Narra Dalisha
Desperté despues de una media hora, mi pelaje estaba mojado pero algo habia cambiado, ya no tenia ese lindo color negro y gris que tanto me gustaba, ahora era de un blanco totalmente pulcro, me sacudi y me dirigí al lago mas cercano, mis ojos tambien habian cambiado uno era de un verde claro bastante vistoso y el otro de un celeste cielo, me sorprendi tanto que retrocedí asustada y al sentir un olor a parte del mio me puse en guardia y gruñi, de los arbustos apareció un lobo castaño con ciertas manchas blancas en su pelaje y de repente lo reconoci, Alya agito la cola y ambos corrimos y empezamos a saludarnos, se trataba de Abdel mi mejor amigo de la antigua manada en la que vivi una temporada con mis padres y hermano, el y yo nos habiamos hecho muy amigos desde que eramos pequeños pero cuando mi padre anuncio que debiamos volver a nuestra manada natal el y yo nos despedimos y ahora el estaba aqui, conmigo otra vez. Nos transformamos de nuevo a nuestras formas originales y lo abraze.
-Abdel!!! estas aqui!!! enserio eres tu!!!- dije efusiva y llena de alegria.
-Dalisha!!! aqui estoy pequeña...mirate como has cambiado, te ves hermosa- dijo dandome una vuelta completa para verme de cerca, reí y nuevamente lo abraze.
-Y tu...vaya mirate...tu tambien estas wow...- dije mirandolo de pies a cabeza, Abdel Siddall habia dejado de ser ese niño despeinado, lleno de lodo y con la cara embarrada de caramelo para transformarse en un hombre apuesto de ojos azules como la mañana que es clara y de barba rubia y sonrisa encantadora, debia admitirlo era guapo pero nadie la quitaba el lugar que le correspondia a mi mate. Su voz de repente me despertó de mis pensamientos y agite mi cabeza para disipar todas esas ideas raras.
-Deberiamos irnos, te vas a resfriar pequeña, ten ponte esto- me tendió su chamarra de cuero y luego me tendio su brazo para que me prendiera de el, yo solo la tome y me la puse por sobre mis hombros, su perfume realmente me encantaba sin mencionar que su chompa venia impregnada con su aroma a frutas silvestres y a rocio, olia realmente bien, lo mire de reojo y sonrei al ver a mi viejo amigo de nuevo. Al llegar a casa mis padres y hermano me esperaban ansiosos y cuando me vieron entrar junto con Abdel su alegria no pudo ser mayuscula, primero mis padres lo saludaron y luego venian para regañarme a mi pero el como siempre lo habia hecho me protegió.
-Fue mi culpa señores acabe de llegar por lo que distraje a esta bella señorita, espero que no la regañen por mis errores- mi cara debio realmente parecer un poema pues el se rio suavemente al verme asi, no entendia de donde habia sacado esa forma tan formal y fluida de hablar.
-no olvides que solo le pertenecemos a un lobo, le pertenecemos a nuestro mate.
-el dijo que no me queria cerca de el asi que no veo el problema de que me vea con Abdel, ademas el solo es un amigo, de seguro ya encontro a su mate.
-no la ha encontrado, Dorian me lo dijo...- Finalmente Alya corto la conexión dejandome con la duda, Alya y Dorian no se habian conocido y de repente el lobo de Abdel estaba comunicandose con mi loba, no deje que esas dudas me consumieran la cabeza. Mi madre habia invitado a cenar a mi amigo pero este lo rechazo.
-Lo lamento enserio me gustaria mucho quedarme pero mi padre me necesita ya que estamos de paso por aqui solo para aclarar ciertos dilemas con el alpha de esta manada, nos iremos tan pronto como esto se arregle.
-entendemos a la perfección Abdel aun asi gracias por traer a nuestra pequeña a casa a salvo, ten cuidado- dijo mi padre sonriente y luego abrazó a mi madre yo me ofreci a dejarlo en la puerta de entrada.
-Gracias de nuevo por traerme a mi hogar y ten te devuelv tu...- el se negó a recibir de vuelta su chamarra y sonrio.
-Ahora tiene tu aroma asi que puedes quedartela, te queda mucho mejor a ti que a mi.
-Esta bien...pero deberia darte algo a cambio por esto- la abraze a mi y el sonrio acercandose un poco mas a mi, su cercania me no causo mas que un estremecimiento leve, aun no podia quitarme de la cabeza a Alex, y mire mi anillo que aun conservaba, el me tomo suavemente del menton y me hizo mirarlo a los ojos, jodidos lobos guapos, malditas hormonas, mis mejillas se tiñeron de rojo, senti como sus labios besaban mi frente y luego se separaban de mi.
-Creo que esto es mas que suficiente para saldar la deuda, no crees?- dijo el y despues se despidió caminando por las calles, aun llovia y aun asi no quise separarme de su chamarra, entre a casa y me dirigí a mi habitación para dormir.
A la mañana siguiente, desperté por una llamada de mi madre que decia que se me haria tarde, no queria ir a la universidad porque eso significaria que tendría que ver a mi mate y la herida del recuerdo aun perforaba mi corazón, aun asi me levante y me duche rápidamente, al salir me puse un vestido de tafetan negro y unas botas de tacon hasta la rodilla, solo me planche un poco el cabello y puse un maquillaje suave que no resaltara tanto, mi hermano estaba tomando su café y mis padres conversando, los salude como todas las mañanas y al salir Abdel me esperaba con su moto, aquello me sorprendió pues nunca le pedi que viniera por mi aun asi no pensaba desperdiciar un buen aventón, ademas jamas habia viajado en moto y la experiencia podria ser interesante.
-lindo modelito Abdel.
-te gusta?, fue un regalo de cumpleaños- rio dandome un casco, lo mire con una sonrisa ironica para que se diera cuenta de que no me subiria a esa moto con vestido, el entendio el mensaje y finalmente suspiro.