La Luna Perdida

Cosas Extrañas

Emily

Me despierto increíblemente somnolienta y desorientada en una cama que no es la mia, miro hacia el gran ventanal y la luz de dia está a punto de desaparecer completamente. Me acuesto nuevamente en la cama y el olor a Sergio invade mi nariz. Eso me transporta hacia la mañana donde después de nuestra extraña conversación acerca de la vida volvió a tomar mi mano y me subió al auto, me dijo que iriamos a un lugar que también me gustaría pero recibío una llamada y antes de eso debiamos pasar por su apartamento primero, lugar del que nunca salí. Sonrio con los recuerdos de esta mañana.

* Estoy observado la cuidad desde la pequeña terraza que tiene su apartamento mientras el busca algo en su escritorio, llama a alguien y le da instrucciones para que recoja el documento en la recepción del edificio. Lo escucho salir y después de unos diez minutos entrar nuevamente. Estoy tan impresionada con la vista que no me doy cuenta que está atras de mi hasta que siento sus brazos rodeando mi cintura.

— ¡Tienes una increible vista!

Me gira haciendome quedar frente a él y con su mirada clavada en la mia comienza a hablar.

— En este momento si, tengo la mejor vista del mundo.

Siento mi cara arder y no se que decir, pero no es realmente necesario porque sus labios besan los mios de una forma suave y tierna, yo siento tan bonito en mi pecho, es una sensación nueva para mi. De repente ese beso tierno se convirtió en uno profundo y apasionado, de esos que ya nos habiamos dado antes. Nos depegamos por un segundo pero nos besamos nuevamente de la misma manera pero esta vez, el lleva sus manos a mis piernas y las coloca alrededor de su cintura caminado conmigo hacia su habitación.

Me pega a la pared después de entrar por la puerta de vidrio de la terraza, y comienza a quitar mi ropa, yo hago lo mismo y me sorprendo de la facilidad con la que mis manos lo hacen, de la manera en la que ellas conocen bien todo su cuerpo. Finalmente estamos en ropa interior y él se sienta en la cama conmigo sobre sus piernas, mientras desabrocha mi bra y besa mi cuello, siento suaves y dulces besos que recorren todo hasta mis pechos, involuntariamente mis caderas se mueven mientras doy pequeños besos y mordiscos en su hombro. Él se levanta de pronto y me acuesta en la cama mientras quita su ropa interior y la mia, yo disfruto de la vista de su cuerpo perfectamente desnudo, él lo nota y me guiña un ojo, mientras aparta mis piernas para poder entrar en el lugar donde lo han estado esperando, haciendolo suave y tiernamente y con eso si no se que hacer. Es decir, Sergio siempre fue amable pero esto es... Diferente. Pero mi cuerpo está acostumbrado a movimientos más rápidos así que intento hacerlo pero él me detiene apretando con sus manos mis caderas fuertemente, mientras susurra en mi oído.

— Tranquila, no hay prisa, solo quiero disfrutarte.

Y tampoco sé como reaccionar a eso, así que solo me dejo llevar por sus movimientos suaves, dulces y sin prisa descubríendo que queria estar así un tiempo más, disfrutando uno del otro, cada pedazo de piel, cada beso, cada caricia, cada sensación entre mis piernas y en mi pecho, sin importar nada, ni el tiempo ni absolutamente nada de lo que pasa en este mundo.

Nuestros cuerpos nos traicionan, porque parecen no estar conectados a nuestros cerebros, aumentando poco a poco la rapidez de los movimientos hasta que la sensación de placer absoluto nos invade al mismo tiempo, cosa que ya nos habia pasado antes pero está vez se siente diferente, más intimo y con sensaciones extrañas que con las manos entrelazadas fuertemente nos dedicamos a sentir ambos, perdidos uno en el otro... Nos quedamos así como estamos, tratando de controlar nuestras respiraciones, él me observa con una mirada dulce y me siento incómoda de repente no sé porque razón. Creo que es más fácil para mi cuando solo se visten y se van pero como con todo lo que tiene que ver con Sergio, no sé como debo actuar. Se acomoda a mi lado atrayendome hacia él para que me acueste sobre su pecho. Eso tambien es nuevo, en el club solíamos quedarnos uno al lado del otro en silencio hasta que él debia irse o yo me quedaba dormida, pero esta vez él acaricia mi espalda con sus dedos lo cuál se siente muy pero muy bien, siento que el cansancio por quedarme trabajando toda la noche está apareciendo que junto con las caricias en mi espalda hacen que me quede dormida rápidamente .*

Ahora desperté sola en esta gran cama lo cuál si no es nuevo, con una extraña sensación de felicidad. Me envuelvo en la sábana solo para hechar un vistazo y saber si se encuentra en el lugar. No estoy familiarizada con el diseño de su apartamento así que en cuanto abro la puerta gris de su habitación me encuentro con la vista de frente de su sala y a él sentado con su laptop en las piernas. ¡Mierda! No pude pasar desapercibida porque en cuanto me asomé por la puerta él levantó su vista dandome una sonrisa y palmeando el sofá justo a su lado. Yo camino con la sabana muy envuelta en mi cuerpo desnudo y me siento a su lado.

— ¿Descansaste?

Me pregunta mientras me da un dulce beso, yo siento que me hé puesto roja, entonces recargo mi cara en su hombro para que no pueda verme.

— ¿Porqué me dejaste dormir todo el dia? Jerry debe de estar como loco.

— Porque te mirabas cansada y has trabajado mucho, y por Jerry no te preocupes, ya arreglé eso.

Imagino que sí pero no digo nada, la verdad es que me cayó muy bien poder dormir. El timbre de su apartamento suena y Sergio se levanta.

— Debe de ser la comida, si quieres puedes usar una de mis camisetas para que estés más cómoda y por cierto deberias revisar tu teléfono.

Me dice esto último señalando a la mesa de crentro en donde dejé mi bolso. ¡Mierda! Gina va a matarme lo último que supo de mí fue por un mensaje donde le decía que llegaría algo tarde pero luego dejé el celular en vibrador lo metí en mi bolso y no volví a tocarlo. Saco mi celular y camino con él nuevamente a la habitación mientras busco mi ropa interior y una camisa de Sergio la cuál me queda un poco abajo de los glúteos. Tengo llamadas y mensajes tanto de Gina como de Sam, James y Val.




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