La luz de Lamia

Capitulo 37

CHRISTOPHER.

Koran nos observa de hito en hito, esperando una explicación. Pero todos nos mantenemos en un silencio incómodo que lo hace lucir cada vez más frustrado y molesto. Puedo notar la tensión flotando en el aire; se respira. Todos están incómodos. Incluso Evan, aunque intenta fingir firmeza con esa postura rígida y segura, no logra ocultar el nerviosismo que lo envuelve.

—¿Se quedaron mudos ahora? Porque hace un momento parecía que estaban teniendo una gran conversación —suelta Koran con tono desafiante, sin llegar a sonar agresivo. Pero la mirada que nos lanza después lo dice todo: “Voy a asesinarlos si no hablan”.

Sé que no lo haría… o al menos eso quiero creer. Aun así, no pienso arriesgarme a decirle la verdad detrás de la discusión entre Evan y yo.

Una parte de mí piensa que no le debo ninguna explicación. Ni siquiera debería sentirme culpable. Fue Evan quien metió a Koran en esto, quien soltó aquel maldito secreto sin pensar en las consecuencias. Él es quien debería hablar ahora.

Pero yo supe desde el principio que esa frase suya, "Tengo a una persona como prueba", se refería a Koran.

¿Koran… enamorado de Constans?

De pronto, todo encaja. Su forma de reaccionar cada vez que la nombraban, el dolor apenas contenido en su mirada, el brillo distinto en sus ojos al hablar de ella… siempre lo noté. Algo más se escondía tras sus palabras. Y aunque no sé si es verdad, ahora no me sorprendería. Aún parece herido, como si ese sentimiento siguiera vivo dentro de él.

No sé por qué… pero la sola idea de que él y Constans… me incomoda. Me provoca un nudo extraño en el estómago.

¡Dios! Incluso me cuesta imaginarlo.

—¿Entonces nadie va a decirme qué estaba pasando aquí? —insiste Koran.

—Está pasando de todo, viejo. Ahora mismo, todo se está saliendo de control —responde Evan con una seriedad inesperada—. Pero lo único que no quiero que vuelva a pasar… es que alguien de los nuestros termine perjudicado por una estupidez.

Sus palabras me sorprenden. Koran también parece impactado, y de inmediato baja la mirada. Puedo ver la incomodidad en su rostro. No puedo asegurarlo, pero hay algo en su expresión… una mezcla de tristeza y ansiedad que ahora me llega también a mí. Es como si ese sentimiento estuviera en el aire, contagiándonos a todos.

Sus músculos se relajan de golpe, su rostro palidece y la mirada se le apaga. Su silencio dice más que cualquier palabra.

Evan resopla y niega con la cabeza.

—Casi nos cuesta la vida a todos por lo que te pasó, ¿lo recuerdas?

—Evan… —interviene Queen, advirtiendo el estado en el que ha quedado Koran.

Pero Evan apenas la mira antes de volver su atención a él.

—Lo único que intento es evitar que se repita el mismo maldito error. Con uno de nosotros… o con alguien que aún está en proceso de serlo, ¿me explico? —Y entonces su mirada se posa en mí, pesada, inquisitiva. Me observa de pies a cabeza—. En fin, sólo espero que Christopher no sea tu discípulo y no termine imitándote también en eso.

Sin decir más, Evan se da media vuelta y sale de la cocina. Azota la puerta tras él con tal fuerza que el sonido retumba en toda la pequeña habitación.

El silencio que queda es denso, cargado, asfixiante.

Sus palabras siguen dándome vueltas en la cabeza. Las preguntas se multiplican, se mezclan con la expresión devastada de Koran. Algo más pasa con él. Algo que va más allá de lo que Evan dijo.

—Bueno… —rompe el silencio Milton con su típico desparpajo—. ¡Más comida para mí!

No puedo evitar sonreír al verlo apropiarse de lo que era el desayuno de Evan.

—Eres un glotón, Mil —dice Queen, negando con la cabeza, divertida. Milton no se inmuta; devora como si no hubiera mañana. Me pregunto en serio cómo lo hace. Parece un barril sin fondo. Pero me cae bien.

—No entiendo cómo puede comer tanto —comenta Abby, señalando con el dedo la montaña de tocino y panqueques que ahora está desapareciendo.

Intento devolverle la sonrisa, pero creo que me salió algo amarga. Sigo preocupado por Koran. Se ha quedado en silencio, inmóvil, con los ojos perdidos en algún punto. Algo más lo carcome por dentro, y no tiene nada que ver con lo que dijo Evan… o al menos no sólo con eso.

—¿Qué? —pregunta Milton, al notar nuestras miradas—. ¿Por qué me miran así?

—Si sigues comiendo así, vas a explotar —le dice Abby, con un suspiro.

—Ya quisieras —le responde él, rodando los ojos—. Nosotros no tenemos que preocuparnos por eso. Una de las ventajas de nuestra condición: seremos bellos para siempre. Así que… ¿por qué restringirse?

Abby le lanza una mirada de asco al verlo hablar con la boca llena, y su expresión me provoca una carcajada inevitable. Es más graciosa que el propio Milton, que ahora tiene los cachetes inflados como ardilla y la cara manchada de mermelada.

—¿A eso le llamas “bello”? —Queen le señala la camisa sucia y él apenas la observa antes de encogerse de hombros.

—Más asqueroso que glotón —murmura Queen con una mueca divertida.

Milton sigue comiendo como si nada.

—Discúlpalo. A él… y a Evan. No saben comportarse con los nuevos. Quizá piensan que es divertido molestar.

—No te preocupes por mí —respondo, aunque no sea del todo cierto. Lo que pasó con Evan sí me molestó. Me descolocó por completo. No parecía estar bromeando con lo que dijo de Constans. Desde que me vio estuvo a la defensiva. Lo noté en su mirada, en cómo no me quitó los ojos de encima. Me hizo sentir incómodo desde el primer segundo.

Es obvio que no me soporta… y tampoco es difícil adivinar por qué.

Cree que soy un vengador completo como Constans. O peor, que soy cómplice del clan enemigo de los Anónimos: los Dykant. Tal vez piensa que me alié con ellos sólo por haber intentado defenderla. Nunca consideré necesario explicarle mis motivos, pero ya no soporto que sigan creyendo esas cosas sobre ella. No puedo permitir que la sigan insultando así. No puedo quedarme callado cuando se trata de ella. Tampoco puedo contener el coraje que me invade cada vez que la atacan… porque ahora, ella se ha vuelto demasiado importante para mí.



#116 en Paranormal
#429 en Thriller
#191 en Misterio

En el texto hay: misterio, demonios, amor

Editado: 31.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.