Capítulo 3

Ángela:
-Supongo que deberíamos decírtelo. -Dijo el Dr. Cullen mientras colocaba a su esposa en un sofá de cuero blanco y limpio.
-¿Dime que?. -Pregunté, mirando de un lado a otro entre todos los pares de ojos dorados en la habitación. Me sentí muy inquieto.
-No sé cómo explicarlo muy bien. Por lo general, es después de la transformación que sucede esto. -Murmuró el Dr. Cullen para sí mismo.
-No somos humanos. -Dijo Alice, haciendo hincapié en la palabra humano.
-¡Por supuesto que eres humana, Alice!. Lo sobrenatural no existe. -Le dije con naturalidad.
Todos me dieron una mirada extraña.
-Existe. -Dijo Jasper. -Lo sabemos, somos parte de eso.
-¿QUÉ?. -Le grité. El bebé volvió a chillar y la Sra. Cullen siguió arrullando a la personita, tratando de calmarla.
-Viste lo que le pasó a Esme afuera, ¿verdad?. -Jasper me dio una mirada inquisitiva.
-Sí. Su brazo fue arrancado, y luego… el médico se lo volvió a colocar. No había sangre. -Me di cuenta. ¿Que eran?.
-Exactamente. -La Sra. Cullen habló con su tranquila voz de campana.
-¿Qué vas a?. -Susurré, expresando mis pensamientos anteriores. Mi voz era baja y temblorosa en estado de shock, demasiado para actuar con valentía.
-¡Vampiros!. -Alice dijo alegremente.
Mis ojos se abrieron de par en par por la sorpresa antes de sentir que me desplomaba hacia el suelo. El piso limpio se adelantó a un ritmo rápido para atraparme y el mundo se volvió negro.
Me desperté horas después, recostada en una cama blanda, cubierta con cobertores de hilos dorados. Estaba intrincadamente enhebrado con pequeños remolinos y patrones que no ayudaban a que el mundo girara ante mis ojos.
-¿Todo eso fue real o estaba soñando?. -Me pregunté en voz alta.
-¡Todo realmente sucedió!. -Una voz familiar tintineó a mi lado.
Grité cuando me giré y vi que Alice estaba parada a menos de tres pulgadas de mi cara.
-¡Hola a ti también!. -Ella rió.
-¿Qué estás haciendo?. ¿Tratando de darme un ataque al corazón?. -Pregunté en voz alta.
-¡No tonta, estaba esperando a que despertaras!. Tengo una pregunta seria que hacerte. -Explicó, todavía sonriendo como una loca.
-¿Cuál es tu pregunta?. -Pregunté, tratando de respirar uniformemente.
+Nosotros, el aquelarre Cullen, la familia como quieras llamarnos, necesitamos cambiarte o matarte porque te dijimos nuestro secreto mejor guardado. -Explicó Alice. -Así que te damos a elegir. Puedes pasar por una transformación de tres días en un vampiro, o puedes morir. Tú eliges. -Dijo la última frase muy alegremente y me preocupó profundamente por ella.
-Um… err… la primera opción, obviamente. -Dije. No quería morir todavía. ¡Solo estaba repitiendo lo que le había dicho a su hija adoptiva hace unos segundos!
-Iré a buscar a Carlisle y Esme, tú quédate aquí. Vuelvo enseguida. -Alice salió a zancadas con gracia de la habitación antes de que pudiera objetar o decir una palabra.
Me senté en completo silencio, sumido en mis pensamientos, hasta que el Dr. Cullen, Alice, la Sra. Cullen y el bebé entraron en la habitación. Bueno, la Sra. Cullen estaba embarazada, obviamente. La Sra. Cullen estaba mirando al bebé y de repente el bebé extendió un brazo pálido y regordete y lo colocó sobre su mejilla. Después de unos minutos, la Sra. Cullen asintió con la cabeza, mirando al bebé directamente a los ojos.
-¿Estás segura de que quieres hacer esto?. No puedes volver atrás. Nunca. No podías ir a vivir o ver a tu familia de nuevo hasta que tuvieras suficiente autocontrol. De modo que no intentarías matarlos para llegar a su sangre. -Explicó el Dr. Cullen con voz solemne.
-Sí, no quiero morir todavía. -Dije, poniendo mi rostro en una mirada determinada.
-Está bien, entonces, la transformación en sí toma como máximo, tres días. Es el dolor más horrible que uno experimentará en su vida. Después del cambio, tendrás los ojos rojos por un tiempo, solo hasta que te adaptes a nuestra dieta de sangre animal en lugar de sangre humana. No serás el único recién nacido en la casa. Bella está pasando por su cambio en este momento. -Continuó.
-Bueno, ¿dónde quieres hacer esto Carlisle?. -Preguntó la Sra. Cullen, balanceando ligeramente al bebé en sus brazos.
-Podemos cambiarla aquí, sería más fácil. -Respondió, obviamente preparándose mentalmente para esto.
-Espera, solo tengo una pregunta. -Interrumpí frenéticamente.
-¿Qué es cariño?. -Preguntó amablemente la Sra. Cullen. Parecía ser la persona más agradable que he conocido, no tenía ni un solo hueso malo en ella.
-¿Qué sucede durante el cambio?. ¿A mí?. -Pregunté, un poco tímida y nerviosa.
-El veneno se apoderará de tu sistema, cambiándote de humano a vampiro. Tus sentidos serán cien veces mejores de lo que son ahora. Te congelarás en el estado en que te ves ahora. Nada cambiará nunca, tú son inmortales. Al final de su transformación, su corazón dejará de latir, terminando su transacción de mortal a inmortal. -Dijo.
-Eso es todo, en pocas palabras de todos modos. -Se rió Alice.
-Alice, ¿te importaría llevar a Renesmee abajo con Rosalie por mí?. -Preguntó la Sra. Cullen.
Qué nombre tan extraño, me pregunto quién la nombró. También me pregunté de quién sería el bebé, no se parecía a la Sra. Cullen o al Dr. Cullen pero me resultaba familiar. Demasiado conocido. El cabello bronce, los ojos castaños profundos. el rubor Tenía dos caras en mi mente, Bella y Edward y cuando se fusionaron formaron la cara de este pequeño bebé. ¡De ninguna manera!. ¡Jessica podría haber tenido razón!. ¡Bella había estado embarazada!.
-Claro Esme. -Alice tomó fácilmente al pequeño bebé, que parecía más grande en sus brazos que en los de la Sra. Cullen, y salió de la habitación y bajó la escalera de caracol. Sus zapatos eran planos, así que tan pronto como salió de la habitación, no hubo ningún ruido que indicara que estaba bajando las escaleras.
-Está bien. -Dije. -Estoy listo.