La luz de la mañana

Capítulo 8

Jasper:
Íbamos a llevar a Angela a cazar por primera vez. Sus sentimientos estaban por todas partes. Desde preocupado hasta completamente confundido en cuestión de dos segundos.
Eso era lo que pasaba con los recién nacidos;  ¡no podían controlarse cuando se trataba de algo! En general, lo estaba haciendo bastante bien, mejor que algunos de todos modos.
-¿Adónde la llevaremos?. -Le pregunté a mi amor, esposa del tamaño de un duendecillo.
-Solo unas cuatro millas en el bosque. -Dijo Alice felizmente, su sonrisa feliz pegada en su rostro.
-Bien, deberíamos quedarnos cerca en caso de que Bella se despierte. -Carlisle había caminado detrás de Alice, Esme pegada a su cadera.
Por lo general, estaban unidos a la cadera, no es que culpe a Esme, ella tenía algunos problemas extremos de confianza con las personas. Especialmente los hombres. Rosalie también, pero la suya era menos extrema.
-Vuelvo enseguida. -Dijo Alice antes de saltar las escaleras para buscar a Angela.
Estuvo de vuelta a mi lado en segundos, Angela aguantando la respiración y mirando el salón con asombro.
-¿Lista?. -Preguntó Esme.
Angela asintió, tratando de no respirar el maravilloso perfume de Nessie.
Cuando llegamos al bosque, Alice se detuvo de repente.
-¿Qué pasa Alice?. -Preguntó Esme, genuinamente preocupada. Ella era ese tipo de persona.
-Nada. Hay un par de manadas de alces alrededor. Serían más fáciles que la manada de osos. -Explicó Alice.
-¿Qué?. ¡¿Hay osos?!. -Emmett gimió como un niño.
-¡Adelante Emmett!. ¡Pero no mucho, Bella se despertará pronto y tenemos que saludarla!. -Ordenó Alice.
-¡SÍ!. -Emmett gritó antes de salir corriendo hacia la dirección de los osos que Alice había señalado.
-¡Me casé con un niño!. -Rosalie resopló, pero sabía que pensaba que era lindo, pero la forma en que sus emociones me lo dijeron.
-Lección número uno cuando se trata de cazar. -Dijo Alice. -¡No escuches nada de lo que dice Emmett, siempre escucha a Carlisle!.
-Me imaginé. -Dijo Ángela.
-Lección número dos, deja que tus sentidos tomen el control. Quédate muy quieta. Ahora, ¿qué escuchas?. -Carlisle continuó.
-Pezuñas, y…, ¿latidos del corazón?. -Ángela estaba desconcertada.
-Bien, bien. Ahora, ¿qué hueles?. -Preguntó.
-¿Eso es sangre?. Huele realmente… bien. -Las cejas de Ángela se juntaron con frustración y confusión.
-Sí. Ahora sigue ese olor, estaremos justo detrás de ti. -Dijo Rosalie. Ella estaba siendo terriblemente solidaria últimamente, sin trampa.
Todos salimos corriendo entonces. Angela no estaba al frente, como pensábamos que estaría. Corrió con Alice y Rosalie, ahora tenían otro miembro de su pequeño grupo.
Antes de lo que pensaba, habíamos llegado a un claro lleno de alces. No eran mi cosa favorita, pero tenían sangre y en este momento, tenía demasiada sed para que me importara.
Atacamos antes de que la manada supiera lo que estaba pasando. Había derribado tres de cuatro y mi sed estaba declarada, por ahora. El resto se había dispersado y todos se juntaban para regresar a la casa.
Podía oír a Emmett luchando con los osos a media milla de aquí. Le encantaba irritarlos antes de comérselos. Edward siempre preguntaba por qué jugaba con la comida y si su madre humana alguna vez le había enseñado modales. Yo también me lo preguntaba a veces.
Angela estaba bastante limpia para ser esta su primera cacería. Su camisa estaba rota y ensangrentada, al igual que sus jeans. En su cabello castaño miel había algo de hierba, nudos y bastantes ramitas. Estaba hecha un desastre, pero al menos su ropa no colgaba de ella como Emmett se veía cuando regresaba de cazar durante la temporada de osos. En realidad, en cualquier temporada, comía como un recién nacido y estaba completamente feliz de destruir su ropa, para gran odio de Alice hacia eso. Creo que lo hizo solo para molestarla, lo hizo a veces.
-¡Qué bueno que iba de compras de todos modos!. -Dijo Alice mientras paseaba la mirada por el atuendo de Angela. Se sintió decepcionada por alguna razón, pero por supuesto que se trata de Alice y se trata de ropa.
-Oups. -Ángela se rió tímidamente.
Esme tiró de ella para abrazarla. -¡Oh, está bien!. Deberías haber visto a algunos de nosotros después de nuestras primeras cacerías. -Se rió.
-Rosalie estuvo bastante mal. -Se rió Carlisle con Esme.
-Sí, seguro lo que sea. ¡Emmett fue peor!. ¡Rosalie estaba completamente mortificada!. Fue gracioso, pero sabía que no debía empezar a reírme a carcajadas.
-¿Qué hay de cuando Edward cazó por primera vez?. Durante el primer, cuánto, siglo no era el comedor más limpio. -Bromeó Carlisle.
-¿En serio?. ¿El perfecto Edward no era bueno cazando?. ¡Tengo material de broma!. Emmett vitoreó; Esme suspiró y puso los ojos en blanco.
-No creo que ahora sea el mejor momento para burlarse de él acerca de cómo cazaba cuando era un recién nacido. -Lo regañó Esme a la ligera.
Después de reírnos y hablar con buen humor por un rato, decidimos que era hora de regresar a la casa para asegurarnos de que Bella todavía estaba viva y que Edward todavía tenía control sobre su pequeña hija. Eso y Carlisle quería medir su rápido crecimiento.
-Tengo algo de ropa que sería más o menos de tu talla. -Le dijo Esme a Ángela mientras corríamos.
-Gracias, pero ¿no podría simplemente caminar hasta mi antigua casa y buscar algo de mi ropa vieja?. -Ángela lo intentó, y estuvo a punto de fallar por las emociones de Esme y Carlisle.
-No, probablemente no tengas suficiente autocontrol para estar cerca de cuatro humanos sin romper y asesinar a alguien. -Dijo Carlisle. Parecía triste por dejar sus esperanzas así, pero ella necesitaba saber que podría matarlos si regresaba ahora.
Inventaríamos alguna historia sobre ella teniendo un accidente automovilístico o algo y muriendo por los papeles y su familia más tarde. Sería desgarrador y tendríamos que mantenerla escondida en la casa, pero había que hacerlo.
-Oh.
-Pero puedes tomar prestada la ropa de cualquiera hasta que pueda obtener tus tallas y tu guardarropa. -Dijo Alice.
Ay mi esposa Es hiperactiva, sí, pero también extremadamente optimista y nunca hará nada a medias.
-Bueno, gracias. -Dijo Angela, mirando al suelo.
-No te preocupes, ahora eres familia. -Dijo Esme, abrazándola de nuevo mientras nos acercábamos a la casa.



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En el texto hay: amor

Editado: 29.08.2023

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