CHRISTOPHER 🌹
Me había convencido de que mi mente ya no podía convertirse en un peor desastre, pero entonces se me ocurrió la gran idea de acercarme a Constans para tratar de besarla.
¿Qué demonios me pasó?
No lo comprendo, pero no me arrepiento de casi haberlo hecho. Quería hacerlo, anhelaba que eso sucediera. Fue como si algo me hubiera controlado en ese momento para impulsarme a intentarlo, ya no podía reprimirme.
El deseo de probar esos perfectos labios me está torturando, me está llenando de impotencia.
¿Por qué no lo hice? ¿Por qué me reprimí?
Soy un idiota, un cobarde. No puedo dejar de pensar en eso, en la mirada que tenía ella, en el raro, pero hermoso brillo que apareció en sus ojos de color azul celeste cuando me miraban y esperaban. Todo ella me logró hipnotizar, y aún me tiene cautivo por cómo se atrevió a tocarme. No sé cómo liberarme de eso. Jamás imaginé que llegaría a cruzar esa línea.
Me ha dejado con la cabeza llena de dudas...
Tengo que admitir que fue extraño, porque en mí nació una urgencia que nunca antes había sentido por ninguna persona.
Mientras más pienso en ella, más me doy cuenta de que hay algo que no sé. Hay algo en ella que no deja de llamarme, que me invita a unirme a ella. Fue mucho por este día, no sé qué fue lo más sorprendente: quizá lo que estuvo a punto de pasar entre ambos o quizás lo que descubrí acerca de ella... respecto a la extraña muerte de su familia.
Me sentí realmente mal al ver tanta tristeza en sus ojos, esta apareció cuando me hablaba sobre ello, sobre su hermano.
Sentí que debía abrazarla, sentí que debía hacer algo para acabar con ese dolor que aún me demostró sentir por lo ocurrido. Algo en mí decía que tenía que acabar con su tortura y fue difícil contener ese impulso también.
—Aun no me has platicado cómo te fue con tu friki hoy, ¿eh?— dice Josh en mi oído, devolviéndome de mi desordenado armario de memorias.
Sólo me encojo de hombros.
—Ni siquiera te agrada, ¿por qué querrías saber de ella?— le medio grito, ya que la música que retumba en el salón no me deja oír ni mis propios pensamientos.
—¡Uuy! lo siento, sólo preguntaba— se encoge de hombros y después toma de su vaso de cerveza. Creo que ya es el onceavo que bebe.
— No hay nada importante qué contar.
Josh me miró con escepticismo, entrecerrando los ojos.
—Pasó algo, ¿verdad?
Me sentí incómodo bajo su mirada, como si pudiera ver a través de mí.
—Te he dicho que no pasó nada, Josh.
Josh se rió, un sonido áspero y ebrio.
— ¿Eso quiere decir que te dejó plantado la maldita?
—¡Josh!
Mi primo levantó las manos, como si se rindiera.
—¡Diablos!, ya entendí que no debo decir nada acerca de tu Friki porque pronto lo tomas en serio. ¡Estaba jugando, hombre!
Me sentí un poco aliviado, pero también un poco molesto por su actitud.
Mientras Josh seguía hablando, yo no podía dejar de pensar en Constans. Me parecía increíble que hubiera estado tan cerca de besarla.
Josh me golpeó en el hombro, sacándome de mis pensamientos.
— Te gusta, ¿cierto?
— ¿Q-qué?
— Oh vamos, a mí no me lo puedes ocultar. Recuerda que solo tengo cara de tonto.
Negué, sin saber cómo reaccionar.
— Bueno... Ella...—
— Ella te entusiasma, lo veo. Es la única chica con la que has querido insistir tanto. ¿Por qué no quieres admitirlo?, ¿acaso es por lo que piensan los demás al respecto de ella?
Me sentí un pinchazo de defensividad y le lancé una mirada de advertencia.
—¡Claro que no es eso!
Josh me miró con una seriedad que me extrañó.
— A ti te puede gustar quien sea, Chris. Si tú confías en ella, está bien para mí.
Me sentí un poco conmovido por sus palabras, pero también un poco incrédulo. ¿Josh diciendo algo así? No parecía propio de él.
Me limité a mirarlo, intentando procesar lo que había dicho. Tal vez el alcohol estaba afectando su juicio, pero una parte de mí quería creer que estaba siendo sincero.
— No dejes de luchar por algo que quieres sólo por preocuparte por lo que piensen los demás. Vale la pena correr mil riesgos si es necesario para conseguirlo. No te detengas por nadie, ni por mí, ni por los otros idiotas.
Mi mandíbula cae al suelo después de escucharlo. Para nada sonó cómo Josh.
<<¡Debe ser el alcohol!, ¿qué más lo explica?>>
—Cielos, ¿qué pasó con Josh?
—Tengo mis momentos— sonríe con arrogancia y yo sólo le ruedo los ojos al cielo. Tal vez no estaba bromeando con lo anterior.
—Estando ebrio solamente — me burlo y él me dedica una mirada asesina.
—No sólo tú puedes ser el Romeo todo el tiempo, primito— vuelve a tomar de su vaso. Luce más gracioso con esos ojos entrecerrados y esa mirada perdida.
No puedo creer que suene tan consciente con lo que dice, cuando luce así de perdido. Definitivamente Josh es un tipo de borracho muy extraño.
—Fue muy difícil hacerme su amigo, no hay necesidad de empezar a pretender a ser algo más tan pronto.— aclaro, mientras enfoco mi vista en el vaso de vino que yace frente a mí.
Aproveché empezar a beber cuando ya lo ví a él muy perdido, ni siquiera se dió cuenta cuando me le escapé para ir a pedirle a Ed un poco de lo que estaba tomando él y los chicos. Lo que cree Josh que estoy tomando ahora es soda, y, bueno... es así cómo justo me sabe esto en este momento. Es extraño... pero ni siquiera siento su sabor, y su olor tampoco es muy penetrante.
De repente, siento un pequeño ardor debajo de mi muñeca que me obliga a despegar mis ojos de todo el alboroto. Trato de averiguar qué es lo que ocurre con ella, y al encontrar una exagerada hinchazón en la marca que tengo ahí. Siento cómo todo mi cuerpo se tensa, y la confusión me acapara hasta dejarme atónito.
¿Qué demonios? Antes no lucía así.
—¿Qué te pasa, galán?
—No lo sé, sólo me duele.— le muestro la cicatriz a Josh y sus ojos se abren hasta el tope.
Editado: 31.05.2025