Capítulo lll

......La maceta Rota.?

Después de tanto pensar, dejé de lado la frase y me concentré en otras cosas. Bajé del autobús y seguí mi camino hacia la entrada de la escuela. Continué caminando por los blancos pasillos de la escuela, observando cómo la multitud pasaba a mi lado, envuelta en sus labores cotidianas, mientras yo continuaba en mi total soledad. Aceleré el paso para llegar pronto al aula y no llegar tarde, evitando así ser testigo de un posible castigo.

Al poco tiempo llegué y me senté en el último asiento, donde me encontré sola, ya que nadie se sentaba a mi lado por ahora. Me concentré en la llegada del profesor John Lennon de filosofía, quien comenzó inmediatamente a impartir la clase. Sin embargo, casi siempre no podía terminarla a tiempo, ya que requiere mucha explicación y resulta aburrida.

Cuando sonó la campana, me levanté inmediatamente y me apresuré a salir, dirigiéndome a mi lugar habitual para encontrar paz. Caminé hacia uno de los últimos pisos, el cual es raro ver que a alguien le guste ir, ya que está en construcción y en mal estado, etcétera. Sin embargo, a mí no me importa, ya que lo mejor que tiene es que nadie va allí, solo yo, lo que me proporciona paz.

Ahí están mis cosas favoritas:
1. Silencio
2. Una fea plantita que siempre veo
3. Dulce soledad y tranquilidad para escribir o escuchar música

No puedo pedir más, y por las noches es maravillosamente hermoso.

Llegué al último piso y me recosté en la pared al lado de la plantita que parece tan muerta como el pobre insecto que la acompaña a su lado derecho. Qué lástima, pobrecita la plantita; está tan muerta como su compañero, pero bueno, mira el lado bueno: ahora no estás tan sola en tu triste muerte, ya que estoy contigo.