La Luna y El Lobo

Capítulo 8 - Heridas sin cerrar.

… Lucy…

 

Al llegar a mi departamento, me prepare un café, tenía mucha información que procesar. Amir es un hombre lobo, y comenzando por el hecho de que existen criaturas diferentes, especiales y mágicas. Lo que más captó mi atención fue la unión de los mates, esa conexión única e irrepetible que los unía para toda la vida, la fidelidad eterna, eso me llevaba a un mundo idólatra donde la infidelidad, tan común en todos lados no tenía cabida. Me contó de su manada, y como se manejaban en una especie de ciudad exiliada en algunos parámetros, seguidos por sus propias reglas y su propio gobernante. Los vastos territorios de los que son propietarios legítimos y la convivencia pacífica que llevaban entre ellos, no así con otras manadas y los desterrados. Busco en mi computadora cualquier información que pueda ayudarme, solo encuentro historias mitológicas en parte y reales en otras.

Agotada de la bella velada, decido preparar la bañera, ya que el sueño parece no querer asomarse aún. Me sumerjo suavemente, y escucho un aullido. Me asomo por la ventana que da al bosque, en efecto veo dos lobos gigantes, uno gris oscuro y uno color café con una mancha blanca en el lomo. Amir quizás esté cerca, por eso otros lobos están rondando, y comienzo a preguntarme si todo estará bien, aunque de golpe mi estómago comenzó a cerrarse y los nervios me invadieron. Salgo de la bañera y tomó el teléfono marcando el número de Amir. El timbre suena pero no responde, hasta que la llamada entra en el contestador, intento varias veces sin lograrlo. Me cambio rápidamente, ya que un sentimiento extraño no deja tranquilizarme. El timbre suena, y mi estomago parece caer al suelo. Miro el reloj, son las 3 y media de la madrugada, vuelve a sonar el timbre. Bajo las escaleras desconfiada de las visitas inesperadas. Observo por la mirilla de la puerta son dos hombres altísimos y con cuerpos atléticos. Abro lentamente, sin sacar el pasador de la cadena.

_ Buenas noches, que necesitan?_ exclamo con voz firme, para que no se note mis nervios.

_ Buenas noches Señora Lucy, nos envió el Alfa Amir para cuidar los alrededores de su departamento, solo nos acercamos para avisarle y que no se vaya a asustar si nos ve rondando. Cualquier cosa que necesite vamos a estar cerca._ el joven muy educado mantuvo distancia, mientras el otro que aún tiene cara de niño mantenía su mirada en el piso temeroso.

_ Oh, pero paso algo como para que tengan que tomarse esa molestia?_ pregunté, como siempre mi curiosidad más lejos que mi razón.

_ A decir verdad sí Señora, pero no podemos decir nada de lo que sucede dentro de la manada. Por cierto, mi nombre es Joel y el es Tom._ el pequeño levanta la mirada y sonríe suavemente.

_ Un gusto chicos.._ mi teléfono comienza a sonar. Es Amir, respondo rápidamente, calmando mi ansiedad y ese terror que me recorría.

_ Amir estas bien?_

_ Si Lucy, vos estas bien?_

_Si, acá en la puerta están Joel y Tom._

_ Yo les pedí que te cuidaran por esta noche, tranquila que son buenos chicos, perdoname por no avisarte antes o no ir yo personalmente, pasaron cosas graves y quiero que estés segura._  se escuchaba agitado.

_ No hay problema, pero no hace falta estoy bien y segura acá._ me da mucha pena que tengan que estar a estas hora rondando afuera.

_ No te incomodaría así si no fuera realmente necesario, prometo explicarte mañana. Mientras tanto descansa, estarás segura._

_ Gracias Amir, y espero que puedas solucionar lo que esté pasando._

_ Eso espero, descansa hermosa mía._ sus palabras rebotaron en mi mente.

_ Mucha suerte Amir, y regresa pronto._ suspiro y cuelgo el teléfono, ambos musculosos y apuestos caballeros me miran curiosos.

_ Pasen, no van a estar toda la noche afuera._ abro la puerta e invito a mis guardaespaldas a entrar.

_ No Señora Lucy, estaremos bien acá, no se preocupe._ Joel se desenvolvía fácilmente, se notaba seguro y autosuficiente.

_ Primero no hace falta que me digan Señora, me hacen sentir vieja y lo más probable es que sea más joven que vos. Y segundo insisto pueden quedarse en la sala y de paso comer algo, pasen._ ambos jóvenes se miraron y accedieron.

Les serví café caliente mientras preparaba una pequeña cena, seguramente no pasaron una buena noche, comieron gustosos, mientras compartimos conversaciones de todo tipo, excepto Tom que solo observaba todo y a lo sumo sonreía por las ocurrencias de Joel. Baje algunas mantas a la sala ya que se quedarían en la sala mirando televisión, y subí a mi habitación el cansancio golpeó mi cuerpo. Al acostarme revise mi celular, esperando algún mensaje que me tranquilizara pero seguramente Amir estaría demasiado ocupado, me acomodo en mi cama dejándome tomar en los brazos de morfeo.




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