La luz de Lamia

Capitulo 34

CHRISTOPHER.

La carretera por la que avanzamos luce completamente vacía, desolada. La noche amenaza con caer en cualquier momento, y la luz del sol parece rendirse. La poca iluminación dorada que aún nos acompaña comienza a desvanecerse. A apagarse.

Todo sigue sintiéndose tenso, alarmante. En la radio no han dejado de repetir las noticias sobre el desastre en Búfalo y Albany desde ayer. Al parecer, también están llevándose a las personas. La condición para detener el caos sigue siendo la misma...

Entregarnos a Constans y a mí.

Las autoridades todavía no entienden cómo es que los responsables se mueven con tanta rapidez, pero las sospechas siguen apuntando a terroristas. Eso es lo que insinúan los mensajes que han dejado en las casas de las víctimas, todos firmados con el nombre de la Orden Dykant. Ni siquiera quiero imaginar el horror que están viviendo quienes residen cerca de esos lugares. Los malditos han dejado claro que están desesperados por encontrarnos… y no se detendrán hasta hacerlo.

<<Esto está mal...>>

Esto me enferma. Ya se han perdido vidas inocentes. Me cuesta asimilarlo. Me repugna pensar que yo soy una de las razones por las que todo esto está ocurriendo. Estoy furioso. Aterrorizado. Jamás imaginé que las cosas escalarían hasta este punto, y todo ha sucedido en menos de cuarenta y ocho horas.

Toda esta mierda me está destrozando.

Cierro los ojos y me dejo llevar por el viento helado que entra por la ventanilla. Es relajante… pero no lo suficiente. No logra calmar los nervios monstruosos que me consumen por dentro. Aún estoy agotado, adolorido, por todo el esfuerzo que hice ayer para sanar a los chicos… pero es el miedo lo que me mantiene despierto ahora. Mi mente es un laberinto sin salida, un mar de dudas y conclusiones imposibles.

Ya no lo soporto…

He intentado asimilar todo esto: lo que me dijeron Koran y Jess, lo que pasó conmigo y con ese extraño poder que descubrí tener... Todo lo relacionado con Belia, con Manum, con Constans… pero sumarle a eso el desastre que ahora ocurre en Nueva York… me pesa más de lo que puedo soportar. Me siento perdido. Juro que lo intento, pero lo que tengo por delante parece... demasiado.

Quisiera que todo esto fuera solo una pesadilla. Pero desgraciadamente estoy despierto. Completamente despierto esta vez.

Necesito reunir valor, pero ni siquiera he podido reaccionar. Ni siquiera he tenido el coraje para hablar de esto.

De nada...

Mis manos juegan nerviosas sobre mis rodillas mientras pierdo la mirada en el paisaje gris y silencioso que se ve a través de la ventana. Agradezco que los chicos hayan permanecido en silencio. Josh, Jess y Koran parecen entender lo mal que estoy. En todo el viaje, ninguno ha mencionado nada. Se mantienen tranquilos...

¿Cómo lo logran? ¿Acaso soy el único que se está muriendo de miedo por dentro?

Necesito encontrar algo de paz, cualquier rastro de calma, porque siento que voy a explotar con todo lo que se acumula en mi cabeza. Estoy harto de no ser ese valiente que la vida me exige ser. Es agotador seguir siendo este idiota débil. Es doloroso seguir enfrentando cosas que no dejan de aparecer una tras otra. Cada vez que creo haber llegado al límite… aparece algo peor.

Y no se detiene.

Nunca se detiene.

Estoy harto de tener miedo. No quiero seguir sintiéndome así, inseguro todo el tiempo. No soporto esta sensación de debilidad, como si todavía fuera ese niño traumatizado de siete años… como si aún estuviera atrapado en él. Todo ha ido de mal en peor desde aquella maldita tragedia, esa que nunca tuvo una explicación. Creo que fue desde el asesinato de mi hermano que todo esto empezó. Desde el momento… en que fuí testigo de aquella escena atroz en el bosque. Los niños destrozados. Aún vive en mi memoria. Recordarlo me sigue estremeciendo.

Supongo que es lógico que pensara que todo eso me volvió inestable. Temeroso. Raro. Tal vez incluso... diferente al resto. Pensé que lo de las pesadillas era otro síntoma del trauma. Pero algo dentro de mí siempre sospechó que había más. Que había algo detrás.

Aún no comprendo su significado… pero ya no me sorprendería descubrir que también están conectadas con toda esta mierda.

Solo tengo una cosa clara. Una pista que no he logrado descifrar del todo, pero en la que confío… porque las piezas empiezan a encajar, poco a poco.

Constans.

Hay algo que nos une. Algo profundo. Más allá de lo que ya se sospecha. Lo siento, en lo más hondo. Y por eso, no voy a rendirme. Tengo que descubrir qué es lo que está ocurriendo.

Un suspiro se me escapa. Aparto la mirada de la ventana y busco en el bolsillo de mi chaqueta. Allí está: la pequeña rosa negra que ella me pidió que conservara hasta su regreso. Este objeto, ahora, significa todo. Porque me recuerda a ella.

Mi mirada se pierde en ella mientras mi pulgar acaricia una y otra vez sus pétalos.

Dios... cuánto la extraño.

Cada vez que pienso en ella, mi mente se convierte en un desastre.

Aún hay tanto que necesito descubrir sobre esa chica. No importa lo que haya dicho Koran… él no la ha conocido como yo lo he hecho todo este tiempo. Yo la he visto, la he sentido cerca. Sé que ella no es esa persona que él asegura que es. Lo ha demostrado, una y otra vez, durante todo el tiempo que ha estado conmigo —y para mí—, y estoy seguro de que no soy el único que lo ha notado.

“Luce con una esencia nueva. Viva. Parece... que la haces cambiar.”

Las palabras de Jess siguen revoloteando en mi cabeza. Estábamos en el bosque, junto a Constans y Josh, el día que hablamos de ella. Y lo que me dijo aquella chica de ojos de miel sobre Constans me ha mantenido esperanzado desde entonces.

Cambiar.

Constans ha cambiado, eso lo he visto… ¿Pero qué más espera Jess que cambie? ¿Qué es lo que tanto le preocupa?

—¿Seguro que es por aquí?



#116 en Paranormal
#429 en Thriller
#191 en Misterio

En el texto hay: misterio, demonios, amor

Editado: 31.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.