… Amir…
No pensé que podría verse más hermosa. Cuando llegue a su departamento y ella abrió la puerta, su aroma a rosas inundó mis nasales, sus ojos celestinos me observaron con detenimiento. El día de ayer realice una reserva en el mejor restaurant de la ciudad, nada más que lo mejor se merece mi luna. Salimos rumbo a nuestro destino, no podía evitar mirarla de soslayo, se miraba radiante. Fue una cena increíble, podíamos hablar horas, me sentía a gusto con ella, había olvidado lo que era tener una conversación tan extensa que no sea por la empresa o la manada. Era una persona extremadamente dulce, amable y al parecer cariñosa, se notaba cuando hablaba de su padre. Nos confiamos sueños y deseos, hablamos de trabajo, estudios, política y economía, nada se escapó esa noche.
Cuando salimos del restaurant, recorrimos parte de la ciudad y sentí la necesidad de llevarla a mi lugar secreto. En la cima de una colina a las afueras de la ciudad, hay una zona de bosque peculiar y en extremo místico. Delia me contaba historias desde chico, que ese bosque se encontraba la esencia terrenal de la madre Luna, quien hace miles de años atrás fuera la primer mate.
Cuentan los más antiguos, que la madre Luna era una hermosa mujer loba que vivía en una zona cercana, ella se enamoró perdidamente de Zack, el hijo del alfa de su manada, al igual que él de ella. Aunque su amor era puro, el alfa tenía destinado la unión de Zack con Zira, la hija de un alfa de una manada con la que deseaba realizar una alianza. Zack se rehusaba a esa unión, pero poco podía hacer en contra de la palabra de su padre y las tradiciones de las manadas. Por esta razón, decidió escapar con Luna a tierras lejanas, donde pensaba formar su propia manada. Sin más ya que Luna aceptó su oferta, emprendieron un viaje de varios días, al que solo llegaron a una noche, ya que al notar el escape de Zack, el alfa mandó en su búsqueda y ordenó la ejecución de Luna como castigo.
Esa misma noche en medio del bosque los encontraron, uno de los omegas se acercó anoticiando a la pareja de las órdenes del alfa. Fue así que una ardua lucha se desencadenó, los enamorados lucharon codo a codo y mucha sangre se derramó, pero la tragedia no tardó y Luna cayó mal herida al verde suelo. Zack al percatarse de lo sucedido bajó la guardia, se acercó rápidamente a ella pidiendo que no lo dejara, Luna acarició su rostro y beso sus labios sabiendo que sería su último beso, pero su despedida dejaba su corazón lleno de amor. Miro al cielo agradecida por haber podido vivir el sentimiento más puro, y con una sonrisa y un te amo en sus labios dejó esta tierra. Varios omegas intentaron reducir a Zack quien había perdido toda voluntad, pero su dolor pudo más y con rencor terminó con la vida de los guerreros que quedaban. Tomando nuevamente a su amada en brazos, miro a la luna y pidió con todas sus fuerzas unir sus almas por toda la eternidad y así vida tras vida volver a encontrarse con ella, para continuar amándola por siempre.
En ese mismo bosque, Zack tomó su espada y atravesó su corazón, dejándose caer a un lado de Luna. Un rayo de luz cayó sobre la pareja, el cual duró unos escasos segundos y a la vez que disminuía su intensidad se extendía al rededor hasta cubrir el bosque completo, hasta convertirse en pequeñas perlas de luz que se instalaron en todos los rincones del bosque. El único espectador de esa magnífica escena fue un omega que se encontraba herido en un árbol cercano. A partir de esa trágica noche, cada hombre lobo nacido tuvo una pareja destinada, con la cual compartiría toda su vida, solo tendría ojos para ella y ese amor sería mutuo, por esta razón se le llama Luna, por esa primer pareja que se sacrificó por amor genuino.
Llegamos al bosque, ansioso la ayude a bajar del automóvil y tomados de las manos fuimos hasta el extremo más cercano donde había un acantilado con la mejor vista. Lucy se adelantó varios pasos, sentí la necesidad de atajarla pero se detuvo a dos pasos del borde. Una brisa fresca traía el aroma a mar, que golpeaba suavemente metros más abajo, de golpe la misma brisa se intensificó y Lucy abrió lentamente sus brazos recibiéndola. La luna brilló más intensa y desde el mismo bosque que conozco desde que era un cachorro, comenzaron a salir pequeñas luces blancas, de cada árbol, de cada hoja, eran millones y lentamente se dirigieron a mi hermosa Luna integrándose a ella como si siempre le hubieran pertenecido. Se gira y me observa, sus ojos celestes brillaban de una manera magnífica, baja la mirada y nota su cuerpo cubierto de perlas brillantes, que al querer tocar una, todas se desprenden y retornan al bosque.
No pude contener el impulso, ella era perfecta, me acerque rápidamente y la tomé de la cintura con una mano y de la nuca con la otra, necesitaba tenerla cerca, tan cerca que nuestros labios casi se robaban. Lucy terminó con la distancia y me beso, y en ese momento comprendí que jamás había besado realmente, que mi vida no había tenido sentido más que para llegar a sus brazos y que cada sufrimiento que la vida me dio, me lo estaba recompensando en este instante mágico. Nos separamos, la mire otra vez.