas. Me mira y Sonríe.
— Hola
Le saludo dulcemente.
— Hola
— ¿Dormiste bien?
— Un poco ¿y tú?
— Un poco.
Ambos sonreímos mientras nos acercamos más el uno al otro. Nuestros labios se juntan y nos damos el beso más tierno, dulce y puro que jamás nos habíamos dado.
— ¡Hey!, ustedes par de tortolos, ya casi es hora de irnos.
Y justo en este momento, Gian no me agrada tanto. Expulso un suspiro de frustración y Sergio suelta una pequeña risita. Nos levantamos, nos ponemos los zapatos y nos sentamos a comer con Gian, los otros dos ya han terminado y están cargando cosas para guardarlas en la camioneta.
— Han hablado toda la mañana de lo que paso anoche. Es un verdadero circo.
Gian se levanta y ayuda a los otros dos. En las imágenes de la televisión se ve a Jakob siendo trasladado por agentes del FBI, también, pasan imágenes del rescate de quinientas personas, en su mayoría mujeres y niños, que habían sido ocultadas en una bodega de vinos, propiedad de los Manccini. Se dice que estos han logrado escapar, y ahora son prófugos de la justicia. Un Hombre llamado Michael Walters, está dando declaraciones, acerca de cómo su equipo logró infiltrar un agente del FBI en el mundo de la mafia, haciendo posible, el gran rescate de esas personas, la detención de un miembro importante de la mafia rusa y el paradero de miembros importantes de la mafia siciliana, como ser; Harry Manccini y su padre Sergei Manccini. Estoy realmente confundida.
Veo que a Sergio no le ha parecido nada las declaraciones que acaba de escuchar.
— Las personas se escondían en una bodega de tu propiedad.
— Harry, yo lo confirme cuánto tu enviaste el mensaje.
— ¿Y Harry esta libre?
— No espero que lo entiendas Emily, pero es mi hermano y no puedo traicionar a mi familia.
— Pero según las noticias un agente infiltrado dio toda la información para atrapar a tu familia y a los rusos. ¿Ese eres tú no?
— Si, pero no di ninguna información acerca de mi familia, Michael solo lo está haciendo para complicarme mas las cosas, ya que deserté anoche. Deberían declararme prófugo, no traidor.
— Es una mala jugada Michael.
Eso ultimo lo dice más para sí mismo, aunque Harry no me agrade y veo despreciable lo que hacía con Jakob, trato de no juzgar a Sergio y sus razones para desertar del FBI y ayudarlo. Quizás yo haría lo mismo por James. Terminamos de comer, la camioneta esta lista y nos ponemos en marcha de nuevo. Afuera el día es soleado y radiante, hace mucho que no miraba la luz del sol. No estamos mucho en carretera cuando giramos a la izquierda y entramos en una pequeña calle rodeada solo por campos, un kilómetro más adelante se ve un portón, y un pequeño helipuerto. Sergio conduce hasta donde están dos helicópteros esperando, listos. Mientras los demás descargan las cosas del auto, Sergio revisa algo en su maleta. Yo no sé qué pasará ahora, así que decido decir lo que nace en mi corazón. Sin importar nada.
— Ahora que se supone que eres prófugo, o lo que sea, quizás podamos escoger una ciudad del mundo y empezar de nuevo, lejos de todo este caos. Solo tu y yo.
Mi corazón se detiene esperando su respuesta y después de lo que parece una eternidad, su voz fría llega a mis oídos.
— No Puedo Emily, No me conviene.
“No me conviene”
Lo dice así sin más, sin siquiera pensarlo un segundo, sin buscar una manera más amable de darme ese golpe. “No me conviene”
Me siento realmente estúpida, ¿Cómo se me ocurrió por un momento que podría decir “si” y aceptar tal cosa conmigo? ¿Cómo pude confundirme tanto? Pedir que un hombre como él me ame de la manera que yo lo hago, es pedirle demasiado a la vida. Al final Sheryn tenía razón. Él no dejara su vida por mí, no soy el tipo de mujer que los hombres aman. No debí confundirme. Mientras el busca algo en su maleta, yo trato de soportar el dolor de mi pecho, el nudo en mi garganta y contengo las lágrimas.
“No llores Emily” “No delante de él”
— Aquí tienes tu nuevo pasaporte, también va un pasaje de avión y algo de dinero para lo que necesites.
Yo asiento, y el guarda todo en el depósito pequeño de mi ahora mochila, y continúa.
— Uno de los helicópteros te llevara a Magdeburgo, desde ahí volaras a Houston por como están las cosas no es seguro que vueles desde Berlín. Filipo te acompañará y estará contigo hasta que subas al avión.
Asiento nuevamente, el cierra la pequeña mochila y la coloca en mis hombros.
Trato de evitar su mirada, para que las lágrimas que contengo no vayan a desparramarse. Toma algo más de su maleta, veo que extrae un libro. “El Temor de un hombre sabio” el segundo tomo del nombre del viento de Patrick Rothfuss.
— Es un viaje largo, quizás necesites algo para entretenerte, y así descubres que pasado con Kvote el sin sangre.
Su voz es menos fría esta vez, odio que actué como si no hubiera pasado nada. Como si no fue importante, como si yo lo mereciera. “No le importas, no te das cuenta” Quizás si lo merezca después de todo. “Solo, recoge tu orgullo y sal de ahí”
— Gracias.
Se lo agradezco, pero es apenas audible debido al nudo de mi garganta, tomo el libro y él se acerca más a mí. Yo no quiero que lo haga, solo quiero irme ya, pero él me abraza y no puedo contener más las lágrimas, las limpia con sus manos y me da un beso en la frente. “Se supone que debes recoger tu orgullo Emily, no ayudarle a pisotearlo”
— Vuelve a casa Emily.