La Luna Perdida

Huida

Me desperté al lado de él en su gran cama, no estoy acostumbrada a la luz que entra al amanecer por su ventana, ilumina toda la habitación demasiado rápido y temprano pero es hermosa la vista. Sergio parece no inmutarse en lo absoluto duerme como si la luz no le afectara en lo absoluto. Siempre tuve habitaciones oscuras y cuando estaba en Berlín apenas y miraba el sol por un pequeño tragaluz que tenia el cuarto de baño. Pero honestamente es muy bonito despertar con el sol. Salgo de la cama cuidadosamente para no despertarlo, corro al baño, lavo mi cara y salgo rápidamente hacia la lavanderia para buscar mi ropa. Me visto y camino hacia la sala en busca de mi cartera. Un viento helado proveniente de la terraza me eriza el cuerpo. Tal parece que el clima se está volviendo bastante frio. Camino despacio y sin hacer ruido nuevamente hacia la habitación buscando el closet de Sergio para tomar prestado un abrigo. Trato de ser lo más silenciosa posible y encuentro una gabardina café que se ve bastante abrigadora. Me la coloco y efectivamente lo es, tomando en cuenta que me llega abajo de las rodillas, prácticamente me cubre entera. Busco mis zapatos y salgo del lugar.

Efectivamente el invierno parece haber adelantado su visita a la cuidad. El aire se siente bastante frío, al punto que siento mis mejillas y mi nariz heladas. Trato de caminar lo más rápido posible hasta encontrar un taxi y poder llegar a casa.

— Dicen que este año tendremos un duro invierno.

Comenta el conductor del taxi, yo solo asiento y sonrió no me gusta hablar con extraños. Normalmente estoy siempre tan sumida en mis pensamientos que me molestan las interrupciones. Pero al parecer si, el clima cambió de un momento a otro. Las calles hoy me parecen extrañas, es como si todo mundo quisiera ocultarse del frio y lo entiendo aún más cuando bajo del taxi para subir a mi apartamento. Camino casi corriendo al sentir el helado aire golpear mis mejillas e introducirse bajo mi cuerpo entrando por mis rodillas.

Una vez en el apartameto cuelgo mi carrera en el perchero al lado de la puerta camino directamente a la pequeña cocina para encender la cafetera y me preparo un sandwich. Enciendo la televisión y lo dejo en un noticiero local donde están hablando de una helada sorpresiva en la cuidad pero no alcanzo a ver la nota meteorológica completa, así que me siento en el sofá a disfrutar de mi desayuno mientras pienso en toda la información que mi cerebro recibió de ayer.

— ¡Buenos dias! Pensé que no llegarias hoy.

Gina se sienta a mi lado con su cara de recién levantada. Yo me limito a sonreírle ya que no pienso darle explicaciones, igual que ella no lo hace respecto a sus salidas con Jerry.

— ¿Porqué esa cara? ¿Pelearon?

— No, bueno si... Y luego no.

Suspiro mientras llevo mi taza de café a mi boca para terminarlo.

— Terminamos durmiendo juntos.

Gina me mira con expresión confundida.

— Llevan tiempo durmiendo juntos Emm.

— Es decir... Dormir dormir, solo dormir.

Gina se rie a carcajadas mirandome como si estuviera loca.

—Wow han lllegado al siguiente nivel de intimidad.

Noto su sarcasmo pero no me molesta, quizás es porque estoy acostumbrada a la intimidad física nada más y es difícil que los demás entiendan.

— Salí huyendo antes de que despertara, otra vez...

Me colocó las manos en la cara, me siento tonta por no saber como actuar en este tipo de situaciones.

— Hey, tranquila no es la gran cosa.

— ¡Es que no sé Gina! Tengo miedo.

Ella me interroga con la mirada y me hace de señas con las manos para que continue hablando.

— De convertirme en alguien que no soy, de mirar hacia aún lado, ignorando las cosas que pasan en mis narices.

La cara de Gina refleja aún más la confusión acerca de mi crisis de vida.

— Emily, has sido obligada a ser quien no eres prácticamente toda tu vida. Ya es tiempo de ser quien quieres ser y de dejar de pensar en el mundo. ¡Al mundo no le importas! ¡Estadísticamente eres solo un número!

— ¿Que quieres decir?

— Vive Emily, solo vive. Trabaja en lo que te gusta y no tengas miedo a decir no, o a decir si, enamorate de verdad y si te rompe el corazón lo reparas y sigues adelante, como lo has hecho desde antes. Eres una sobreviviente recuerdalo.

Le doy una sonrisa sincera a Gina pero aún estoy dudosa de todo. Ella me deja saber que preparará su desayuno mientras yo camino hacia la habitación para poder darme un baño y prepararme para el trabajo. A veces el agua de la regadera cayendo sobre tu cabeza resulta relajante y ayuda a pensar mejor.

Finalmente vamos caminando a unas pocas calles del edificio MCC, normalmente siempre llegamos en taxi hasta el lugar pero esta vez dicidimos bajar antes para poder admirar el gigante rótulo de publicidad expuesto en uno de los edificios.

— ¿Alguna vez pensaron que verian sus diseños en un gran rótulo en la cuidad de New York?

— Si

Gina y Samuel contestan al unísono, casi en un susurro mientras miran hacia arriba totalmente hipnotizados. Yo también lo estoy pero simplemente no me parece real. Estamos tan perdidos que no nos damos cuenta cuando Brittany, Christina y nuestros otros dos compañeros se colocan a nuestro lado hasta que escuchamos el chillido de la rubia.

—¡Mira mis accesorios!

Todos la miramos sonriendo porque por solo este minuto compartimos su felicidad con ella y nos olvidamos de que es una egoista insufrible y arrogante y la vemos como una estudiante a punto de graduarse observando como se realiza su sueño. Igual que el de todos.

Una fria corriente de aire nos saca de nuestro trance para volver a la realidad de nuestras vidas y es que; llegaremos tarde. Caminamos a paso rápido todos, Gina me toma del brazo y Sam se ajusta aún más su bufanda.

— Moriré del frío, y según las noticias esto comienza.




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