La luz de Lamia

Capitulo 29

CHRISTOPHER.






















 

— Vamos, chico. Ya dí algo que me preocupas.

Su voz me hace regresar con brusquedad al aquí. Ni siquiera me había dado cuenta del momento en el que me quedé quieto cómo una estatua. El ser luminoso frente a mí, sólo se mantiene observándome con genuina diversión, mientras sonríe de lado. Diablos, luce tan irreal...

Sus ojos son tan intensos que incluso me cuesta mucho trabajo sostenerle la mirada.

— Es que... N-no. ¿Cómo...?—

Niega, rodando los ojos. Quiero golpearme por titubear así, seguramente me ví más estúpido, pero aún no soy capaz de asimilar lo que pasa en éste momento.

—Bueno... Con eso tuve suficiente para saber que no te has quedado mudo. —Se burla, cruzándose de brazos, sin dejar de mirarme a detalle.

¿Qué diablos hace?

Aun me encuentro en estado de shock por  verlo aquí y por lo que pasó hace segundos con ese fuego azul que salió de mis manos. Es increíble que aún no me haya desmayado. El chico frente a mí frunce el ceño, la forma en la que lo hace me pone nervioso. Me siento incapaz de aceptar lo que sucede y la poca información que me dio hace unos momentos sólo ha dejado a mi cabeza más revuelta de lo que ya estaba.

<<Nada tiene sentido, es oficial.>>

—Siempre negándote a aceptar las pruebas que se presentan ante tus ojos, ¿cierto?

<<¡Diablos, olvidé que lee la mente! >>

—Y sigo haciéndolo, torpe.

<<¡Ya calla tus pensamientos, Chris!>>

—Parece que eso es un imposible, ¿verdad?

<<¡Maldito odioso! >>

— Tú también me agradas, chico.

Lo miro mal, pero él no parece inmutarse porque aún conserva su molesta sonrisa.

— ¿Quién demonios eres? ¿Cómo has aparecido aquí?—  al fin logro hablar, vuelve a rodar los ojos. Parece fastidiado.

—¿Podrías dejar de maldecir, por favor? No es necesario hacerlo tan seguido en un rato. — vuelve a negar y después lo veo soltar sus brazos a sus costados —. Primeramente quisiera pedirte que bajes la guardia un poco, ¿bien? Conmigo no tienes nada qué temer, no he venido a hacerte daño.

—¡¿Cómo no asustarme si ni siquiera sé lo que ocurre?!, ¡¿qué se supone que eres y qué haces en mi casa?! — sueno un poco alterado pero es de comprender ¿no? Simplemente siento que todo lo que ocurre ya es parte de una alucinación fantástica. Ya no sé lo que es real y lo que no, pero este chico lo parece, y también parece ser parte de un increíble y extraño sueño.

Ya no sé si sigo completamente aquí...

Todo me parece sacado de una película de ciencia ficción y horror. Este ser perece humano, pero sus ojos descartan por completo esa posibilidad. No sé lo que es... pero hay algo en ellos que me hace sentir muy abrumado. Sus rasgos lucen iguales a los de un pequeño, pero su mirada es ruda y fría. La energía que siento a su alrededor sobrepasa todo los niveles de asombro que he llegado a sentir con un humano normal. El don que poseo me lo dice, también lo siento e incluso puedo verlo.

Eso puede ayudarme un poco a creer que de verdad... está aquí, pero... ¿qué es lo que sucede ahora?

Quisiera preguntarle más que eso en este momento, pero el miedo aun tiene cautivas a las palabras en mi boca.

Es tan mágico y al mismo tiempo... tan escalofriante. No le temo a él, porque aun no estoy seguro de que sea verdad. Más bien me temo a mí. Temo que mi cordura por fin se haya ido al caño. Temo de la posibilidad de haber estado atrapado durante todo este tiempo en uno de esos sueños extraños y que ahora mismo me encuentre encerrado en un hospital psiquiátrico, con una camisa de fuerza puesta.

—Christopher... Escucha, estoy aquí para ayudar.

—¿Q-qué?, ¿pero quién eres? — Trato de no entrar en pánico pero las ansias están acaparandome por completo. Siento que voy a colapsar en cualquier momento.

—Soy como tú, Chris. ¿No lo puedes ver? —  responde, serio, cuando vuelve a enfrentarme a los ojos—. Sé que todo esto es difícil de comprender para ti ahora, chico, yo también lo pasé, yo también tuve mucho miedo. No imaginas cuanto... Creí que estaba volviéndome loco. Pero pude verlo... pude darme cuenta de que todo lo que veía era real cuando decidí dejarme llevar. Al abrir mi mente pude darme cuenta de que el mundo no sólo era formado por las sombras y por resplandores, sino que también yo era uno de los indicados para una misión importante, al igual que tú. Todos los que formamos parte de este mundo somos valiosos, pero los destellos son los seres escogidos por el Guardián para una misión especial. El Guardián es el sargento y el guía de los destellos que han decidido transformarse en sus justicieros para cuidar de las personas y de otros seres con destellos. Sí Chris, es él. Es ese Ángel con el fin divino de proteger a los humanos.

Mi cuerpo pierde fuerza después de escuchar eso. Ángel.... Suena descabellado pero de alguna manera... también reconfortante. Jamás he sido un chico muy devoto, pero estaba consciente de que todo eso podía ser posible.

Ahora ya no tengo ninguna duda después de todo lo que he visto.

Por eso puedo creerle un poco también, y aunque su presencia me estremezca... me obligo a seguir escuchándolo, reuniendo todo el valor para darle mi aceptación.

—Sé que puedes enfrentarlo, eres un ser fuerte, Chris. Lo he visto, pero tienes que entender que si sigues con esa negación que te impide aceptar lo que es parte de ti... no podrás entender nada de lo que tengo que decirte.— Me mira suplicante ahora, pero no puedo responderle en este momento. Aún estoy tratando de calmar todo la revolución que se ha creado dentro de mí, aún sigo temblando.

Cierro los ojos por un momento, pero al abrirlos de nuevo, la estúpida esperanza que tenía acerca de que ese tal Koran, fuese sólo una alucinación, desaparece cuando veo que sigue ahí... mirándome con seriedad.



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En el texto hay: misterio, demonios, amor

Editado: 15.03.2023

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