La luz de Lamia

Capitulo 12

































 

La sangre de todo mi cuerpo se ha agolpado totalmente en mis pies. Me siento más allá de lo confundido y asombrado, aún no logro entender lo que pasa, aún no soy capaz de aceptar lo que ven mis ojos en este momento. No sé qué pensar ya, mi cabeza está tan revuelta, que ni siquiera puedo ordenar a mis propios pensamientos, y la impresión que siento en este momento es tan grande... que incluso siento que pronto me desmayaré.

<<¡¿Qué demonios hace ella aquí? ¡¿Cómo es posible siquiera?!>>

Quisiera creer que todo es producto de mi imaginación, que todo es una mala jugada de mi cabeza. Que la obsesión que tengo últimamente por esa chica es la responsable de hacerme alucinar ahora aquí, pero la veo... Incluso logro sentir la tensión que provoca su sola presencia en el salón, y la reacción que están dando todos los chicos que me rodean, me convence de que es real.

<<Eres un ridículo. ¡Es ella! ¡Reacciona de una buena vez!

¿A qué volviste tú?

A sacarte esas estupideces de la cabeza que te impiden ver con claridad  las cosas que están frente a tus narices,  y las cuáles tú te niegas a creer cómo el maldito cobarde que eres.

¡Pero es imposible que ella esté aquí!

Ya viste que no lo es, deja de hacerte el tonto.

¿Pero cómo es posible? ¿Por qué esa chica Jess no me comentó que ella asistiría a la escuela?

No lo sé, pero al fin tienes la oportunidad que querías, ¿no?
Puedes descubrirlo ahora que está cerca de ti.

Pero esto ya me da mala espina.
Ella...

¡No seas marica! ¿A qué temes?

Últimamente... a todo.

Trato de ayudarte pero eres un maldito necio.

¡No necesito tu ayuda!

Muy bien. ¡Arreglate tú solo!

Gracias. Traidor.>>

—Tome asiento, señorita Ziegler — ordena el profesor, dándole paso a la chica y ella obedece, en acto forzado.

La veo avanzar, aferrándose al bolso que está abrazando ahora. Un escalofrío me recorre de pies a cabeza de pronto. Es tan similar al que sentí cuando la encontré en ese bosque. Recuerdo aún todo lo que despertó en mí y también recuerdo el cómo lucía ella. Se veía tan vulnerable, tan herida y asustada. Es especial, es extraño, porque sólo ella provoca esto. Porque este nerviosismo no lo volví a sentir desde la última vez que la ví...

Cautelosa, insegura y temerosa, es cómo luce ahora la extraña chica de cabello negro mientras busca su lugar. No me pasa desapercibida su incomodidad y la tensión que ha adquirido su cuerpo. Luce cómo si estuviese enferma o como si le doliera algo.

No puedo dejar de mirarla, y ahora, al hacerlo detalladamente, me percato de lo adorable y diferente que se ve con el uniforme puesto, todos lo usamos, lo sé, pero en ella destaca de una manera tan especial. Hay algo en ella que sigue causándome un asombro inexplicable.

La piel blanca de su rostro reluciente hace un mágico contraste con esa larga cabellera oscura que tiene y la cual le llega hasta la cintura. Usa la misma falda que las demás chicas, de cuadros negros y rayas verdes y blancas, junto con el chaleco negro acompañado de la corbata del mismo color, este encima de la camisa blanca de mangas largas. Admito que encontrarla así... logra causarme mucha ternura. Mis ojos no quieren despegarse de ella, no tengo la fuerza para hacerlo y tampoco puedo calmar al extraño revoloteo que se ha despertado dentro de mi estómago.

¿Qué me pasa?

Mis ojos siguen y contemplan cada movimiento que hace, sólo para cerciorarme de que de verdad está aquí. Necesito saber que es real y que no estoy soñandola de nuevo.

Todo dentro de mí parece activarse bruscamente, y mi cuerpo termina de congelarse y estancarse en su lugar... cuando me percato de la atención que me están dando sus impresionantes ojos ahora...

Demonios...

Me ha visto, se ha dado cuenta de mí. Creo que me ha logrado reconocer, pues ahora no deja de mirarme cómo si estuviese en presencia del ser más impresionante del mundo. El asombro que veo en su rostro es alarmante, me está poniendo más nervioso. También luce confundida. Mis ojos no resisten la firmeza de su mirada sobre mí. De nuevo aprecio ese increíble color azúl celeste en ellos. Ese color increíble que le da un aspecto mágico a todo ella...

Su manera de concentrarse sobre mí envía una corriente eléctrica a todo mi dañado ser. En realidad luce perpleja, tal vez tampoco esperaba verme aquí.

El latir dentro de mi pecho se acelera de una manera tan extraña, que hasta temo que todos en el aula puedan escucharlo. Nuestras miradas siguen examinándose, en un momento que me parece ser eterno, pero después de varios segundos manteniéndonos así... ella aparta su mirada y regresa a la tarea de buscar su lugar en una de las filas que se encuentra a mi costado derecho, muy lejos de mí, claro. Noto cómo todos los demás empiezan a murmurar. Creo que no soy el único impresionado por ella después de todo.

Josh y yo nos damos una mirada después. Luce más allá de lo asombrado, pero el idiota comienza a provocarme para ir a golpearlo en la nuca por lo poco discreto que es, cuando comienza a señalarme hacia donde se encuentra ahora ella. Le doy una negativa con la cabeza, pero él sigue haciendo sus gestos raros.

Mis ojos regresan a ella de nuevo, aunque ahora sólo obtenga la vista de su espalda.

Está aquí...

Aún no puedo asimilar que de verdad está aquí.

Me parece tan increíble, tan irreal.

Esta vez no la estoy soñando.


 


Una hora después da por concluida la clase para el descanso. No pude concentrarme en nada porque no podía dejar de ponerle atención a ella, y al hecho de que de verdad se encuentra aquí.  Me siento extraña y ridículamente eufórico por ello.  Tampoco pude evitar mirarla todo el tiempo, espero que no lo haya notado, podría decir que no, ya que ella no se molestó en mirarme de nuevo. Ni siquiera sé por qué me ha importado tanto eso, pero me decepcionó un poco que no lo haya hecho.



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En el texto hay: misterio, demonios, amor

Editado: 15.03.2023

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