La luz de Lamia

Capitulo 28






 

CHRISTOPHER.






















 

"Amon

Conocido también como Mammon, Mammonas o Manum. Fue un querubín que siguió a lucifer como uno de sus lugartenientes en la rebelión de los ángeles. Fue derrotado por San Miguel Arcángel y cayó del cielo junto con Satán y el resto de los ángeles, transformándose en uno de los príncipes del averno, una figura de superioridad y autoridad sobre el reino de las tinieblas, en un demonio de alto rango. Representando el pecado de la avaricia de la riqueza e injusticia.

Mammon es el arquetipo de la avaricia, la codicia y el materialismo. Es el demonio que le sonríe a los abusos del materialismo salvaje, el incremento de la brecha entre ricos y pobres y la servidumbre del alma humana a la sed desmedida de adquirir dinero, ya sea para hundirse en las aguas del hedonismo desmesurado o para rendir tributo al vacío trabajando para fantasmas como el estatus o el poder económico.

Príncipe del engaño, del juego, traición y destrucción."


 

El sonido del timbre del teléfono que yace encima de mi escritorio, me hace sobresaltar de pronto en mi lugar, acelerando también los latidos de mi corazón. Maldigo en voz baja y después trato de salir de mi ensimismamiento para tomar el aparato que no deja de sonar.

Mi mirada se despega del computador y lo tomo, percibiendo un poco de temblor en mis manos. Qué extraño... No puede ser posible que no me haya dado cuenta de los mensajes de voz que han dejado en la contestadora. Son demasiados.

¿Enserio estaba tan ido para no haberme dado cuenta de ellos?

'Mensaje 2:40pm -
Hermano, ¿estás en casa?

'Mensaje 3:00 pm -¿Chriiiis? ¡es urgente!

Mensaje 3:24 pm -¡CONTESTA CABRON!

Mensaje 3:45 pm -¡HIJO DE PERRA! ¡SI NO CONTESTAS TE DARÉ UNA BUENA GOLPIZA CUANDO TE VEA!

Mensaje 4:00 pm -No es cierto, hermano, ¡pero ya responde que me estás preocupando!

Mensaje 4:15 pm - ¡Bien, tú te lo buscaste!, ¡en cuanto te vea será mejor que corras por tu vida!

Mensaje 4:56 pm - Está bien, me alteré, a ver... ¿onta Chris?

Vuelco mis ojos al cielo, Josh es más bipolar que yo.

'Tranquilo, estoy bien. Y sí, estoy en casa. ¿Qué pasa?'

Después de enviar ese mensaje de voz, suena el teléfono.

'¿Qué?'

' ¡¿POR QUÉ MIERDA NO RESPONDÍAS?!'

'— Estaba ocupado, lo siento.

'— ¿Estuviste a punto de morir de nuevo o que carajos te pasó?'

'—Ya dime qué diablos pasa.'

' —¿Ya se fue la abue?'

'—Ya no tarda. ¿Por qué?'

'—Bien. No te muevas de ahí, no salgas, Chris. Llego en media hora.'

'— Está bien, pero dime qué...—'

Vuelvo a maldecir cuando corta la llamada. Odio cuando hace eso y también cuando se pone de paranoico, ¿por qué no quiere que salga de casa ahora? Sonaba preocupado, es lo que pude notar en su voz también.

Me levanto de la silla, después me enfrento al espejo que está en la puerta de mi armario. Antes no me atrevía a hacerlo, no me gustaba ver lo mucho que me afectaban esas noches de desvelo. Era insoportable el darme cuenta de cómo el descuido se manifestaba en el exterior. El aspecto de mi rostro en ese entonces traía a la realidad la verdadera tortura que vivía por dentro, la hacía más real. Sin embargo, ver mi reflejo ahora me asusta más que lo que antes me presentaba de mi apariencia demacrada...

No es posible que, después de un mes sin dormir bien... vea ese rostro, que, sin intención de alardear, me atrevo a decir que luce mejor que nunca.

No me reconozco, no sé quién es ese chico, pero no tiene nada que ver conmigo o con lo que solía ser antes de que todas estas cosas extrañas pasaran. Mi mandíbula luce más afilada, mis rasgos se han vuelto más maduros, mi nariz parece haberse acomodado sola. Cuando tenía quince años, un idiota me la había fracturado en una pelea que tuve con él, ni siquiera recuerdo por qué fue. Quedó chueca desde entonces, pero ahora parece que me he hecho una cirugía para arreglarla.

Mis ojos no eran tan claros antes, al verlos no sé por qué me hacen pensar en los de Constans... Mis labios también tienen una forma distinta, mi cabello luce casi negro, es increíble... No sé si luzca así por la poca iluminación que hay en mi habitación, pero, ahora que lo recuerdo, Marcus y Elizabeth me habían preguntado hace días que si me había hecho un tinte. También habían mencionado lo diferente que les parecía mi aspecto últimamente. Lo halagaron, he recibido miradas distintas desde entonces, miradas... de admiración y la verdad... eso no me ha agradado mucho. No me siento cómodo con esa atención, pues con eso me aferro más a la idea de que este cambio extraño en mí... es real, y que todos los demás también lo han empezado a notar.

Es extraño, yo mismo lo veo, todo parece haber mejorado pero no luzco cómo yo... No reconozco a ese chico que está frente a mí ahora. Mi cuerpo también luce más robusto, ¿qué diablos? Ni siquiera me ejercito lo suficiente para obtener esta nueva imagen. Mis brazos, mi torso y mis hombros, es como si los hubiera estado trabajando desde hace años.

No lo entiendo, ¿cómo es posible que haya cambiado mi cuerpo de esta manera, en tan poco tiempo?

No puedo decir que estoy asombrado, no lo estoy, de verdad esto me ha alarmado y aún mas porque ya todo el mundo lo ha notado. Cada vez me siento más raro conmigo mismo.

Suspiro y después me alejo del espejo. Siento cómo las ansias se apoderan de mí, ni siquiera comprendo cómo diablos he logrado soportar todo lo que ha pasado. Conmigo, con todo lo que sigo viendo y sintiendo alrededor de mí y con las personas rodeadas por sombras, con Constans y sus secretos...



#798 en Paranormal
#3164 en Thriller
#1696 en Misterio

En el texto hay: misterio, demonios, amor

Editado: 15.03.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.