La luz en mi camino está apareciendo

14| Victoria

Cuando llego a la escuela veo a Nate junto a Luisa, su novio Tailer, Tatiana y su novio Noah.

—¿Preparada? —me pregunta Sebastian .

—Sí. ¿Sara ya llegó?

—Están estacionados a dos autos de este.

—¿Te veo en la noche?

—Ten un buen día.

—Tu igual.

Bajo del auto y me acerco a la camioneta de la que está bajando Sara.

—¿Cómo te sientes? —pregunto cuando la abrazo y la guio hacia donde están Nate y sus amigos, Esteban pasa frente a nosotros y marcus no tarda en salir tras él.

—Bien, solo existe un primer día, si sobrevivo a él sobreviviré el resto del año.

—¿Que tal si os lo tomamos un día a la vez?

—Buena idea.

—Debo hablarte de algo.

—¿Pasa algo?

—Necesito que me guardes un secreto, de mamá, la abuela y todos los adultos en general.

—¿Qué ocurre?

—Estoy con Nathaniel.

Sara abre los ojos como platos.

—¿Qué?

—Por eso mismo no queremos decírselo a los demás aún. Sabemos que es pronto pero, estamos dispuestos a arriesgarnos.

—Se conocieron hace 4 días.

—Lo sabemos, Sara. Solo paso, y me gusta.

—Bien, no le diré a mamá ni a la abuela.

—Gracias.

Vuelvo a ver hacia donde esta Nate con sus amigos y Luisa al verme sonrie.

—Vic, ven con nosotros.

—¿Ya conoces a sus amigos?

—Es otra historia que no te contaré.

Nate se gira hacia nosotras y sonríe.

—¿Qué tal todo chicas?

me abraza por la cintura y mira a Sara.

—Bien.

—¿Ya le contaste? —pregunta susurrando en mi oído.

—Sí.

—¿Decidiste a que taller entraras? —le pregunto.

—Al de voleybol.

—Entonces te recomiendo ir con Madi. —le dice Nate.

—¿Con quien?

—Mi hermana, es la pelinegra que está con la pelirroja, dice señalando en dirección a dónde están.

—Si, creo que prefiero irme a mi salón de una vez.

—Deberias ir a la oficina del director para que te presenten a tu guía.

—Si, claro. Los veo luego.

—Pasalo bien —digo intentando darle ánimos.

Sara se gira y va camino a la puerta de la escuela.

—¿Estás bien?

—No sé qué decirle, no sé cómo darle ánimos.

—Haces lo mejor que puedes, tú tampoco estás de los mejores ánimos y tienes tus razones, ella también, también están cambiando las cosas para ellas, se están quedando en un hotel y tu padre que no es el suyo la cambió de escuela.

—Para bien. Creo.

—Sé que lo que diré es más fácil decirlo que hacerlo, pero lo viví. Debes dejar que trace sola su camino, que conozca personas, que viva, que cometa errores, y debes estar ahí para apoyarla, para consolarla cuando lo necesite.

—Sé que no la puedo meter en una burbuja, ni prohibirle cosas que a fin de cuentas es su decisión hacer o no, pero es muy difícil pensar que algo malo le pueda pasar.

En esos momentos se escucha un timbre.

—Ya debemos ir a los salones, la asamblea es después de la primera hora.

—Bueno, guíame, Solo sé que tenemos cálculo.

—¿Preparada para que tu primera clase sea una avanzada?

—No, pero qué podemos hacer.

Sonríe y me toma de la mano guiándome hacia dentro de la escuela, nos detenemos frente a unos casilleros y abre uno que está vacío.

—Este es tu casillero.

—¿Qué necesito para cálculo?

—El cuaderno y lápiz y borrador.

Dejo todo menos eso y el celular en el casillero.

Nate hace lo mismo con sus cosas en el casillero de al lado.

—¿Y fue tanta casualidad que mi casillero estuviera al lado del tuyo?

—Digamos que pedí un pequeño favor.

En su casillero pude ver que tenía fotos con el equipo de basket y con Madi.

—Debería decorarlo un poco ¿verdad?

—Todo depende de cómo te sientas.

La primera hora de clase no es muy difícil, comprendo bien los temas que se están viendo y durante la asamblea logro ver a Sara hablando con dos chicas lo que consigue tranquilizarme un poco, Nate me mantiene cerca a él y noto las miradas de varias chicas sobre nosotros, es especial durante la asamblea.

—Debo ir con los chicos del equipo un momento, quiero ver como van las inscripciones.

—Iré a inscribirme al taller de baile y me quedaré con Luisa.

—Bien, te busco en cuanto pueda.

Ya me había acompañado a inscribirme al taller que da la orientadora de la escuela así que el taller de baile era lo único que me faltaba.

Después de inscribirme empieza el interrogatorio por parte de Luisa.

—¿Desde cuándo están juntos?

—Desde la fiesta.

—¿Cómo pasó?

—Nos besamos, hablamos, y decidimos estar juntos, sin decirle a nuestros padres por el momento.

—¿Y eso por qué?

—Bueno no hemos sido muy cercanos este tiempo y en cuanto llego a la ciudad decidimos ser novios. No creemos que se lo tomen de la mejor manera si saben que no nos dimos tiempo.

—OK, entiendo. Tyler y yo hicimos algo parecido hasta que papá nos encontró besandonos en mi habitación cuando se suponía estábamos estudiando.

—¿Qué tan mal se lo tomaron?

—Tayler les cae bien, les parece que es un buen chico así que solo se enojaron al inicio porque no se los dijimos.

—¿Crees que deberíamos decírselo a nuestros padres?

—No es necesario que digan directamente que están juntos, pero prepárense, díganles que están hablando, que están saliendo o que se están conociendo.

—Lo hablaré con Nate.

—Es lo mejor, créeme.

El almuerzo no es tan malo como pensaba, vuelvo a ver a Sara con las mismas dos chicas y no se me acerca así que al parecer todo esta bien.

La clase después del almuerzo es literatura y nos piden escribir un poema sobre las emociones que tenemos más presentes dentro de nosotros en esos momentos. Nos dan un rato para hacerlo y luego nos piden leerlo frente a todos.

cuando llega mi turno me presento y empiezo a leerlo.

Cuánto anhelo la felicidad

I

Creo que soy feliz




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