La Luna de mi manada

Capítulo 35 -Dolorosa ausencia-

Narra Alex

Toda la mañana he estado inquieto y sumamente preocupado, no he podido dormir bien estas noches en las que mi pequeña se ha ido sin dejar rastro, su aroma no esta en el aire y hace que Anses se ponga inquieto, desde que fue mi primera transformación siempre fue difícil controlarlo.

-Donde esta Dalisha!!!??- Aulla con fuerza dentro de mi cabeza, oigo sus gruñidos de furia, su rabia y su impotencia por no poder encontrarla, si esto sigue asi va a terminar acabando con mi poca cordura, así que decido salir al campo de entrenamiento que no se encuentra muy lejos de mi casa, es un lugar donde van mayoritariamente los lobos seleccionados como guardianes, escoltas y centinelas. Mi abuelo lo mando a construir al principio para que fuera en aquel lugar en donde se clasificarían a los lobos que serian parte de nuestro ejército. Al llegar veo a un par de cachorros de unos 8 años peleando con ramas, sonrio y los saludo de forma amigable, al verme ambos sonríen y saludan de forma respetuosa, es comprensible, desde que tienen uso de sus facultades ya les enseñan el respeto a la familia "real" de la manada. Al ir hacia el campo de batalla me encuentro con la entrenadora. Si, dije entrenadora, se trata de Oona, la más fuerte guerrera de nuestra manada, que su carita de princesa no los engañe, esta mujer es capaz de mandarte al suelo de un solo golpe y de matarte si intentas propasarte con ella, en este momento esta entrenando con un joven lobo, recién es un aprendiz, Oona se acerca a el peligrosamente y la esquiva de una forma algo torpe pero rápida, ella no pierde el tiempo y lo toma del brazo tirandolo al suelo de un golpe seco. Ella se levanta y lo ayuda a ponerse de pie.

-En el campo de batalla el enemigo no te tendra piedad, a la próxima trata de usar tu esquive para lanzar otro ataque.

-S-si señorita Oona, gracias...

-Puedes retirarte novato- El chico hizo caso y se fue corriendo de ahí, la pelirroja suspiró y sin darse cuenta de mi presencia se recogió una coleta, debía admitirlo Oona antes de encontrar a Dalisha me parecía una mujer atractiva pero no estaba aquí para elogiar su belleza sino para entrenar, tosí un poco y al darse cuenta de mi sonrió.

-Alex...que te trae por aquí?

-Hola Oona, cuanto tiempo...- Dije en un tono sarcástico acercandome a ella.

-Jajaja ok esta bien lo siento su majestad, que lo trae por aquí?- Si yo podía ser bueno con la ironía, ella lo era el doble, eso se me hacía de alguna forma gracioso y atractivo.

-He venido a entrenar contigo, necesito sacarme esta rabia de encima y no veo otra forma de hacerlo que entrenando.

-Ah lo dices por la Luna cierto?- ella se puso ambas manos en la cintura y miró a otro lado.

-Si...me da tanta rabia no saber nada de ella o si estará bien...ni siquiera encuentro su aroma en la manada y no puedo contactarla mediante el link.

-Pues, te entiendo pero ya estoy algo cansada...que te parece si entrenamos un rato con el arco y flecha y luego tenemos un combate cuerpo a cuerpo?

-Esta bien por mi- Dicho esto nos dirijimos a la parte posterior donde había dos chicas y un chico entrenando, una de las chicas era experta en siempre dar al blanco mientras los otros dos aún les faltaba, lo que mas admiraba de mi manada era la forma en que peleaban , todo para proteger a los suyos de cualquier ataque, tomé uno de los arcos que estaba a mi lado y contuve un poco mi respiración concentrandome en el punto que tenía adelante mio, tensé lo más que pude el arco y un grito de auxilio me hizo fallar el tiro, Oona y yo nos regresamos a ver al mismo tiempo sorprendidos pero ambos sabíamos que debiamos hacer, ambos tiramos los arcos lejos de nosotros y corrimos hacia el lugar de donde venía el pedido de ayuda, era uno de los niños que tenía encima un inmenso lobo negro, el otro pequeño con el que había estado entrenando estaba desmayado con una herida de zarpaso en su espalda, Oona se acercó al que estaba herido mientras yo me encargaba del lobo que estaba amedrentando al niño, Anses salió en ese instante y se abalanzó contra el lobo negro quitándolo de encima, este se resisitió bastante mordiendo mis patas pero yo no lo soltaba, finalmente este expusó su cuello y sin perder tiempo clavé mis mandíbulas en el, este dio un aullido de dolor mientras continuaba moviéndose, finalmente después de mucho resistirse volvió a su forma humana al igual que yo, ese asqueroso aroma que expedia era inconfundible, un rogue estaba dentro de mis territorios.

-Tu...malnacido!! se que tienen a mi Dalisha!!! dime donde la tienen?!!- Le gritaba en su cara mientras azotaba su cabeza contra el piso.

-Alex!!! controlate!!!.

-Ellos se llevaron a mi Luna!!! no me pidas que me calme!!!- Estaba fuera de mi, el olor a la sangre de mi pequeña estaba en su ropa y sus manos, aquello me estaba volviendo loco. Este antes de morir por la herida en su cuello me sonrió burlandose de mi.

-Ella esta lejos de aquí, descuida....te devolveremos su cádaver una vez acabemos con el ritual...

-No lo permitire!!!!- Di un último puñetazo a su rostro dejándolo tirado para que muriera de una vez, golpee uno de los árboles cercanos y luego me acerqué al niño que continuaba en shock, lo ayude a levantarse y me arrodille frente a el.

-Estas bien? que paso?.

-Fue muy rápido...solo estaba entrenando con Caiden cuando aquel lobo se abalanzó sobre mi, el intentó defenderme pero este le dio un zarpaso en la espalda y Caiden cayó desmayado...

-Esta bien, ya estan a salvo...será mejor que vayan a sus casa...

-Que pasará con Caiden...?? El estará bien verdad?

-Si...no te preocupes por el, lo llevaremos al hospital tu vuelve a tu casa- El pequeño asintió levántandose para regresar a su hogar mientras me acercaba a Oona que se mantenía ayudando a Caiden, por fortuna su herida era solo superficial pero tardaría un poco en sanar.




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