La Luna Perdida

Love is in the air

Emily

Hoy desperté increíblemente creativa, no tengo idea porqué, solo he tenido una idea en la cabeza que intenté plasmar en papel y al ver el resultado final, ni yo misma podía creer que yo había dibujado tal boceto. Creo que fue gracias a un documental en miré en Nat Geo mientras esperaba que el sueño apareciera, ya que últimamente el insomnio ha sido uno de mis acompañantes. Cuando salí de la cama el cielo apenas y comenzaba a llenarse de luz, lleve todos mis lápices y marcadores a la pequeña sala para poder dibujar tranquila sin tener que despertar a Gina. Ahora que está finalmente terminado lo coloco en mi carpeta y corro a darme una ducha. Al salir Gina está despertando con esa cara de cuando las horas no han sido suficientes. Ella se encierra en el baño aún en automático y yo comienzo a vestirme. Me veo al espejo y me doy cuenta de que he ganado un poco de peso, no se ve mal, es como dice Gina “Tienes de donde agarrar“ eso me causa gracia, porque si nos referimos a sus curvas, esa frase se queda corta.

Me siento tan bien, tan libre que creo que no importa lo que use hoy, todo me quedará perfecto así que no pierdo tanto tiempo escogiendo que ponerme, decido por un vestido rosa de cuello alto que combino con unos converse blancos, que para mí son indispensables y básicos; son cómodos y puedes usarlos con diferentes atuendos e incluyo una chaqueta de jean. Reviso en mi pequeño joyero e ignoro nuevamente mi collar de luna, en cambio decido usar un collar largo con un triangulo de diseños que Gina me regaló, mi cabello suelto y mi maquillaje básico. Salgo a la pequeña cocina y preparo hot cakes y café.

— Alguien está de muy buen humor.

Sam sale de su habitación ya listo y se sirve una taza de café, yo le paso los primeros hot cakes listos y él me sonríe.

— Me encanta como te queda ese vestido, se pega a tu figura muy bien.

— He notado que eres fan de las chicas en vestido, mas que todo de Gina en vestido.

— Me encanta ver a las chicas que lucen su cuerpo, por ejemplo Gina con sus raíces africanas, tiene todo en su lugar, especialmente ese redondo y gran trasero, es para que lo luzca a todos los vientos.

— ¿Sam estás seguro que tu eres gay?

Pregunto casi a carcajadas.

— Muy seguro cariño, pero no soy ciego y se apreciar la belleza, como la tuya, tus raíces latinas se expresan en tus curvas, tienes pocos pechos pero caderas anchas, un bonito trasero, y tus piernas, son un espectáculo. No deberías pasarlas escondiendo, lúcelas.

— Está bien, te tomaré el consejo. Ya sé de tu fascinación por las curvas, ¿Qué tal tu gusto en hombres?

— El jefecito papucho que traes loco, me saca un par de suspiros.

Me he arrepentido de hacer esa pregunta no quiero hablar de Sergio pero la verdad es que a quien no.

— Si, esos ojos azules dejan sin aliento.

Lo digo tratando de sonar lo menos despreocupada posible, mientras me siento en el pequeño comedor de cuatro personas frente a Sam.

— Emm... ¿Sus ojos? ¿En serio?

Lo miro y no entendiendo a lo que se refiere, mientras como mis deliciosos hot cakes con fresas y bananos.

— Sus ojos son lo de menos, su espalda ancha perfectamente trabajada y sus brazos, esas piernas y tiene un trasero, No vayas a decir que no has visto su trasero, porque ¡wow! No se puede ignorar.

Yo prefiero no comentar nada porque he decidido no centrar más mi atención en Sergio.

—¿ Te imaginas como seria desnudo? Yo pienso que ha de ser como los cuerpos tallados por Miguel Ángel.

Agrega pinchando la idea de no centrar mi atención en Sergio, desparece toda fuerza de voluntad cuando el recuerdo de una de las veces que lo vi desnudo en el club aparece en mi mente. Si tan solo Sam supiera que lo que imagino no es bajo la premisa del como sería si no más bien del como fue

Decido llevar la conversación hacia otra persona.

— ¿Y aparte del Jefe, hay alguien más que te robe los suspiros?

— Jerry.

Dice sin mas, sin preocupación y levantando los hombros.

— ¿ Que?¿ En serio?

— Si. Me encanta con su aire de jefe estricto, pero es heterosexual.

— ¿ Y como estás tan seguro? ¿Por qué no le preguntas?

— ¡Estas loca! Con ese carácter que camina me arriesgo a que me de un golpe en la cara. Créeme cariño sé cuando un hombre es gay o no, además que sus ojos están puesto en Gina.

Yo estoy realmente sorprendida. Él me ve como un bicho raro.

— No es posible que no te hayas dado cuenta, ¿Donde está tu mente cuando estamos en el trabajo? Bueno... Ya sé donde.

Esto lo dice con una sonrisa sugerente y picarezca.

— En el mucho trabajo que tenemos

Trato de aclarar pero él solo se burla de mi. 

— Si claro.

Gina sale de la habitación ya lista y con mejor cara, yo le señalo un plato donde quedaron sus hot cakes pero se ha hecho tarde, así que decide comerlos en el camino. El mismo taxi de siempre nos espera abajo para llevarnos al trabajo, ya que Grupo MCC no queda tan cerca, más sin embargo la universidad si y es cuando preferimos caminar pero ahora pasamos mas tiempo trabajando por petición de Jerry, lo cuál nos tomará unos meses más finalizar las clases pero estamos bien con eso, porque la experiencia que estamos obteniendo es invaluable. Entramos finalmente al edificio caminamos hacia el elevador,envueltos en una conversación amena, pero  para mi mala suerte Sergio, Jerry y Gian están esperando por el.

— ¡Buenos días!

Saludamos los tres al unísono, ellos nos devuelven el saludo de la misma manera.

— Luces muy bonita hoy Principesa, te queda el rosa.

Intento no sonrojarme. 

— Gracias Gian.

Él siempre es muy amable conmigo y bastante dulce al hablar, generalmente a las mujeres. Es bastante gracioso cuando te quedas conversando un poco más con él pero últimamente se le ve muy poco por aquí. El elevador abre sus puertas los caballeros nos dejan pasar a Gina y a mi primero para luego entrar ellos, Sam entra de tercero y se cuela atrás de mi, mientras que Gian está a mi lado, Sergio se se queda a un costado, al lado de los botones, en la perfecta posición para observarme de arriba y abajo con su rostro sin expresión. Gina se queda al frente con Jerry quien le dedica una mirada de reojo, un par de veces haciendo que Sam aprete mi mano cuando eso pasa, para que preste atención. Sam y yo nos hablamos con apretones cada que nótanos las miradas de Jerry sobre Gina y esto no pasa desapercibido por Sergio quien nota los apretones y mira sutilmente hacia donde Sam y yo miramos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.