La luz de la venganza

7.- ¿Qué son los Vicari?

Aurora

En la vida siempre han habido preguntas sin respuestas, otras que las respuestas llegan muchos años después y otras preguntas que ni siquiera se llegan a hacer por miedo a la respuesta que se pueda tener.

Pero depende de nosotros si queremos saber, a pesar de que las respuestas nos puedan dañar y destruir lo poco que habíamos logrado construir, volviendo todo cenizas en solo cuestión de segundos y con solo unas pocas palabras.

Por los pasillos del instituto no se podía dar un solo paso, cada vez que avanzabas te quedabas atorado en medio de tanta gente, hasta que encontrabas una manera de seguir caminando y volver a quedarte por mas de cinco minutos en un mismo lugar sin poder avanzar un solo paso, las manos las tenia que llevar junto a mi pecho para evitar tocarle a alguien el trasero.

Hasta que una mano salvadora se entrelazo con la mía, y sin importarle si aventaba o no a las personas, logro sacarme del tumulto de personas, al elevar la mirada me encontré con la cabellera castaña de Luca, quien conducía nuestros pasos a través de todo el instituto.

No volteo una sola vez para atrás, él solo caminaba con mi mano entre la suya, hasta que llegamos a la mitad del campo de futbol y soltó mi mano para poder voltear a verme.

Su rostro estaba inexpresivo, su mirada evitaba la mía, intente buscar alguna manera de empezar una conversación para salir de este silencio que nos había invadido, pero no tuve que pensar mucho ya que fue él quien comenzó con todo.

–Vicari– repitió la misma palabra que el segundo día que nos habíamos encontrado entre los casilleros del instituto.

Ese mismo día cuando le había preguntado sobre el significado de esa palabra él me pidió una semana, pero ahora que lo pienso, ¿para que necesita una semana solo para decirme lo que significa una simple palabra?

Pero aquella simple palabra me generaba algo dentro de mi corazon, un sentimiento que no puedo explicar, solo me provoca algo de nostalgia y un verdadero hueco en mis sentimientos, como si algo me faltara para poder estar completa.

–¿Qué son los Vicari?– ladee la cabeza.

–A veces no se si estás fingiendo que no sabes o si realmente no lo sabes– soltó un suspiro exagerado pasando una mano por su cabello– ¿qué te hicieron esas personas para que los olvidarás?¿Qué te hicieron para que me olvidarás a mi?– sus ojos se habían enrojecido pero en ningún momento mostró debilidad.

–¿Qué personas?¿Cómo te olvidaría a ti, si te acabo de conocer hace unos días?

Más preguntas sin respuestas se generaban en mi cabeza, pero todas me llevaban a una misma palabra, todo aquello tenía que ver con la palabra Vicari, yo necesito saber que son.

–Pronto ellos mismos te dirán que son los Vicari– asintió pero sin que su mirada conectará con la mía.

¿Por qué me sentía así con una simple palabra?

–¿Es tan difícil la respuesta?¿Por qué alguien más me la tiene que decir?¿Por qué no tu?

–Ya hice mi trabajo con decirles– una delicada sonrisa atravesó la comisura de sus labios, fue entonces que sus ojos fueron hasta los míos– me alegra haberte encontrado.

Una sensación diferente me dio en cada célula de mi cuerpo, una corriente eléctrica me atravesó por completo, poniéndome los vellos de punta y los nervios al tope.

–No te entiendo– negué varias veces– estoy llegando a pesar que eso que me dijiste de estar loco es completamente verdad.

–Loco siempre he estado, pero por ti. Desde que te vi en los brazos de tu madre hasta el día en que me muera, porque mi corazón siempre te pertenecerá a ti por mucho que el destino nos quiera separar.

Sus verdosos ojos no se separaron de los míos y pude sentir como todo un remolino de sentimientos arrollaba mi corazón dejándolo en estado de coma, mi respiración se había acelerado y sentí que todo a nuestro alrededor había desaparecido.

En ese momento la campanilla resonó por toda la escuela, teníamos que volver a clases, tendría que seguir con aquella duda en mi cabeza y corazón.

–Ve a clases– me dio un pequeño empujón– no quiero que llegues tarde.

Asentí no muy convencida de querer irme, porque Luca provocaba algo que ninguna otra persona me transmitía: seguridad.

Sentía que a su lado nada malo podría sucederme, el mundo dejaba de ser un infierno para poder volver a ser el paraíso que alguna vez fue.

Los monstruos se destruyen con la luz del sol y las inseguridades se vuelven nulas con su presencia.

Gire sobre mis zapatos para poder irme, su mirada seguía cada uno de mis movimientos conforme salía del campo de fútbol.

¿Por qué tanto misterio Luca?

¿Qué secreto me ocultas con los Vicari?

Pero tarde o temprano lo descubriré, porque algo muy dentro de mi me dice que todo aquello tiene que ver conmigo, algo que mi mente quizás quiso olvidar para evitarme más sufrimiento.

Solo es cuestión de tiempo para poder saberlo.

___

–¿Cómo me veo?– Violeta daba su milésima vuelta frente al espejo para ver si había alguna falla en su ropa o maquillaje.

–Te ves mas que bella– asentí mostrándole mis dedos pulgares arriba.

Después de casi media vida, Violeta había tomado la suficiente valentía como para ir con su vecino a pedirle una cita, primero se le acercó diciendo la tipica frase de pedir una tacita de azúcar.

Después comenzaron a platicar y descubrieron que tenían muchas cosas en común, cosa que a Violeta la enamoró más, al final le pidió una cita y él acepto.

Irían al cine y después a cenar alguna pizza o comida chatarra que se encontraran en el camino de regreso a casa.

–¿No me veo muy exagerada?– frunció el entrecejo.

–Para nada– me levanté de la cama para caminar hasta ella y tomarla de los hombros– créeme, si fuera hombre te tiraría el primer piropo que se me viniera a la mente al verte pasar por la calle.

Eso hizo que ella soltara una pequeña carcajada, se puso algo roja por mi manera de decirle que se veía más que bonita.



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En el texto hay: mafia, trianglo amoroso, amor

Editado: 23.08.2024

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