¡Riiing, riiing! ¡Riiing, riiing! ¡Riiing, riiing!
A las ocho de la mañana, el sonido de las notificaciones del teléfono me despertó entre las sábanas. Con el rostro abatido y aún medio dormido, empecé a buscar el teléfono por toda la cama hasta que, tras unos segundos, lo encontré. "Voy a dormir diez minutos más", pensé mientras silenciaba el sonido. De repente, ¡¡¡RIIIIIIING!!!
Era el teléfono de casa.
—¿Qué animal llama un sábado a las once de la mañana...? —murmuré con fastidio, levantándome de la cama de mal humor para salir apresurado a contestar.
¡¡¡RIIIIIIIIIIING!!!
—¡Teléfono de porquería! —grité cuando estaba a pocos pasos del aparato. —Muy buenos días, ¿con quién hablo? —pregunté calmadamente una vez que lo atendí.
—NOAH, te he llamado 17 veces, ¿por qué no contestabas? —gritó la persona al otro lado, el "animal" al que me refería.
—Estaba felizmente dormido, Kasey. ¿Qué sucede?
—Uno, no sabía que dormías tanto, y dos, solo quería recordarte la reunión —respondió, suavizando su tono agresivo—. Perdón, jejeje —añadió en un susurro.
—Uhm... tal vez se me olvidó, gracias por recordarme —admití, cubriéndome la cara avergonzado.
—Sí, ya lo sabía. ¿Qué harías sin tu mejor amiga? Nada, probablemente te perderías —contestó con una voz llena de orgullo.
—Jaja, muy graciosa.
—Pues obv... ¿huh? ¡Ya voy!... Oye, necesitan mi ayuda para mover unos muebles. Nos vemos luego —dijo despidiéndose.
—Okey, adiós Kasey —respondí antes de colgar.
Ya completamente despierto y sin una pizca de sueño me dirigí a la cocina la cual estaba a unos pasos del teléfono a prepararme el desayuno —espero que haya sobrado algo de los waffles de ayer— pensé antes de ver una carta pegada con imanes en el refrigerador — ¿Me dejaron una carta? — dije preguntándome a mí mismo antes de tomarla.
Al despegarla y abrirla comencé a leer la carta enseguida.
20 de Julio de 2025
Querido hijo,
Algo muy importante ha surgido en el trabajo y como podrás notar, no pudimos quedarnos para explicártelo en persona. En resumen, la situación en el laboratorio es caótica, por decirlo así, y nos necesitan para poner un poco de orden. No sabemos exactamente cuánto tiempo nos tomará, pero si la situación no empeora estaremos de regreso en casa entre el lunes y el martes. Sabemos que te gustaría que estuviéramos siempre contigo y somos conscientes de que no siempre hemos sido los mejores padres, pero debes creernos cuando te decimos que te amamos con todo nuestro corazón y que daríamos lo que fuera por tener más tiempo juntos.
Recuerda comer bien, mantenerte siempre cerca de personas de confianza y tener mucho cuidado fuera de casa. Si necesitas algo, no dudes en llamarnos, igual nos estaremos contactando contigo en el menor tiempo posible. Queremos que sepas que nuestro amor y apoyo siempre estarán contigo, sin importar las distancias.
Te amamos mucho, Noah.
Mamá y Papá.
Después de leer la carta, una sombría sensación se apoderó de mí.
Un velo de tristeza descendió sobre mis pensamientos. Aunque no podía precisar la razón exacta, percibí que algo andaba mal. Era como si la respuesta estuviera al alcance de mi mano, pero se desvanecía justo en el momento crucial, dejándome con un anhelo melancólico e indefinido.
Después de reflexionar tanto, empecé a sentir una ligera punzada de dolor en la cabeza, así que decidí dejar el tema de la carta a un lado y la metí en el bolsillo de mi chaqueta. Era evidente que este viaje de mis padres era distinto a todos los anteriores, aunque no sabía exactamente por qué.
Al abrir el refrigerador, me enfrenté a una situación desagradable para cualquier amante de los waffles: ¡no había ni rastro de ellos!.
Al final, opté por la sencillez de un huevo frito con pan. Una vez listo mi plato, me acomodé en el sofá para sumergirme en una serie intensa y sangrienta que había ganado popularidad recientemente.
Mientras masticaba reflexivamente, el silencio envolvente de la casa se hizo más notorio al concluir mi comida. El constante silencio de la casa solía ser mi mayor miedo, pero con el tiempo, aprendí a encontrar cierto consuelo en él.
Bella, la niñera que mis padres contrataron para llenar su comprensible ausencia, era como una sombra fría que se arrastraba por los pasillos. Su presencia rígida y sus palabras hirientes creaban un ambiente tenso que yo intentaba ignorar. A pesar de sus esfuerzos por imponer su autoridad, percibía en ella destellos de compasión y protección oculta bajo esa capa de frialdad, como una hermana mayor intentando educar a su hermano pequeño de formas cuestionables.
Bella parecía luchar contra sus propios problemas mientras cuidaba de mí, y aunque nuestras interacciones estaban marcadas por su superioridad, reconocía que muy en el fondo ella era una persona amable, a su manera.
—Espero que ella no llegue antes de que salga de casa— pensé mientras me levantaba del sofá camino a lavar el plato en la cocina.
Estaba pensando en cómo hacerle saber a Bella que me iría a casa de Kasey sin tener que esperar a que llegara.
Si me iba antes de tiempo, se molestaría y asustaría al no verme en casa, no le agrado nada, pero no deja de ser su trabajo mantenerme vigilado. Si le dejo una carta, se molestaría y conociéndola, me iría a buscar a casa de Kasey solo para halarme la oreja.
No la puedo llamar ya que siempre dice "sigue creyendo que te daré mi número, niño" y aunque esperarla sería lo mejor, tendría que correr a casa de Kasey antes de que me llame otras 17 veces por llegar tarde.
Luego de pensarlo unos minutos, me convencí de que tendría que esperarla, persuadirla y luego correr para no llegar muy tarde.
Solo debía esperar hasta la una de la tarde para la llegada de Bella. Con tres horas por delante sin nada que hacer, me recosté en el sofá y envié mensajes de buenos días a mis padres, teniendo en cuenta posibles diferencias horarias. Mientras esperaba, seguí viendo aquella serie ligeramente bizarra pero que no dejaba de ser por algún motivo graciosa.