La luz de Lamia

Capitulo 32

CHRISTOPHER.

—¡Chris, detente! ¡¡DETENTE AHORA!!

El intenso dolor en mi pecho es lo único que me sigue anclando a este mundo, lo único que siento con claridad. Todo mi cuerpo comienza a sufrir esa maldita pesadez otra vez, pero esta vez... es insoportable. Presiento que no podré resistirlo por mucho tiempo.

Mis manos se aferran con tanta fuerza al pecho del ser de cabellos dorados tendido en el suelo, que me duelen, pero sé que está funcionando. El Destello está actuando. Lo sé por la luz azul que vuelve a surgir en mis manos... y por el estremecimiento brutal que me sacude por dentro.

Pero él no reacciona.

Maldita sea...

Sin embargo, lo sé. No está muerto.

No...

¡No lo estás, Koran! ¡Vamos ¡Despierta! ¡Tiene que funcionar!

—¡CHRIS, YA BASTA! —ahora escucho a Josh detrás de mí.

Continúa gritando, suplicando que me detenga, pero no lo hago. Agradezco que nadie más lo intente tampoco. Quizá sea por lo que dijo Jess hace unos momentos... sobre que sería muy peligroso interferir. Algo dijo sobre que, una vez que el Destello empieza a fluir, es imposible detenerlo. O al menos... eso creo haberle oído decir a Josh.

Mis sentidos están completamente aturdidos por el rugido de un viento brutal que vuelve a recorrer toda la estancia. Como si el huracán que Koran desató antes con su barrera de luz azul hubiera regresado.

<<¡¿Pero qué demonios está pasando ahora?!>>

No entiendo por qué el poder del Destello está provocando este desastre. No comprendo por qué se siente tan furioso, tan descontrolado. La luz en mis manos sigue siendo celeste, como cuando lo usé con Josh. Eso no ha cambiado. Pero ahora... ahora brilla con una intensidad nueva, desbordante. Es como si el Destello estuviera luchando contra algo.

Algo enorme...

Algo que no quiere soltar.

Qué extraño.

Con Josh no fue así.

¡¿Por qué ahora es tan difícil?!

Quizá sea el agotamiento que está consumiendo cada rincón de mi cuerpo. O quizá... porque Koran ya estaba casi muerto.

Mi respiración se vuelve errática.

¡Maldición! ¡No ahora!

El poder sigue recorriéndome con violencia. Me sacude. Me quema y me hiela a la vez. Escalofríos me recorren la espalda como cuchillas. Siento como si me lanzaran cubos de hielo sobre la piel. Me cuesta tanto respirar...

Temo perderlo de nuevo...

Mi campo de visión empieza a oscurecerse otra vez.

Manchas negras se forman frente a mí. Apenas y distingo el resplandor celeste que envuelve a Koran.

—¡CHRIS, TÚ PUEDES DETENERLO SI SE LO ORDENAS! ¡¡SÓLO TIENES QUE DECIRLO!!

Es Jess. Su voz desesperada me atraviesa como una puñalada. Sabe que estoy al límite. Seguro me escuchó gritar de dolor hace unos instantes. Josh también insiste, me exige que me detenga...

Pero no lo haré...

No puedo...

Prometí ayudarlo.

¡Le prometí salvarlo!

No puedo dejarlo así...

No puedo...

Aún está vivo… y no puedo evitar ayudarlo mientras siga luchando. No puedo dejarlo así. No cuando todavía queda una chispa de esperanza.

Ya he hecho mucho. ¡Estoy logrando algo! Solo… solo debo resistir un poco más. No permitiré que un maldito desmayo arruine todo. No dejaré que la falta de aliento me impida salvarle la vida.

Tengo que seguir...

¡Puedo hacerlo!

Lo comprobé con Josh… ¡sí, puedo lograrlo!

<<¡Vamos, Chris, aguanta! ¡No te rindas ahora!>>

—¡CHRIS, TE ESTÁ MATANDO!

—¡HERMANO, POR FAVOR, YA DETENTE!

Sé que están asustados. Sé que sufren viéndome así, pero no voy a detenerme. No puedo...

No ahora...

No voy a dejarme doblegar por sus gritos, por su miedo. Confío en mí. Confío en el Destello, en lo que al fin me ha mostrado.

<<Él no me fallará…>>

Ya no le tengo miedo. No después de lo que hizo por Josh. Me demostró que no soy solo destrucción… Que hay algo más en mí. Algo que puede curar.

Que puede salvar de verdad...

Y me aferro a eso con todo lo que tengo.

Prefiero mil veces el poder del Destello… que el del Vengador. A ese ser oscuro lo rechazo, aunque siga dentro de mí. No seré su esclavo.
No seré su marioneta. ¡No seré lo que quiere que sea!

El Destello…

Él me da esperanza.

Una punzada brutal me atraviesa el pecho y me arranca un jadeo. Si vuelve a pasar... no lo resistiré. Me desmayaré, estoy seguro...

Lucho por mantener mis manos temblorosas sobre el pecho de Koran, pero todo mi cuerpo se rinde poco a poco. Mis palmas se enfrían de golpe.

Húmedas...

<<¿Qué demonios…? ¿Están sangrando?>>

Intento mirar, pero todo se ha vuelto borroso. Solo hay manchas de luz azul frente a mí. Mi pecho arde. Me ahogo.
Mis brazos flaquean. Mi respiración se arrastra…

Todo se ralentiza...

Los gritos de los demás suenan lejanos. Como si estuvieran en otra habitación, en otro mundo. Solo oigo… el extraño y roto sonido de mi respiración dentro de mi cabeza.

—¡CHRIS, NO PUEDES! ¡KORAN YA ESTABA MUERTO! ¡NO PUEDES SALVARLO!

—¡TE ESTÁS MATANDO A TI MISMO!

Jess…

Sí, esa fue Jess.

<<No escuches. No escuches. Lo estás logrando.>>

—¡ESTO ES UN IMPOSIBLE! ¡KORAN ESTÁ PERDIDO!

¡NO!

¡No puedo dejarlo así!

El Destello sigue luchando dentro de mí..Mi cuerpo ya comienza a pagarlo.
Pero sigo. A pesar de que Koran no despierta.

Sé que no será inmediato. Tiene que consumir todo el mal que lo carcome… Así fue con Josh, pero esta vez es más grave.

Mucho más.

Y lo siento.

Dios… lo siento.

Siento su dolor, siento el veneno de lo que yo mismo le provoqué, y me aterra.

¿Eso también soy yo?

Una guerra interna me parte en dos.
Tal vez por eso arde mi pecho.

El desvanecimiento está tan cerca…

<<¡Resiste, Chris! ¡No te rindas!>>

—¡YA ES SUFICIENTE, HERMANO! ¡POR FAVOR!



#116 en Paranormal
#429 en Thriller
#191 en Misterio

En el texto hay: misterio, demonios, amor

Editado: 31.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.