CHRISTOPHER.
No puedo levantarme, mi cuerpo no responde a ninguna demanda de mi cabeza. Sólo soy capaz de percibir cómo el frío golpea mi cara y de cómo la sangre de las heridas que se han hecho en mis manos, se derrama y corre por la piel que yace debajo las mangas desgarradas de mi chaqueta.
Mi cabeza ha detenido la guerra de conflictos que se había creado dentro de ella, ha pausado los pensamientos que hace momentos me torturaban y también ha apagado a todas esas conclusiones que me mantenían al borde del pánico. El tiempo se ha congelado en un momento lleno de terror, donde mi mirada sólo se mantiene enfocada en la imagen fantástica que se encuentra ahora frente a mí...
Es ella...
Una espectacular y escalofriante imagen de Constans Ziegler, parada a pocos centímetros de mí, batiendo con lentitud a sus costados esas enormes alas de plumas blancas, es lo que ha puesto a mi mundo entero de cabeza, en dónde el miedo y una enfermiza sensación de peligro toman la delantera. No estaba preparado para enfrentarla, al menos no de esta manera...
Mi mirada se pierde por una eternidad de tiempo en la imagen alucinante e increíble que se presenta nuevamente ante mí, esa imagen que me torturaba hace meses pero sólo en mis sueños. Enfrentarla en la realidad es mas difícil, ni siquiera en los sueños podía soportarlo.
Cierro mis ojos con fuerza, tratando de encontrar calma, porque aún conservo la estúpida esperanza de que todo esto se trate de sólo un sueño, cómo los que tenía hace tiempo... Esos en donde pasaba justamente esto. Donde esa misteriosa chica me sorprendía con su aparición, pero todo sigue igual al abrirlos de nuevo.
Mis manos se aferran al suelo frío cubierto por la nieve. Todo mi cuerpo comienza a tensarse cuando escucho unas voces a lo lejos, en los adentros del bosque, pero aún así me mantengo quieto en mi lugar. El poco valor que queda dentro de mí, desaparece por completo cuando veo cómo Constans comienza a caminar hacia mí, a paso lento e inseguro.
Mi corazón revive y acelera su marcha a una velocidad anormal, mi estómago se revuelve por toda la impresión que me invade en éste momento, y ruego por que un ataque de asma no me llegue en este momento, ya que mi respiración está comenzando a descomponerse. Algo dentro de mí me pide que corra, que huya de ella pero mis piernas no responden a ninguna demanda de mi aún alarmada cabeza. Mis nervios crecen aún más al ser invadido por los recuerdos... respecto a lo que sucedió con ese hombre que estaba con ella y con las demás personas encapuchadas.
Maldición...
La seriedad y el silencio que me muestra ahora... logra hacerme sentir más desesperado y angustiado. Sus pasos cautelosos sobre la blanca nieve se vuelven cada vez más lentos... Es cómo si tuviese miedo de acercarse a mí, cómo si tratara de reconocerme o algo por el estilo.
Es increíble la manera en la que me mantengo aquí tirado... sólo observándola, cómo si estuviese atrapado en una especie de hipnosis porque no puedo reaccionar. No me muevo, creo que ni siquiera respiro, sólo la miro, y justo en el momento en el que ella empieza a retirar su larga cabellera negra de su rostro para encararme... es cuando la escucho.
—Por... ¿por qué?— dice, cuando se acerca un poco mas a mí. Su tono inestable y tembloroso logró enviar un nuevo escalofrío a mi espina dorsal.
Niego con la cabeza, aún sin saber cómo reaccionar.
—Yo... yo...—
—¿Por qué lo hiciste, Chris?
Mi mirada se enfoca en ella para tratar de verla mejor a la cara pero la oscuridad de la noche aún me lo impide.
—Co-Constans...
De pronto... ella me hace una señal con su dedo sobre su boca para que guarde silencio. Su cabeza se mueve de un lado a otro, cómo si buscara a alguien. Mi ceño se frunce en confusión pero no tardo mucho para comprender lo que pasa, pues en pocos segundos logro escuchar a esas voces de antes.
—Nos buscan.
— ¿Que?, ¿qui... quiénes son?, ¿qué se supone que ocurre? — Estoy entrando en pánico, ahora soy capaz de oír mi rápido pulso detrás de mis orejas.
—¡Shhhh! ¡dije que te calles! — ella se acerca más y extiende su mano en mi dirección. Tardo en reaccionar pero termino tomándola. Al hacer contacto con la palma de su mano.... siento lo débiles que se ponen mis piernas. No paran de temblar, no logro mantenerme de pie de inmediato—. Por favor... trata de controlarte Chris, ¡por favor!
Asiento débilmente con la cabeza.
Ella me empieza a guiar por el oscuro lugar después. Mi mente trata de procesar con la mejor calma posible todo lo que ocurre y mi cerebro está en la tarea de comprender lo que dijo previamente.
¿Cómo que controlarme?
—Trata de disminuir ese temor, te lo ruego, o ellos podrán rastrearnos por tu olor a ansiedad.
Mis ojos se abren por completo y lo único que puedo hacer es darle un asentamiento débil de nuevo, aún no confío en mi voz para darle una respuesta con ella.
Avanzamos con mucha cautela, ella caminando adelante de mí, sin deshacer su agarre de mí. Mis ojos la barren de pies a cabeza, no puedo evitar contemplarla. Esas alas que aún se extienden detrás de ella... sólo me dificultan más el poder controlarme.
Es increíble... Es toda una maravilla.
Ella siempre me pareció una persona impactante pero esto me deja sin las palabras para describir lo alucinante que es en realidad. Toda ella es una maravilla impredecible y un ser tan malditamente hermoso. Su cabello oscuro sigue suelto y su camisón blanco cubierto por tierra, está desgarrado de las mangas y otras partes más, incluyendo su espalda. No puedo despegar mi mirada de esa parte. La piel que se delata luce tan fina y blanca, sólo me pone más inquieto, sólo me desconcentra más de lo que ya lo estoy.
Sin embargo, la oscuridad sigue sin permitirme verla a la cara por completo y en parte porque ella sigue apartando su rostro de mí... como si no quisiese mirarme a los ojos, sólo inspecciona a sus costados, ansiosa.
Editado: 15.03.2023