La luz en mi camino está apareciendo

18| Victoria

—¿Tú no me reconoces a mi? Yo no te reconozco a ti Sara, ¿desde cuando eres altanera, lanzada y desobediente?

—Si bueno, tu no eres la que está viviendo con mamá.

—Sara, sé que ahora mamá bebe más seguido que antes, pero eso es justamente lo que más te debe hacer pensar en la abuela y en que ella no se merece que la trates mal, porque ya me ha dicho que has estado siendo muy grosera.

—Victoria tú tienes una nueva vida, no tienes nada de qué preocuparte, tienes un novio maravilloso, una mejor amiga, te llevas de maravilla con las chicas de baile… todo te ha salido bien, a mi apenas me están aceptando. Y gracias a esas cosas que te han salido bien no tienes tiempo para mí.

—Sara, al inicio siempre venía a quedarme con ustedes al menos una noche en la semana, y no hablabas conmigo, te ibas temprano a la cama o al menos a tu habitación y decias que prefieres dormir sola, que me fuera a mi cuarto, por eso deje de ir, porque no veía que valiera la pena.

—Bueno, si, me aleje, pero no era por ti, no me sentía del todo cómoda en el colegio pero sabía que ya no podía hacer nada al respecto, no me llevaba bien con las chicas y los chicos… eran complicados. Mamá casi nunca estaba en la casa y la abuela siempre me decía que estaba muy cansada y no hablábamos mucho solo me decía que debía ser agradecido porque ese colegio no era para nada barato y mamá, bueno ella a duras penas me dirije la mirada desde que te fuiste.

—¿Por qué no me lo dijiste? pude hablar con Sebastián, pedirle que te cambiara de escuela.

—No quería estar lejos de ti, además no fue tan malo, ya me llevo mejor con las chicas de voley, tengo amigas, un par de amigos y se puede decir que estoy hablando con alguien, claro eso no lo saben mamá y la abuela.

—Yo tampoco lo sabía. ¿Quién es?

—Está en tercer año, está conmigo en el equipo de voley.

—Ok, es bueno estar enterada, cuando me dices que están hablando ¿en qué sentido es? ¿están tonteando, besándose o solo las conversaciones son buenas?

—La última, somos amigos.

—¿Tu quieres algo más?

—Tal vez… en un tiempo.

—Ok, digo terminando de estacionar el auto.

—Hola Antonio —saludo al guardaespalda que está encargado de la seguridad de la casa y de transportar a mi abuela y a Sara cuando es necesario.

—Buena tarde señoritas.

Sara y yo entramos a la casa.

—Mi amor —me abraza mi abuela en cuanto me ve entrar en la cocina.

—Hola abuela.

—Iré a cambiarme y a dejar mis cosas.

—Está bien cariño, te serviré el almuerzo.

—¿Mi mamá dónde está?

—Sigue dormida, llegué tarde anoche.

—¿borracha?

—No, creo que estaba con un hombre, es lo único que se me ocurrió cuando llegó caminando derecha con sus tacones puesto y sin olor a trago.

—Subiré a ver si almorzará con nosotras, debo irme temprano, no he empacado nada y debo ir a comprar algunas cosas.

Mi celular suena y lo saco de mi bolsillo.

—Hola hermosa ¿ya estás con tu abuela?

—Sí, todo bien.

—Nena me acaban de informar que el entreno terminará antes y almorcé cuando te fuiste así que qué te parece si me ducho y me cambio de ropa aquí y paso a recogerte a casa de tu abuela. Alguien puede llevar tu auto a la casa luego ¿no?

—Debo hablarlo con Sebastián pero me parece bien. Le preguntaré qué es lo que debería comprar.

—Ok, ya va a empezar el entrenamiento paso por ti en una hora ¿ok?

—Dale, también le contaré a mi madre que eres mi novio así que deseadme suerte.

—Tu puedes y si quieres me puedo presentar formalmente.

—No estaría mal.

—Ok, te veo en un rato.

termina la llamada y sigo subiendo las escaleras.

—Mamá —llamo cuando toco la puerta.

—Pasa.

Cuando entro me la encuentro terminando de subirse la cremallera de un vestido muy… llamativo.

—¿Saldrás?

—Es viernes, claro que sí.

—¿Dónde estuviste anoche?

—Con un amigo ¿por qué?

—Nada, la abuela dijo que llegaste tarde.

—Espero que también haya dicho que no estaba borracha.

—Lo menciono, justo por eso pregunté.

—¿Preparada para salir del pais?

—Eso creo. Mamá, quiero mencionarte algo.

—Dime.

—¿Recuerdas a Nate?

—¿A quién? no lo sé, dame algún tipo de descripción.

—El chico que me ayudó a sacarte de un bar la semana pasada.

—Oh, sí lo recuerdo.

—Bueno, es mi novio, creo que es apropiado que lo sepas.

—OK, seguro es un buen chico si te apoya tanto.

—Vendrá por mí luego, ¿quieres conocerlo?

—No estaría mal. Dile que pase cuando llegue, ¿ya le contaste a tu abuela?

—No, lo haré mientras almorzamos.

—Ok, ¿qué tal el día en la escuela?

—Muy bien.

Antes de almorzar llamo a Sebastian y le comento que Nate pasara por mi, me dice que le diga a Antonio que cuando termine su turno se vaya en el auto que yo traje para la casa.

Cuando Nate llega saluda a mi abuela y a mi madre y yo lo presento como mi novio.

Abrazo fuerte a Sara.

—Siempre puedes llamarme, no dudes que te contestaré o te devolveré la llamada.

—Te voy a extrañar.

La suelto y abrazo a mamá.

—Por favor cuida de ellas, no hagas que ellas cuiden de ti cuando debe ser al reves.

—No me digas que hacer Victoria ya estoy muy grandecita para eso. Ten mucho cuidado allá y cuídate, en todos los aspectos.

La miro mal al saber a que se refiere.

Abrazo a la abuela.

—Abue, cuídate mucho ¿Bien? y recuerda que siempre hay alguien aquí para lo que necesites, no salgas sola, lleva a Sara también.

—No te preocupes por mi cariño.

Vuelvo a abrazar a Sara y salgo de la casa con los ojos llorosos.

—Hasta pronto, me alegra haberlas conocido, adiós Sara.

—Adios Nate.

Me apoyo en el auto esperando a Nate.

—Ven aquí cariño.

Lo abrazo y escondo mi cara en su cuello.

—¿Necesitas sacar algo del auto?




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