Capítulo 7: Salida Nocturna I
«Victoria»
Creo que empiezo ha arrepentirme de haber aceptado salir, y no es que no lo quisiera, porque en realidad necesito relajarme y alejar unas cuantas cosas de mi mente, pero como voy ha hacer eso cuando tengo a mi mayor problema sentado a mi lado en el auto, y si quieren que os diga brevemente cómo llegamos hasta aquí os lo digo.
Resulta ser que al parecer, nuestro nuevo amigo, Ares, o está confabulando con Marco para que en todo sitio yo quede a su lado o al parecer quiere andar como una lapa pegado a Susy, pero creo que optaré por la primera, ya que no tendría un por que andar detrás de mi amiga cuando a la legua se le pude ver su anillo de compromiso. Pero bueno, el punto es que quiso que Susan se sentara con el delante y esta aceptó, pues a Lilian le apeteció ver el paisaje nocturno al igual que a mí por lo que el rubio terminó quedando sentado entre ella y yo.
— ¿Dónde iremos primero? —la pregunta sale de los labios de Ares.
— Pensé que sabías a dónde ir cuando dijiste que saliéramos está noche, o por lo menos que investigarías dónde podríamos ir —le dice Marco con la cabeza recostada en el espaldar y los ojos cerrados.
— Mejor elaboro nuevamente mi pregunta —suelra una pequeña risita—¿Alguno conoce un lugar al que ir primero?
— Estaría bien ir a un restaurante en el que cenar y luego a algún sitio donde pasarla bien —añadió Susan con la cabeza contra el vidrio de la ventana.
— Conozco un lugar para comer pero no sé si esté a la altura de los príncipes que nos acompañan —intervino Lilian.
— Te escuchamos nueva amiga —wow, no me creo que un chico tan extrovertido como Ares pueda ser el mejor amigo de alguien como Marco. Es que este chico desprende tan buenas vibras, anda sin preocupación, y para ser sincera, por supuesto que lo envidio.
— Es un pequeño local donde venden comidas típicas de los diferentes reinos.
— Para mí está bien —acepto la propuesta— ¿Y ustedes? —pregunto refiriéndome a Susan, Ares y Marco.
— Mientras lo que sirvan allí sea comestible por mí está bien —bendita la lógica de este pelirrojo.
— Lo mismo digo —añade el que está a mi lado.
— ¿Y tú Susy? —vuelvo a preguntar, esta vez solo a mi mejor amiga.
— Yyy… ¡Se durmió! —exclama nuestro conductor tras haberse acercado a su rostro y verla dormir.
Sin darle tiempo al chico ha reaccionar, Susan ya le ha dado un fuerte codazos en la cara, provocando que frene bruscamente y que casi todos nos matemos por el inesperado movimiento.
—¡¿Pero qué cojones…?! —soltó exasperado tan solo la mitad de la frase.
Aunque nosotros acabamos bien, de quien no podemos decir lo mismo es del pobre Ares, quien en estos momentos está sujetando su nariz, la que parece un manantial de sangre.
— ¡¿Se puede saber que cojones te pasa?! —volvió a preguntar ahora con voz ahogada por culpa de la hemorragia.
— Eso te digo yo a tí ¿Se puede saber que te pasa?
— En estos momentos nada, solo que que tengo la nariz rota, pero no es nada para qué preocuparse —respondió con ironía— ¿Por qué me lanzaste tal codazo?
— Para que sepas, a eso se le llama respuesta refleja, que es cuando…
—Ay, yá, no importa —le resta importancia— Con que te disculpes todo está bien.
— ¿Cómo que me disculpe? Pero si fuiste tú el que me gritó. Si no me hubieras gritado al oído yo no habría pensado que algo malo estaba pasando, por lo que no te habría dado el golpe.
— ¿O sea que cada vez que pienses que está pasando algo malo vas ha ir golpeando a todos?
— No, simplemente te pegué porque estaba dormida.
— Ok, nota mental: No gritarle a Susan mientras duerme. Ya, hecho.
— Muy gracioso Ares.
— Ya podemos largarnos de aquí —expresó Marco cansado.
— Vaya amigo el mío —masculló Ares de brazos cruzados y resoplando como un niño pequeño.
— ¡Sí, somos tal para cual! —Ares se quedó con la boca abierta tras la respuesta de su amigo.
En verdad me estoy empezando a cuestionar acerca de estos dos. Estoy al pensar que en realidad tienen siete años y es solo que tuvieron crecimiento imperacelerado.
— ¿Ya podemos continuar? —ahora soy yo quien le pregunta.
— Está bien, esta bien —vuelve a arrancar el auto y puedo destacar que su nariz está un poco hinchada, menos mal Susy no se la rompió— ¡Personas desconsiderada! —exclamó.
* * *
La dirección que Lilian le dió a Ares fue a la entrada de un calle bastante estrecha por lo que se tuvo que estacionar el auto en la calle perpendicular y continuar el camino caminando.
Al empezar a caminar por el pasillo, porque teniendo en cuenta su ancho es lo que parece, voy sintiendo muchos aromas emanado de los pequeños restaurantes —y podría apostarme que tienen la misma o mucha más calidad respecto a la comida que los de gama alta— que se encuentran tanto a nuestra derecha como izquierda.
El lugar se siente bastante acogedor y tranquilo, y consideraro que sería bueno acudir aquí si en algún momento me hartara de la ajetreada ciudad.
— Y aquí es —Lilian anuncia dando una media vuelta para mirarnos— Verán que no se arrepentirán de venir aquí.
— Venga, venga, pasemos. Tengo demasiada hambre como para ponerme a contemplar el panorama.
— Está bien, entren.
Como decía anteriormente, el lugar es bastante acogedor y no está abarrotado de personas, al contrario, puedo decir que hay bastantes personas pero no lleno del todo.
— Buenas noches Harry —saluda Lilian a un hombre que aparenta tener unos cuarenta años por lo que puedo deducir qué sobrepasa los quinientos años.
— Pequeña Lilian ---el hombre le sonrió--- ¿Qué te trae por aquí?
— Traje a cenar a unos amigos —nos señaló— ¿Hay alguna mesa libre arriba?
— Para mi clienta favorita siempre hay mesas libres.
— Por eso te quiero tanto —lo abrazó por la cintura, abrazo que también le devolvió.
#2592 en Fantasía
#1252 en Thriller
#610 en Misterio
romance adolecente, misterio y traicion, fantasía criaturas miticas
Editado: 12.04.2025