Capítulo 10: Todo Era Demasiado Bueno Para Ser Verdad
«Victoria»
Aquel incidente que en realidad fue un intento de broma de mal gusto por supuesto para los dos chicos, aunque en realidad se lo tomaron bastante bien en comparación a lo que pensaba que era que los dos irían tras nosotras para ya arrancamos la cabeza no nos salió como esperábamos, ya que puedo decir que prácticamente ganaron esta batalla. Aunque ahora me pregunto cómo caminaban tan bien en los zapatos del uniforme, es verdad que los tacones de esos zapatos son de solo cinco centímetros de altura pero dudo que cualquier hombre logre caminar con esos zapatos teniendo la elegancia que portaban esos dos al caminar, era como si llevaran años utilizando zapatos de tacón. En realidad no me lo explico.
Pero bueno, solo puedo decir que los días después del incidente no han sido nada malo, y no nos han guardado nada de rencor, aunque si lo pienso bien después de vernos como nos vieron como vinimos a este mundo, si nos hubieran guardado la más mínima gota de rencor ahí si los matábamos sin titubear un solo segundo.
Aún así, las cosas entre nosotros, especialmente con Marco, se han mantenido tranquilas. Puedo decir que se disculpó conmigo por su negligencia en la reunió de hace tres años alegando que sus pensamientos no estaban en la reunión, sino en lo acontecido allí mismo hacía una semana, así que no prestó atención a nada de lo que dijeron y que para él cada palabra se oía como un murmullo lejano. Además, también me diji que cuando le informaron de que le había prácticamente declarado la guerra a los demás se asombró pero que a pesar de eso aunque en su momento me guarda mucho resentimiento por la muerte de los suyos —al igual que yo a ellos por los míos—, siempre ha sabido que si lo hice fue por algo y nunca lo cuestionaría.
Nos encontramos todos en estos momentos en la clase de literatura, específicamente redactando una composición de nuestro análisis de un libro que ni sabía que existía, aunque el profesor afirma que es muy famosos y conocido en todos los reinos, en lo que a mí respecta nunca había oído hablar de él.
Mi móvil suena inesperadamente. Una llamada está entrando, y lastimosamente todos se voltean hacia mi lugar, incluyendo al profesor. Veo que la llamada es de mi madre lo cual se me hace extraño ya que ella debe saber que estoy en clases.
— Señorita Berthen, corte la llamada y apague el móvil o me veré obligado a quitarle el móvil —ordena el profesor que no he hecho siquiera el esfuerzo de aprender su nombre mientras se acomoda los lentes.
En ese momento me se corta la llamada y en seguida llega un mensaje también de mi madre que dice: "Coge el móvil ya, es algo importante".
Nuevamente empieza a sonar el teléfono, y esta vez si lo descuelgo llevándolo hacia mi oreja y al momento me llega la voz afectada de mi madre llorando, y eso si me preocupa.
— Mamá —veo que el profesor va a replicar así que levanto la mano para que no continúe y me levanto de mi asiento y me dirijo al fondo del aula.
— Vicky —su voz continúa llorosa.
— ¿Qué pasa mamá, me estas preocupando? —le informo bajando la voz para no interrumpir aún más.
— Tienes que volver ya cariño, tu padre a fallecido.
— ¿Qué? —se me rompe la voz y las lágrimas emñiezan a blrotar de mis ojos. No mido mi tono de voz, logrando que todos se volteen hacia mí— ¿Cómo a podido pasar?
— Cuando llegues te lo cuento cariño. Ya mandamos a buscarte deben de llegar en una hora y media aproximadamente.
— Eso es demasiado tiempo —corto la llamada sin darle tiempo a decir nada más.
Corro instantáneamente a la puerta, siento que las paredes del edificio me asfixian. Siento pasos y voces tras de mí que dicen que pare, pero no puedo, no cuando siento que me estoy muriendo. No se como, pero logro salir al frente de la academia, donde el aire es más puro y la brisa rebelde bate constantemente las copas de los diferentes árboles.
— ¿Qué pasa Vicky? —Susan me rodea con sus brazos en un abrazo sobreprotector.
— Él… Él murió —tiemblo al igual que mi voz.
El terminar de decir la pequeña frase siento sus brazos apretarse en torno a mí. Ella bien sabe a quien me refiero, no necesito decirlo para que lo sepa. En poco tiempo siento algunas lágrimas caerme sobre el hombro, y sé que a ella también le duele, en parte él 'era' como su tío.
Nos quedamos unos minutos así, abrazadas, consolándonos la una a la otra en silencio, luego, simplemente nos separamos igual, sin decir palabra alguna solo mirándonos la una a la otra.
— Lo siento —esas son las únicas palabras que dice.
— Yo también lo siento, desde lo más profundo de mi corazón, mi alma y todo mi ser —la poca compostura que había logrado recuperar fue destruida nuevamente por el dolor y el llanto que reinició para que las lágrimas volvieran a recorrer el camino desde la parte inferior de mis ojos hasta la mandíbula y otras que continúan bajando por el cuello y simplemente se pierden en las ropas.
— ¿Qué ha pasado? —siento la voz de Marco preguntar, así que me volteo chocando con esa intensa mirada llena de preocupación.
— Mi pa… mi padre ha mu… —mi voz continúa saliendo afectada por la respiración irregular.
— Lo siento mucho Vicky —tragó grueso.
— Pensé que me darías el pésame —río melancólica.
— Él pésame lo dejo para el funeral —me sonríe sin una gota de alegría.
— ¿Esa es mi mochila? —señalo la que tiene sobre su hombro izquierdo.
— Si, recogí lo que tenías fuera y vine a ver que te había pasado —me la pasa y se vuelve a mi amiga— La tuya la trae Ares —le informa.
— ¿Y dónde está Ares si se puede saber? —inquiere ella ladeando la cabeza.
— ¿Me extrañabas tanto que ya estabas preguntando por mí mi reina? —pregunta desde dentro del auto.
— Si, es que anteriormente estaba pensando cómo matarte cuando me canse de ti, pero si no te veo no me vuela la imaginación.
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Editado: 02.05.2025