La luz en mi camino está apareciendo

15| Sebastian

Un mes antes.

—Señor Sebastián, una señora lo busca.

—¿Sabes quien es?

—Dice que se llama Daniela y que trabajó para usted hace 17 años. Que tiene algo muy importante que hablar con usted.

—Dile que pase.

Cuando Erika, mi secretaria sale de mi oficina y un momento después entra un mujer de unos 38 años entra en mi oficina, vestida con uniforme de secretaria sé que la conozco, sé que me acosté con ella y al día siguiente dejó su carta de renuncia en mi mesa.

—Sebastian.

—Daniela. ¿Qué haces aquí? Han pasado muchos años para que recuperes tu trabajo.

—Si necesitara trabajo no te buscaría a ti para eso.

—Entonces repito mi primera pregunta, ¿Que haces aquí?

—La noche que tuvimos sexo quede embarzada.

Eso no podía ser en serio, si lo hubiera sido lo debió haber dicho hace 17 años, no ahora.

—¿Crees que nací ayer?

—Tenemos una hija, y necesito dinero.

—Digamos que es verdad. ¿Por que te creeria?

Saca algo de su bolso y me lo entrega, son fotos, de una niña, rubia, ojos verdes, blanca como la nieve.

Idéntica a ti.

Idéntica a mi.

—Vete de aquí.

—¿Qué?

—Que te vayas o llamaré a seguridad.

—¿No me has escuchado? ¿no has visto las fotografías? Es tu hija.

—Eso te lo creeré después de tener una prueba de paternidad en mis manos. Ahora lárgate.

—¿Y cómo conseguirás hacer las pruebas?

—Ese es mi problema, fuera o llamo a seguridad.

Sale de mi oficina furiosa.

Tomo el telefono de mi escritorio y llamo a Marcus, mi jefe de seguridad.

—La mujer que esta a punto de bajar las escaleras, pelinegra, traje de secretaria beige, siguela.

Enseguida señor ¿que necesita?

—Quiero saber donde vive, con quién y si tiene una hija de unos 16 años.

¿Puedo saber por qué?

—La niña podría ser mi hija.

Cuelgo la llamada y salgo de mi oficina en busca de Jessica.

—Erika.

—¿Señor?

—¿Dónde está Jessica?

—Está viendo los números que le pidió con el señor Miguel.

Empiezo a caminar hacia la oficina de Miguel, mi mejor amigo, entro sin tocar algo que no suelo hacer y me los encuentro hablando sobre los números.

—¿Qué ocurre? —me pregunta Miguel y Jessica me mira esperando una respuesta.

—Hace muchos años me acosté con una de mis secretarias, y apareció hoy diciendo que tuvo una hija mía.

—¿Qué?

Les paso las fotos y ambos me miran.

—Bueno, idéntica a ti si es.

—Si no lo fuera no estaría tan preocupado.

—¿Qué estás haciendo al respecto?

—La eche, y le pedí a Marcus que la siga.

—Bueno empecemos por esa parte, solo debemos esperar a la información que te consiga, luego vemos cómo conseguir pruebas para una prueba de paternidad.

10 días después.

Bajo de mi camioneta, veo el lugar en el que estoy, vía destapada, casas de un solo piso en ladrillo.

—Mantente atento, entraré solo, dices que a esta hora solo está su madre ¿verdad?

—Así es señor.
Empiezo a caminar y toco a la puerta de la casa donde sé vive Daniela con sus dos hijas.

Una señora de aproximadamente 65 años me abre la puerta.

—¿Qué se le ofrece? —pregunta algo cautelosa.

—Señora Danna, soy Sebastian Rodrigues, su hija fue a verme hace unos días a mi oficina, una de sus nietas tal vez también es mi hija.

—No estoy enterada de nada de eso señor.

le entrego las fotos que me dio Daniela ese día en mi oficina.

—Estas fotos me las dio Daniela hace unos días en mi oficina. Fue a pedirme dinero, más concretamente.

—¿Puedo saber de donde conoce a mi hija?

—Trabajo para mi hace más o menos 17 años en R&W

—Claro, lo recuerdo, lo vi en una ocasión que fui a dejar el almuerzo de Daniela. Pase.

Entro a la casa con ella y me ofrece tomar asiento, lo hago.

—No puedo confiar a ciegas en una mujer a la que no había visto en más de 17 años, espero que lo comprenda.

—Lo hago, cualquier persona un poco cuerda no lo haría.

—Es verdad que la hija de Daniela tiene mucho parecido a mi, pero no quiero adelantarme a nada si no tengo un prueba de ADN en mis manos.

—¿Qué pasaría si Victoria fuera su hija?

—Haría todo lo que esté en mis manos para llevarla a vivir conmigo, porque sé que Daniela tiene problemas con el alcohol. Pero no las dejaría desamparadas a ustedes señora, sé que si ella es mi hija, a pesar de todo ustedes le van a seguir importando pase lo que pase.

—¿Qué necesita para la prueba de ADN?

—Peine de cabello, o cepillo de dientes.

—Puedo facilitarle el segundo.

—Eso está perfecto señora Danna, en verdad, muchas gracias.

Ese mismo día fui al laboratorio a dejar ambas muestras y 5 días después me los entregaron.

Es mi hija.

Lo primero que hago cuando me entero es llamar a Jessica y pedirle que prepare una junta con mis abogados y les exprese la situación para marcar un plan. Después de eso le pido a Marcus que me informe la ubicación de la escuela, me informa que si quiero pasar algo desapercibido en ese lugar me cambié de ropa antes de ir.

Cuando llego a la escuela es plena hora de salida, no llego en mi auto, pedí un taxi que me dejó a unas cuadras antes, la veo a la distancia con una chica más baja que ella, imagino que ella es Sara su hermana. Victoria, es idéntica a mi. Y en verdad me encantaría poder acercarme a ella en ese mismo momento, pero necesito una orden, necesito llegar con pruebas a su vida, no darle esperanzas de algo que aún no tengo seguro.

Esos días mientras consigo reunirme con el juez, hablo con mis padres, quienes no se pueden creer lo que está pasando y me ruegan por venir a conocer a Victoria, intentó mantenerlos a raya, he impedirles porque no creo que para victoria sea muy divertido recibir tanta información de un día para otro y tener a tantas personas en la casa no creo que sea buena idea los primeros días.




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