La luz de Lamia

Capitulo 29

Christopher.

Christopher.

— Bien, chico. Ya dí algo, que me preocupas.

La voz del ser luminoso me hizo regresar con brusquedad al presente. Me había quedado petrificado, sin darme cuenta de que había perdido la noción del tiempo. El chico frente a mí me observaba con genuina diversión, sonriendo de lado. Su apariencia era tan irreal que me costaba creer que estaba sucediendo de verdad. Sus ojos eran intensos, y me resultaba difícil sostener su mirada.

—Es que... N-no. ¿Cómo...? —balbuceé, sintiéndome estúpido por titubear de esa manera.

El ser luminoso negó con la cabeza, rodando los ojos.

—Bueno, con eso tuve suficiente para saber que no te has quedado mudo —se burló, cruzándose de brazos y mirándome con detenimiento.

Me sentí nervioso y confundido. Aún estaba en estado de shock por lo que había pasado con el fuego azul que había salido de mis manos hace momentos. Era increíble que no me hubiera desmayado.

El ser luminoso frunció el ceño, lo que me puso aún más nervioso. Me sentí incapaz de aceptar lo que estaba sucediendo, y la poca información que me había dado solo había aumentado mi confusión.

<<Nada tiene sentido, es oficial>>

—Siempre negándote a aceptar las pruebas que se presentan ante tus ojos, ¿cierto?

<<¡Diablos, olvidé que lee la mente!>>, pensé, alarmado.

—Y sigo haciéndolo, torpe —respondió él, sonriendo.

<<¡Ya calla tus pensamientos, Chris! >>

—Parece que eso es un imposible, ¿verdad? —dijo, sin dejar de sonreír.

<<¡Maldito odioso! >>

—Tú también me agradas, chico.

Lo miré mal, pero él siguió sonriendo.

— ¿Cómo has aparecido aquí? ¿Por qué demonios has dicho que...?—

—¿Podrías dejar de maldecir, por favor? No es necesario hacerlo tan seguido en un rato.— dijo, interrumpiendome.

Me sentí un poco alterado, pero era comprensible dadas las circunstancias.

—¡¿Cómo no asustarme?!, ¡¿qué se supone que eres y qué haces en mi casa?!

El ser luminoso suspiró y bajó los brazos.

—Primeramente, quisiera pedirte que bajes la guardia un poco, ¿bien? Conmigo no tienes nada qué temer, no he venido a hacerte daño.

Me sentí escéptico, pero había algo en su voz que me hizo querer creerle.

—Christopher... Escucha, estoy aquí para ayudar.

—¿Q-qué?, ¿con qué? Primero dime qué exactamente eres. —pregunté, tratando de no entrar en pánico, pero las ansias estaban acaparando mi cuerpo por completo. Sentía que iba a colapsar en cualquier momento.

—Soy como tú, Chris. ¿No lo puedes ver? —respondió él, serio, mientras me miraba a los ojos—. Sé que todo esto es difícil de comprender para ti ahora, chico. Yo también lo pasé, yo también tuve mucho miedo. Creí que estaba volviéndome loco. Pero pude verlo... pude darme cuenta de que todo lo que veía era real cuando decidí dejarme llevar. Al abrir mi mente, pude darme cuenta de que el mundo no solo estaba formado por sombras y resplandores, sino que también yo era uno de los indicados para una misión importante, al igual que tú. Todos los que formamos parte de este mundo somos valiosos, pero los Destellos son los seres escogidos por el Guardián para una misión especial. El Guardián es el sargento y el guía de los Destellos que han decidido transformarse en sus justicieros para cuidar de las personas y de otros seres con destellos. Sí, Chris, es él. Es ese Ángel con el fin divino de proteger a los humanos.

Mi cuerpo perdió fuerza después de escuchar eso. "Ángel" sonaba descabellado, pero de alguna manera también reconfortante. Jamás había sido un chico muy creyente en estas cosas, pero estaba consciente de que todo eso podía ser posible. Ahora ya no tenía ninguna duda después de todo lo que había visto. Por eso podía creerle un poco también, y aunque su presencia me hiciera sentir todavía un poco preocupado... me obligué a seguir escuchándolo, reuniendo todo el valor que tenía.

—Sé que puedes enfrentarlo, eres un ser fuerte, Chris. Lo he visto, pero tienes que entender que si sigues con esa negación que te impide aceptar lo que es parte de ti... no podrás entender nada de lo que tengo que decirte.

Asentí lentamente, tratando de calmar la revolución que se había creado dentro de mí.

—Está bien... —suspiré—. Solo dime... por qué estás aquí.

—Es por lo que somos, y por lo que espero que seas, Chris —respondió él—. Eres parte de un grupo de personas elegidas para combatir las injusticias que provocan aquellos ciegos y sordos a la voz de la paz, aquellos corrompidos por el mal. Eres parte de un grupo de seres especiales que son elegidos para combatir a esas sombras e incluso a fuerzas que ensucian y mal influencian a este hermoso mundo. Eres nuestro siguiente justiciero, Chris. El Guardián te ha elegido a ti para que seas uno más de sus soldados en la tierra. Estoy aquí porque quiere que sea yo el que te guíe y te ilustre acerca de nuestro mundo y de nuestras intenciones.

Me sentí confundido y sólo negué con la cabeza.

—Pero yo creí que el Destello... —

—También tienes la oportunidad de ser uno de nosotros por lo valioso que es el tuyo —me interrumpió—. Sí, eres un Destello, pero uno más fuerte que los otros, uno que destaca más por la pureza de tu corazón. Lo suficiente para que seas seleccionado para ser uno de nuestros Héroes Anónimos. Cómo yo.

Mi ceño se frunció en confusión.

—¿Héroe Anónimo...?

—Son aquellos guardianes que están en la tierra para proteger a más cómo nosotros, y también están para vigilar y salvar al humano de cualquier desastre o peligro, causado por los exiliados de las sombras. Solo podemos interferir cuando los Oscuros lo hagan también con el humano. Eso significa... cuando no se trate de algo que ya haya sido escrito, destinado. Cómo cuando ocurre un accidente... Si eso ya estaba en la lista de la vida de esa persona, entonces no podemos interferir con su fatídico destino. Pero cuando su infortunio es causado por los oscuros o por cualquier otro ser indigno perteneciente a las sombras... es cuando debemos actuar para salvarlo de sus garras. Somos invisibles ante ellos. Solo tendrán esta opción aquellos Destellos destacados cómo tú. Llenos de solidaridad. Dueños de una alma compasiva con el prójimo y que sean puros de corazón. Dispuestos a darlo todo por alguien que necesite ser salvado.



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En el texto hay: misterio, demonios, amor

Editado: 31.05.2025

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