La Luna Roja: Inicios De Una Nueva Era

CAPITULO DOS

CAPITULO 2: Definirá el futuro

Tres años después

Años pasaron desde que se realizó aquella reunión que definió el destino de los reinos y fue la clave para reducirlos a cenizas. Dónde millones de civiles y soldados perdieron la vida en una guerra tan absurda. Pero, ¿ quién iba a saber que el punto de inicio fue creado por una simple y pequeña disputa entre una niña y un hombre que bien sabía en la condición que estaba y su delicado temperamento? y, ¿quién sospecharía de que todo esto había sido a propósito para crear contradicciones entre los reales? . Pero, también hay que ver que la política es lo más sucio de todos los mundos, y que la ambición siempre a conllevado a las más sangrientas luchas.

La guerra provocó que la economía de los reinos decallese en comparación con la que antes poseían. Cada movimiento que se llevó a cabo conllevó a la muerte de muchos civiles, provocando que decallera el número de la población principalmente en hombres. Fueron destruidos muchos pueblos y afectados por una parte algunos monumentos históricos bastantes resaltantes en la historia de las naciones.

Athenas una joya arquitectónica y el mayor logro de la educación, el sueño de cualquier aficionado a los estudios, en cambio, se vió obligada a cerrar las puertas debido a lo de aquella noche promovió la actual situación imperante del continente.

El reino demonio se mantuvo firme y no se rindió, solo que aceptó y llegó a un convenio para acabar con las luchas en las fronteras, porque aunque desde tres años atrás estuvo fiel a su causa en ésto últimos meses se había percibido que las fuerzas se debilitaban en comparación con la que empezó la guerra. Debidamente la ausencia encubierta del rey provocó que las cosas no funcionaram como se debía pero, cabe decir que Victoria hizo todo lo posible por que no se enterarse nadie de ello y se entregó por completo para sacar adelante al reino que la vió nacer y de que no se viese un brusco cambio en la forma de dominio.

Reino Angel

El reino Angel al ser la segunda potencia del continente, en la guerra tuvo perdidas enormes a vista de muchos, pero al tener una economía como la suya no se vió demasiado afectado y logró tener una próspera recuperación.

— Tío. ¿Cómo anda la situación económica? — preguntó el rubio de ojos oscuros preocupado — No te lo digo para que te lo tomes a mal pero, el pueblo a diferencia de la economía, se ha visto un poco afectado.

— Ay, Marco, creo que si no fuese porque eres hijo de mí hermano, no me creería que fueses mí sobrino ni tampoco parte de la familia real — pronunció el rey mientras reía a carcajadas por las palabras del chico — Marco, porque eres mí sobrino y prometí a tus padres que te cuidaría si algo les pasaba, y por eso te diré. Muchacho, me agrada que tengas ese bello corazón y que te preocupes por todos, y no te preocupes más, ya me estoy encargado de ello, bien. Pero, mira, piensa un poco y reflexiona, y entonces recuerda que no siempre podrás pensar en todos y en tí, porque va llegar el día en que tengas que romper a alguien por no romperte a ti mismo — dijo con actitud seria, palabras expresivas y la voz de padre que siempre ha tenido con Marco y su hermano, y que el recuerda como la única voz paternal porque era muy pequeño cuando sus padres murieron.

— Por favor tío, yo soy Marco Loren: principe de los ángeles. Éso jamás me pasará. — dijo el chico en tono de burla — Éso me ofende grandemente.

— No quise ofenderlo principe Loren — recalcó la palabra con tono juguetón — Solo intentaba aconsejarlo. Por favor, disculpe a su súbdito su alteza.

— Queda disculpado. Pero no se lo volveré a pasar — respondió mientras se partían de la risa juntos por el juego momentáneo.

— Bueno chico, me encantaría seguir conversando contigo pero tengo asuntos muy importantes que atender. Nos vemos para la cena, hoy vendré, espero no te quedes dormido ni tu ni tu hermano, y espero no fallarte yo — se despidió mientras salía de la habitación con una delicada sonrisa de alegría en su rostro.

Reino Demonio

El gran reino Demonio, las tierras más fantásticas del mundo, el bello reino de las mil razas, tras la sangrienta guerra de venganza se vió severamente afectado. La economía decayó un poco debido a las pérdidas de vidas y las explosiones y atentados que sufrieron las diferentes partes del territorio.

Se vió severamente afectado en comparación con su anterior situación tan favorecedora. El rey aunque nadie lo supiera continuaban en estado de coma, por lo cual todo el peso recaía en Victoria y su madre, Myra, la reina de los demonios, la cual vivía en el segundo palacio desde que su hija tenía un año de vida. No es que estuviera divorciada, pero desde hace años no llevaba una relación muy afectuosa con su esposo.

— Victoria, cariño, mañana tienes una reunión con las diferentes familias de la realeza para tocar los diferentes puntos de la situación y de los cambios que van a ocurrir para el restablecimiento del reino — le informó Charles mientras entraba en el despacho sin previo aviso.

— Si Charles, gracias, no te preocupes, no se me ha olvidado — pronunció esta sin apartar la vista de unos papeles — Y, dime ¿ Cómo está mi padre ? Es que no e tenido tiempo para visitarlo.

— Bien, aunque no a mostrado muchos síntomas de mejoramiento... Aunque no sé si algún día despierte , y no lo digo por ser un desesperanzado , pero, no lo sé muy bien, así que, lo siento mucho.

— No te preocupes por ello, hasta yo estoy perdiendo las esperanzas — dijo mientras unas rebeldes lágrimas de cristal rodaban por sus mejillas de nieve — Bueno pero, dejando eso atrás, hay algo más de lo que quieras contarme.

— Ah, si. Señorita, la Academia Athenas va a abrir nuevamente sus puertas en cuanto la situación del pueblo Zero mejore ... Eso podría ser dentro de uno o dos meses maximo.




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