Él estaba ahí, como siempre pero ahora algo era distinto. Correción todo era distinto. El silencio reinaba como la paz antes de la tormenta. De esas que dolían que arrasaban todo a su paso y que dejaban una cicatriz que siempre iba a estar ahí.
-Bueno-dije porque me estaba inquietando el silencio -¿Nadie va a decir nada? Ya hay suficiente drama para agregarle más no creen. -,dije con una pequeña sonrisa
Todos se quedaron viéndome fijamente, como si que lo que acabará de decir fuera estúpido y le quitará seriedad al asunto. Cosa que quería hacer para aligerar un ambiente tan pero tan tenso.
-Ariadna-dijo Jonathan con su voz profunda a modo de regaño - No le quites seriedad a esto, ni intentes aligerar el ambiente con tus torpes intentos.
Bueno ya sabía yo que eran malos pero ¿Para que lo resalta el idiota ese?
Apreté mis labios para no insultarlo.
-Jonathan y Ariadna cállense los dos. Hablamos de vidas, no de cuál de los dos es más idiota. -hizo una pequeña pausa- ahora solo estoy seguro de algo tus sospechas son ciertas Ariadna
Pero ¿En qué momento mi vida se convirtió en esto?
Ah verdad que fui yo solita al intentar, ayudar, al momento exacto en el que me atrevo a salir de mi caparazón. Muy idiota yo, muy idiota
-¿Cómo está?- no dije su nombre pero todos lo comprendieron
-Esta bien. Si el no era estado, tu estarías muerta. Suerte que no fue así.
No respondí nada, seguís bastante conmocionada, así que mire por la ventana. Estaba atardeciendo el sol caía formando tonalidades de colores rosados, naranjas, simplemente hermoso. Y solo pude pensar una cosa ¿Que sería de mi si salía viva de esto ? Intacta no iba a quedar eso era obvio.
Nota de autora: Hola! Disculpen si cometo algún error ortográfico, espero les guste el prólogo y deja tu voto y comentario. Chaíto .